lunes 5 de febrero de 2007
CARLOS LUIS RODRÍGUEZ
a bordo
¿Hay hueco?
Muchas aventuras políticas, y gran parte de las espaciales, se inician con la pregunta de si hay vida inteligente más allá. Más allá de las fronteras del mundo conocido, o más allá de los partidos clásicos que copan las instituciones. Nunca se sabe de antemano. Aunque se hagan sondeos previos para reducir la incertidumbre, es preciso arriesgarse y lanzar una nave o una sigla, tripulada por intrépidos exploradores.
Entre los lanzamientos que se están produciendo para buscar la órbita de las municipales, pueden seleccionarse dos que no sólo son geográficamente distantes (Tui y A Coruña), sino que discrepan en el mecanismo de propulsión. En un caso, se trata de la clásica lista independiente; en el otro, de una sigla rescatada de los recuerdos.
No es difícil encontrar en las primeras palabras de Diz Guedes el eco de innumerables puestas en escena similares. En todas se habla de prescindir de las ideologías, de poner por encima de todo el interés del municipio, de superar la decadencia de los últimos años, etcétera. Tanto el ex dirigente del PPdeG como otros independientes tradicionales hacen hincapié, además, en que su propósito es sólo local, como si pensaran que lo contrario los alejara de posibles apoyos, o les impidiera futuras alianzas.
El debut de Carlos Marcos con el PG sigue un guión completamente diferente. Hay ideología por un tubo, con alusiones nostálgicas al centro, cierto estilo que recuerda a Ciutadans (por ahora sin despelote cartelero), y una invocación a fundir coruñesismo y galleguismo modernos. Y nada de cinturones de castidad que circunscriban la aventura al espacio municipal.
Estas dos maneras son reflejo de dos personalidades y dos situaciones que poco tienen que ver. Diz lo fue todo en la política gallega. Eso le proporciona una enorme experiencia, pero también bastantes limitaciones. En definitiva, es prisionero de su pasado, mientras que Marcos carece de esas ataduras y puede ser incorrecto.
Ni el él ni el espectral Partido Galeguista coruñés tienen nada que perder en su viaje en busca de ese elector conservador cansado de tanta derrota, y al que el PPdeG le ofrece ahora un candidato tan laborioso como anodino. Así como los socialistas han sabido hacer la transición del líder fulgurante (Paco), al buen gestor amable y casero (Losada), la derecha política sigue anclada en su vocación de eterna comparsa.
En A Coruña no se produce una apuesta valiente como la de Telmo Martín en Pontevedra, que rompe con la tradición del PP local y reivindica sin complejos el modelo Sanxenxo. Agotada la vía clásica, se apuesta por otra con todas las consecuencias y sin cortarse un pelo. Es lo que hace el PG de Carlos Marcos, irrumpiendo en el territorio que los populares desperdician.
¿Qué factores suelen alejar al elector de las experiencias independientes? Básicamente dos: el personalismo y su condición de opciones efímeras. Se piensa que la evolución del proyecto será una prolongación de las vicisitudes personales de su mentor, que trasladará a su sigla filias y fobias de su vida política anterior. Se sospecha que ese viaje en pos de un sitio en el universo político se acabará cuando el astronauta se canse y decida volver a la tierra.
He ahí lo que diferencia la aventura tudense de la coruñesa. En Tui, Diz Guedes es la NASA y el tripulante; en A Coruña, ese personalismo está matizado por una (escuálida) sigla partidaria y un estilo desenfadado, fresco, al que le falta tal vez el detalle nudista que levantó el voto catalán.
domingo, febrero 04, 2007
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