miercoles 21 de febrero de 2007
Aumentan las pruebas
JESÚS ZARZALEJOS NIETO/PROFESOR DE DERECHO PROCESAL DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
El juicio oral del 11-M ya ha despachado el interrogatorio de los acusados que, según la Fiscalía, integran la autoría de la trama islamista, lo que supone un avance importante de las actuaciones. Una característica común a estas seis declaraciones es la progresión de las pruebas de cargo contra los imputados. A medida que el juicio se ha adentrado en acusaciones con mejor y/o mayor apoyo probatorio, los interrogatorios se han endurecido y precisado de forma notoria, aun cuando los procesados hayan seleccionado a su libre arbitrio tanto a los interrogadores como las preguntas que querían contestar. Es la diversa entidad de las pruebas presentadas contra ellos lo que les ha obligado a mantener una estrategia de defensa diferenciada. Los llamados 'ideólogos' del atentado (Rabei Osman 'El Egipcio', Hassan el Haski y Youssef Belhadj) ofrecieron una versión 'doméstica' de sus viajes al extranjero o sus entradas en España, relacionados todos con sus familias o sus trabajos. Similar sesgo dio a su declaración Mouhannad Almallah, el primero de los acusados por el 'frente logístico' de captación y apoyo a terroristas islamistas. La verosimilitud de sus coartadas no depende tanto de las declaraciones prestadas, como del resto de pruebas que aún deben practicarse.La progresión creciente de los indicios de cargo resultó más visible en el caso de los supuestos autores materiales (Jamal Zougam, Basel Ghalyoun y Abdelmajid Bouchar). Así se comprobó en los interrogatorios del Ministerio Fiscal, centrados en los medios de vida de los imputados para demostrar que podían haberse financiado ilícitamente; en los elementos vertebradores del grupo islamista, como la relación con Abu Dahdah, líder integrista en España, y con Sarhane Ben Addelmajid Faked 'El Tunecino', impulsor principal de la célula del 11-M; y en las relaciones de sus integrantes a través del uso compartido de teléfonos y de encuentros en locales y mezquitas madrileñas.En todo juicio hay pruebas de cargo y de descargo que tienen «vida propia», y otras cuya eficacia requiere una defensa argumentativa intensa. No es lo mismo apoyar una acusación en pruebas indirectas o condicionadas a su ratificación que en datos objetivos, como la presencia de restos genéticos en los principales escenarios del atentado. Esta diferencia siempre debe reflejarse en la planificación de una defensa y en la presión de los interrogatorios de la acusación. Por eso, tanto Zougam como Ghalyoun anticiparon, con respuestas bien preparadas, la descalificación de los testigos que los reconocieron fotográficamente y combatieron las pruebas singulares que los relacionan con el 11-M. Bouchar no pudo hacer nada parecido. La valoración aislada de estas declaraciones puede producir efectos engañosos. Cuando lleguen los investigadores policiales y, en concreto, los testigos protegidos, se verá si las dudas que quisieron sembrar los acusados toman cuerpo o son rebatidas.
martes, febrero 20, 2007
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