lunes, febrero 26, 2007

Objetivo, crispar al PP

Objetivo: crispar al PP
Antonio Martín Beaumont

27 de febrero de 2007. PP y PSOE están en pie de guerra. ¿O no? No estamos aún en el "todo vale" de las campañas, pero casi. Desde ahora hasta que José Luis Rodríguez Zapatero tenga a bien ejercer su potestad de disolver las Cortes todo va a ser una larga batalla hasta la última papeleta. Lucha libre. Y por lo que vamos viendo, casi sin reglas ni límites.La estrategia del PP la ha ido marcando Mariano Rajoy. Lo lógico tratándose de un partido independiente que sólo depende de los españoles. Oposición –a la clásica-, al principio; alternativa -antes que crítica-, ahora. Este mismo domingo presentó en Madrid su programa para las elecciones de mayo. El centroderecha va a ser, sencillamente, lo que siempre ha querido ser: un punto de referencia que defiende una nación en positivo para solucionar los problemas reales de los españoles. No es poco, porque ahora mismo si algo necesita España de sus políticos es que transmitan sosiego. Así lo manifiestan los españoles. No es baladí que el líder del Partido Popular recalque su deseo de restablecer la cordura.Pero el PP no va a tener una campaña serena. Frente a Rajoy, el equipo monclovita de Zapatero ha diseñado una verdadera estrategia de enfrentamiento electoral para reproducir en las conciencias de los españoles el crispado clima del 14-M. Los estrategas socialistas parecen tenerlo claro: Zapatero seguirá en La Moncloa si consigue la participación electoral de 2004. La medicina socialista de esta legislatura es radicalizar el voto y acusar a los populares –igual da lo que hagan y digan- de ser la "derecha extrema". Vamos, movilizar a los suyos extendiendo la necesidad del "cordón sanitario" al que se refería el actor Federico Luppi para detener a la "derecha ultramontana". Y eso, además –creen ellos-, espantará del lado de Rajoy a votantes potenciales "sin prejuicios" para decantarse por él.

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