viernes 9 de febrero de 2007
Rojo como ZP
POR CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS
El nombramiento de Fernández Bermejo ha estremecido al PP. Hay razones para ello. En más de una ocasión el nuevo ministro proclamó la necesidad de mantener vivo el recuerdo de la Guerra Civil y de entender la división entre la derecha y la izquierda de un modo beligerante y no tanto desde la racionalidad del sistema partidario, esto es, como una forma de organizar la convivencia.
Digo que las sospechas que rodean el nombramiento de Fernández Bermejo están fundadas en declaraciones y en hechos. No ha sido éste un fiscal discreto y, por lo mismo, cabe pensar que no va a estar interesado en desbaratar la fama que le acompaña. Como jurista, el nuevo ministro piensa que la Justicia no debe ser ciega y como político cree que la transición a la democracia se equivocó al predicar la reconciliación. Está con las izquierdas que preconizan una segunda transición ya que la primera se llevó a cabo en condiciones desfavorables para los «vencidos».
Llega a Justicia como «el fiscal rojo». En la línea que le gusta al presidente del Gobierno: laico y rojo. Y llega en unos momentos muy delicados para la organización del Poder Judicial tanto desde el punto de vista institucional como desde el punto de vista de la administración de Justicia en estos momentos de lucha antiterrorista. Y llega precisamente porque las cosas están así. ¿Es el referente que necesitaba Conde Pumpido y que nunca acabó de encontrar en López Aguilar?
En su retirada a Canarias conviene recordar que López Aguilar ha sido el político de los grandes pactos del PSOE. Él fue el protagonista del Pacto de Justicia con Michavila (perseguido hasta el Supremo por Fernández Bermejo) y él consiguió que el equipo de Zapatero se comprometiera con la Ley de Partidos. Sin su tozudez, los socialistas no habrían pactado una Ley que hoy está impidiendo que se lleve adelante el «proceso de paz». López Aguilar ha dejado como herencia un valladar para la legalización de Batasuna, y sería injusto no reconocérselo. Fiel a Zapatero, consiguió serlo a pesar de todo a algunas de sus más profundas convicciones. La ley de Partidos ha sido su condena.
El cambio en Justicia es fuerte. Gana Conde Pumpido.
viernes, febrero 09, 2007
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