viernes 23 de febrero de 2007
La bandera como arma simbólica
Javier del Valle
L A bandera, símbolo que representa estados u otras entidades administrativas, está siendo utilizada como arma arrojadiza en los últimos tiempos. Algunos desprecian el distintivo español, contaminados por los prejuicios del uso que se hizo de este símbolo durante el régimen franquista. Otros la enaltecen y la convierten en arma nacionalista contra otros nacionalismos que amenazan la unidad de España. Se adueñan del símbolo como si fuesen los únicos españoles sobre la faz de la tierra y lo pasean con orgullo en manifestaciones supuestamente contra el terrorismo, aunque luego se revelan en protestas para derribar a al gobierno del PSOE. En ambos casos se exagera el valor de la bandera, que como símbolo debe ser respetado pero nunca elevado a la categoría del todo ni desterrada como si no existiese. En nombre de banderas y de nacionalismos (el mayor virus que ha envenenado nuestra historia, especialmente en el siglo pasado) se han cometido las mayores atrocidades de la Humanidad. Los dictadores han manchado banderas apropiándoselas e imponiéndolas como objetos de culto que decoraban invasiones, genocidios y represiones contra aquellos que, al no pensar como estos bárbaros, eran acusados de poco patriotas. Estados Unidos se comporta de manera despótica invadiendo países y erigiéndose en policía del mundo bajo el manto de la bandera de las barras y estrellas. De esta forma siguen mostrándose como superiores, con la diseminación de su insignia por todo el planeta. El egocentrismo, a nivel individual y colectivo, permite que las condiciones de vida sean cada vez más duras. Por tener más poder y dinero pisoteamos a nuestros semejantes y borramos la armonía. Lo mismo ocurre a escala colectiva: familias, localidades y naciones. Las últimas escenifican estas crudas disputas ensuciando su mayor símbolo, la bandera. Todas estas connotaciones hacen que la aparición de banderas implique sentimientos negativos, pero estos no deben llegar al desprecio. La bandera debe presidir edificios públicos y ser utilizado por todos aquellos que nos representan en el mundo y que se identifiquen con España: empresas, entidades y deportistas, entre otros.
jueves, febrero 22, 2007
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