martes, febrero 13, 2007

El Tribunal Supremo se pronunció, paciencia y a barajar

El Tribunal Supremo se pronunció: paciencia y a barajar
Rafael González Rojas

13 de febrero de 2007. Lo que temíamos (algunos, porque otros lo están celebrando) ocurrió: el Tribunal Supremo ha rebajado de 12 y siete meses a tres años de cárcel la condena al etarra De Juana Chaos por un delito de amenazas no terroristas y enaltecimiento del terrorismo. Es lo que hay. Paciencia y barajar, porque las decisiones del Tribunal Supremo hay que acatarlas aunque nos desagraden y aunque, como en este caso, la política haya precedido a la justicia. La parcialidad del Gobierno y de la gente del PSOE ha quedado más que de manifiesto. Antes de que los jueces del Supremo se reunieran han estado emitiendo juicios con la clara intención de influirles en su dictamen. Zapatero ya dijo en su día que la condena a 12 años y siete meses por un delito de amenazas dificultaba el proceso que él llama de paz. Y por si fuera poco, unas horas antes de que los trece magistrados que componen la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo se pronunciaran, el presidente del Senado Javier Rojo –cuarto en el orden de prelación en la representación del Estado- aseguraba que esa pena impuesta es excesiva. Claro que ellos –los del Gobierno- dirán que opiniones de todos los gustos se han producido por doquier. Y es verdad. Personalmente considero que nadie debiera aventurar juicios previos ante la perspectiva de un dictamen o sentencia. Pero no es lo mismo que lo hagan particulares, o incluso políticos de la oposición, que miembros del Gobierno, y mucho menos su presidente o una personalidad tan relevante como el presidente del Senado. No es lo mismo. La palma sobre estos juicios previos hay que concedérsela a Iñaki Anasagasti. Ese panizo del PNV escribió: "Si De Juan Chaos muere se habrá aplicado la pena de muerte en España por parte de una judicatura dependiente del PP, de la extrema derecha mas rancia del país. Acebes, Astarloa, Zaplana, Aznar… serán los grandes culpables de esta situación". Ahí queda eso. La voluntad del Gobierno favorable a este criminal encantado de serlo viene de lejos. Los privilegios de los que goza en la habitación del Hospital 12 de Octubre, denunciados incluso por los sindicatos policiales afines al PSOE, reflejan la debilidad de Zapatero ante el chantaje al que le somete De Juana. No olvidemos que la situación de este preso fue reivindicada en los comunicados de los bandoleros de ETA. Y menos aún que todo ese mundo abertzale lo ha elevado a sus altares, donde veneran a los más sanguinarios asesinos, y su excarcelación forma parte de las condiciones sine qua non para retomar las negociaciones del fin dialogado de la violencia. Y por oponerse a todo esto, por no ser cómplice de semejante felonía, al PP le llaman intransigente.

No hay comentarios: