El infantilismo de las inauguraciones electorales
Pedro Vicente
22 de febrero de 2007. Costumbre muy arraigada en nuestra incultura política es la de tratar de que las obras públicas más vistosas culminen en los últimos meses del mandato de la administración de turno, a fin de que la correspondiente inauguración se aproxime todo lo posible a las nuevas elecciones.Muy convencidos deben estar los políticos de uno y otro signo de la rentabilidad política de dicha práctica para que reincidan en ella con tanto descaro. A tres meses de las elecciones del 27 de mayo, que en 13 comunidades son a la vez municipales y autonómicas, el carrusel de las inauguraciones está en marcha de forma imparable. El campeonato de corte de cintas y descubrimiento de placas está lanzado en la creencia, un tanto indemostrable, tal vez bastante peregrina y desde luego del todo infantil, de que ello contribuye a incrementar la cosecha de votos.Ese afán de ajustar tanto las fechas de la finalización de las obras a la cita con las urnas a veces juega malas pasadas. En Castilla y León, y más en concreto en Valladolid, se están produciendo algunas muy sonoras.Estreno sin inauguraciónCuatro años después de su inicio, hace unos días el gobierno regional recibía las obras del Centro Cultural Miguel Delibes, un edificio diseñado por Ricardo Bofill cuyo coste se cifra en 72 millones de euros, o sea, la friolera de 12.000 millones de pesetas.Un equipamiento de tal relumbrón -incluye un auditorio completamente decorado en madera con 1.700 butacas en piel- requería obviamente una inauguración por todo lo alto, a ser posible con la asistencia del escritor que la da nombre y, desde luego, con la presencia de los Reyes de España. Pero el retraso en la finalización de las obras ha desbaratado el plan previsto. El problema radica en que los Reyes también tienen su agenda y en ella no se ha encontrado hueco hasta el mes de junio. El gobierno regional ha tenido que resignarse con una preinauguración en abril, mes en el que la Orquesta Sinfónica de Castilla y León estrenará el flamante auditorio.Tampoco está claro que la nueva sede de las Cortes de Castilla y León, otro edificio "emblemático" construido en la misma urbanización que el "Miguel Delibes", se inaugure oficialmente antes de que comience la próxima campaña electoral. Con un coste cercano a los 40 millones de euros, el edificio está a falta de los últimos remates. Según el presidente del Parlamento regional, José Manuel Fernández Santiago, en el próximo mes de abril estará amueblado y listo para proceder a la mudanza desde el castillo de Fuensaldaña, sede provisional de la institución desde 1984.No quieren fotos con Zapatero¿Qué puede impedir entonces su inauguración? Se dice que el deseo manifestado personalmente por José Luis Rodríguez Zapatero al presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, de asistir a la misma. Y no se trata de ningún problema de encajar agendas. Sencillamente es que a Herrera y al PP regional, que asimismo preside, no les apetece nada que Zapatero les robe el protagonismo de dicho acto. De forma que, si no cambian las cosas, la inauguración de la nueva sede del Parlamento regional se pospondrá hasta después del 27 de mayo, cuando ya no haya lugar a ese tipo de celos electorales.Ya hemos señalado que el posible "efecto Zapatero" constituye la mayor preocupación del PP en Castilla y León ante unas elecciones de muy incierto pronóstico en muchos de los principales ayuntamientos de esta comunidad, comenzando justamente por el de Valladolid. De ahí que no estén por la labor de poner en bandeja al presidente del Gobierno más fotos de las que ya se procura él solo en visitas como la enésima que celebra este fin de semana a León.
miércoles, febrero 21, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario