Las Fuerzas Armadas en Afganistán: un ejemplo más de abnegación
Elsemanaldigital.com
22 de febrero de 2007. Un contingente de militares españoles fue atacado ayer miércoles en las inmediaciones de Shindand (Afganistán). Una soldado, Idoia Rodríguez Buján, natural de Lugo, resultó muerta, mientras que el alférez César Muñoz Pantoja, de Madrid y perteneciente al Grupo Logístico de la Brigada Alfonso XIII de la Legión, y el cabo Jorge Liaño del Río han sufrido heridas pero están fuera de peligro. Los hechos tuvieron lugar a mediodía de ayer cuando una mina de alta potencia explotó al paso de un convoy de cinco vehículos blindados españoles. La muerta y los heridos formaban parte de un equipo médico que viajaba en una ambulancia señalizada como tal. Las tropas españolas operan desde la base de Herat en esa región por encargo de la OTAN y conjuntamente con unidades italianas, que instruyen a las fuerzas del Ejército afgano, en proceso de creación y despliegue. La presencia de militares españoles y de otros países europeos en el país asiático se remonta a la invasión norteamericana que derrocó el régimen talibán tras los atentados del 11-S de 2001. Mientras que la intervención de Estados Unidos en Irak y la colaboración de otros países en la pacificación de la zona ha sido motivo de polémica en algunos países europeos –y especialmente en el nuestro durante la segunda legislatura de José María Aznar-, la misión militar en Afganistán no ha sido discutida por los grandes partidos políticos. Los militares españoles se encuentran en este país de Asia Central en cumplimiento de las órdenes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, conforme a las leyes en vigor y a los compromisos internacionales de España. No es momento de polémicas. España tiene una deuda de gratitud con Idoia Rodríguez y con todos los hombres y mujeres de uniforme que arriesgan su vida –y a veces la pierden- en defensa de la seguridad de todos y de los intereses de la nación. El portavoz de la Federación de Asociaciones Autonómicas de Víctimas del Terrorismo, Roberto Manrique, ha pedido que se considere como víctimas de atentados terroristas a españoles que hayan sido objeto de un ataque o atentado en el extranjero. No deja de ser lógico que, ya que formalmente la misión en Afganistán es contra el terrorismo, los muertos, heridos y familiares se puedan beneficiar de la Ley de Solidaridad con las Víctimas, aprobada en 1999. Nuestros Ejércitos cumplen misiones peligrosas y lo hacen de modo siempre encomiable y a menudo heroico. No debe regateárseles reconocimientos, pero esos honores han de tener una concreción material. Además de los salarios e indemnizaciones, es necesario que nuestros soldados y marineros tengan siempre y en todo lugar todos los recursos necesarios para garantizar nuestra seguridad y la suya propia. La OTAN y las Fuerzas Armadas venían advirtiendo desde varios meses atrás del riesgo de ataques a los españoles a Afganistán, pero por una decisión política el ministro José Antonio Alonso no ha podido aumentar los efectivos según se le solicitaba. Ya que el PSOE tiene en este asunto la completa solidaridad del Partido Popular, es momento de pedir a nuestros gobernantes, sean quienes sean, que en caso de mantener misiones arriesgadas como la de Afganistán se amplíen sus medios humanos y materiales hasta lograr una mayor garantía para nuestros hombres y mujeres. Es el mejor homenaje que se puede hacer a Idoia Rodríguez.
miércoles, febrero 21, 2007
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