viernes 23 de febrero de 2007
La letanía del absurdo
Félix Arbolí
S EGÚN el diccionario, “Absurdo” tiene varias acepciones: contrario y opuesto a la razón. Dicho o hecho contrario a la razón o al buen sentido, disparatado. En otro texto, se define así a lo extravagante e irregular. Algo que no tiene sentido. Chocante, contradictorio. Dicho o hecho irracional o arbitrario. Sinónimos de lo absurdo son: irracional, ilógico, antilógico, inexplicable, incomprensible, contradictorio, paradójico, incongruente, infundado, disparatado, descabellado, dislocante, esperpento, locura, etc. Visto lo anteriormente expuesto, podemos afirmar que toda nuestra vida es un incesante discurrir de absurdos, desde el momento de la concepción, hasta cuando se nos agotan las pilas y nos vemos obligados a emprender ese último viaje hacia lo desconocido, ya que éstas pilas no se encuentran en las tiendas de chinos y vendedores ambulantes donde podamos comprarlas y reponer las ya gastadas. Absurdo, pensando fríamente y visto lo expuesto anteriormente, se podría considerar el hecho de concebir un nuevo ser, conociendo los quebraderos de cabeza que tendrá que soportar durante este peregrinaje por el mundo y con el estigma de su condena a muerte desde su nacimiento, sin tener la oportunidad de un juicio previo y sabiendo de antemano que es inocente a ese tajante e inmerecido veredicto. Porque lo de Adán y Eva y el hecho de que los hijos tengan que pagar las culpas y errores de los padres me suena a historietas de cuentos infantiles, con manzana y diablos camuflados. Se que algunos pensarán que sería mejor y más loable liberarlos de ese duro castigo y penoso final, no haciéndoles ingresar en el censo de los vivos o pelotón de los malditos. Es tan dolorosa la desaparición de un ser querido que a veces, en esos momentos “absurdos” que tenemos a lo largo de nuestra existencia, pensamos un tanto ofuscados que era mejor solución haber permanecido en ese “limbo” imaginario donde dicen se encuentran los que no han nacido. Pero esta manera de pensar no es válida para los creyentes en una nueva vida más allá de la muerte, donde desprendido de la materia, nuestro espíritu gozará de una espléndida y venturosa eternidad. O en los que fían su supervivencia en las diferentes reencarnaciones que tendrán a lo largo de los tiempos, según el Budismo. El concepto de eternidad es algo mayoritariamente asumido por el ser humano desde el inicio de los tiempos y entre los pueblos más primitivos que nos precedieron.¿Dónde está la verdad?. ¿Qué teoría puede considerarse más “absurda”?. “Polvo eres y en polvo te has de convertir”…¿ahí termina todo?. Según las nuevas leyes, dos hombres pueden casarse entre sí, o dos mujeres, igual es el caso. Años antes, cuando la cordura se imponía y la moral era un concepto respetable, este hecho no se hubiera podido producir. Era algo impensable. Más aún, considerado como una auténtica aberración del ser humano y una burla intolerable de la respetada institución matrimonial. Las nuevas actitudes de esta generación que marcha a velocidades supersónicas, han logrado no solo que se puedan casar, sino que sean considerados social y legalmente con las mismas prerrogativas que un matrimonio normal entre hombre y mujer. Una unión que no tenga diferencia legal y social con el que se celebra desde múltiples generaciones anteriores con el propósito de tener hijos y formar una familia tradicional. La única diferencia estriba en que por ahora y espero que no cambien, no reciben la bendición eclesiástica. Cuestión que a más de uno, por no decir a la mayoría de estas parejas ambiguas le trae sin cuidado. Como están las cosas en este época del absurdo constante y normalizado, no sería nada extraño que apareciera algún “pastor desorientado” de la iglesia que terminara bendiciendo estas bodas un tanto anómalas, por mucho progresismo que uno quiera imprimir a su vida y a sus costumbres. Había muchas maneras y fórmulas para dar “validez” a estas uniones en el terreno social y legal, a efectos de pensiones y demás, sin necesidad de usar para definirlas la misma palabra que se usa para designar la unión estable y con fines de procreación y vida en común entre un hombre y una mujer. Y para mayor “absurdo”, se les concede la potestad de adopción de “hijos” que, en más de un caso, supongo, se verán injustamente discriminados cuando en el “cole” sus pequeños y tiranos compañeros les formulen preguntas indiscretas, pero consecuentes, sobre el hecho de tener dos madres y ningún padre o viceversa. No sé cual puede ser la reacción de ese adoptado cuando ya de mayor comprenda su problema. Conste que soy partidario de que cada uno puede hacer con su cuerpo lo que le apetezca y liberar ampliamente sus sentimientos y pasiones, dentro de unos cánones y limitaciones razonables, nada exigentes. Es decir, en la intimidad del hogar, cuando no “haya moros en la costa” (algo impensable en este tiempo de pateras), o en los lugares donde no de lugar a ofensivas miradas y críticas más o menos inoportunas. No creo que un ser que ha nacido con esa condición, que me merece todo el respeto debido como persona, tenga que sacrificarse de por vida sin dar rienda suelta a sus impulsos sexuales, ni entregar sus sentimientos a la persona idónea para recibirlos. Nunca he tenido el menor complejo al referirme a este tema. Lo que no estoy de acuerdo en absoluto es que hagan ostentación de sus excesos amorosos públicamente y quieran invadir una parcela que la naturaleza les ha negado al privarles de los atributos que les harían sentirse satisfechos y completos sexual, sentimental y fisiológicamente. ¿Quién es el culpable de esta anómala situación?. Lo ignoro.¿La naturaleza, el individuo en cuestión, la sociedad y sus normas establecidas, el concepto de decencia que tenemos asumido o el mal efecto que producen sus expresiones amorosas públicas? Yo creo que un poco de todo y el esfuerzo que supone romper una tradición establecida desde hace tantos siglos de la noche a la mañana, porque ese día los políticos decidieron atraerse el voto gay, sirviéndoles en bandeja todas sus exigencias. ¿Dónde está la razón? ¿Qué postura es la “absurda”?. Jamás llegaremos al “quórum” en esta cuestión. Un terrorista hace huelga de hambre, pretendiendo que le concedan la libertad, a pesar de ser juzgado y condenado como autor de veinticinco asesinatos y otros delitos graves contra la sociedad y el prójimo inocente. Se producen movilizaciones de masas ante la sospecha de que el gobierno y algunos jueces están intentando rebajarle le pena y ofrecerle la oportunidad, que él no concedió a sus víctimas, de salvar su amenazada vida por propia voluntad y sacarlo de la cárcel. Hay grupos incluso que protestan por que no hacen nada para que cese en su actitud de inanición y tildan de asesino al gobierno y a los que se oponen a su libertad. El, si muere, será por tozudez, como fórmula para chantajear a la justicia y al gobierno, sin que nadie se lo exija, por su exclusiva voluntad. Los que le defienden y se solidarizan con él, no tienen para nada en cuenta los muertos que pesan sobre su conciencia, a los que nadie les dio la oportunidad de salvar sus vidas y fueron asesinados sin culpa alguna en esa sucia guerra oculta, constante y cruenta que una minoría inconformista y criminal de mercenarios ávidos de sangre, tiene declarada a toda la población española, incluido el País Vasco, ese trozo tan entrañable de España que tienen en una constante tensión entre posturas muy difíciles de hacer coincidir. ¿Vale más su vida, puesta en peligro por su propio deseo, que la de tantos asesinados con crueldad y alevosía injustamente?. ¿Se va a consentir que se vea libre de expiar sus crímenes, por la coacción de su huelga de hambre?. ¿Qué pensarán el resto de los presos?. Absurdo todo este insólito acontecer y proceder. ¿no creen ustedes?. El Banco de España da un toque de atención sobre el grave problema que está atravesando la familia española. Aclara que a una gran mayoría les resulta difícil e incluso imposible llegar hasta final de mes. Los gastos suben desproporcionadamente y los ingresos continúan estancados. La llegada del “euro” (¡esa maldita y horrorosa moneda!), ha terminado por apretarnos la soga al cuello de manera despiadada, en el límite de lo tolerable. Las financieras, versión moderna de los antiguos prestamistas o usureros, proliferan y te refriegan los billetes ante los ojos, ávidos de que alargue tu mano y caiga en sus abusivas redes. Todos son facilidades para que tu ruina se acentúe y el hombre llegue al paroxismo. Pero España va bien, nos dicen los políticos, mientras aprueban por mayoría absoluta (Izquierda Unida incluida), sus subidas de sueldo al doble de lo que percibían y aumentan sus bagatelas con coches, secretarias, despachos, personal administrativo, dietas, etc, etc. No me extraña que proclamen lo bien que va España. Aumenta el paro, aunque inflen las cifras erróneamente dando publicidad a los meses donde las circunstancias incrementan el trabajo, (Navidad, Año Nuevo, Reyes, día del Padre, San Valentín, etc) y ocultando la realidad del resto del año, cuando los contratos basuras y temporales finiquitan y no se renuevan o se reemplaza al personal que iba tener que contratarse fijo por inmigrantes dispuestos a dar el do de pecho sin exigencia alguna. El español de clase trabajadora, el sufriente ciudadano pilar fundamental de la economía nacional, se ve cada día más acosado y amenazado. Se va llegar a hipotecar hasta el hambre, que será lo único que tengamos seguro y disponible. Parecen predicciones apocalípticas, impropias de estos tiempos, pero torres más firmes han caído y nuestra debacle se está convirtiendo en epidemia difícil de solventar. Cada día hay más millonarios y más seres hambrientos, carentes de lo necesario. Estamos en la época del pelotazo, el “ladrillo de oro”, la desvergüenza disfrazada bajo la máscara de una respetable sociedad. Los bancos nos ofrecen sus cuentas de resultados y en ellas nos refriegan indolentes las astronómicas cifras de beneficios obtenidas en ese año de asfixiante economía general, porque las cifras de su balance están nutridas con la angustiosa situación que sufren sus clientes. ¿ Y el gobierno no tiene nada que decir de ese tremendo desnivel entre banco y ciudadano?. ¿No sería correcto obligarles a invertir parte de esos millones, en obras sociales que restituyera al ciudadano autor de ese beneficio de una parte de ellas?. Pero de una forma controlada, definida y propagada?. Junto a la página donde el banco nos habla de millonarias ganancias, se publica la noticia del pobre infeliz que se ha suicidado harto de hambre y de miserias, o de la mujer que ha sido maltratada porque en la vida va desapareciendo el amor de la pareja, Vivimos en el reino del “absurdo”. La mujer vende su juventud, su cuerpo y su belleza para triunfar rápido y fácil. No hay leyes que se lo impidan. Y pasan a la pasarela de la fama y la popularidad y del dinero obtenido de forma vergonzante, mostrando públicamente sus recatos y pudores sin complejos al mejor postor. Todo es permisible y lícito para esta generación del “absurdo”, donde nos hallamos sumidos sin posible regeneración, porque cuando uno elige la caída libre no hay nada que le detenga. ¿Hasta cuando durará esta degeneración e insensibilidad que nos domina impunemente?. Podría seguir enumerando muchos más detalles que refrendan mi artículo y da consistencia a mis elucubraciones de hoy, pero tanta amargura, tanta tragedia, tanta insolencia y tanta injusticia, me ha causado hasta cierto estrés con sólo recordarlas y mencionarlas. Sería un “absurdo” también por mi parte intentar descubrir a vuela pluma las miserias y ruindades que nos rodean y atenazan. Sólo se que éste no es el camino que nos lleva a una meta digna y segura, sino el derrotero que hemos elegido para estrellarnos contra el muro de la miseria espiritual y corporal que, a todas luces, me parece lo más “absurdo” que uno puede elegir y realizar.
jueves, febrero 22, 2007
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