jueves 22 de febrero de 2007
Va por usted, señora
MANUEL ALCÁNTARA
La ministra, todavía en el eventual cargo, doña Elena Salgado ha tenido que liquidar la ley seca. Alcemos nuestra copa por su fracaso, mientras ella bebe la suya, de agua mineral etiqueta negra. No sólo era absurdo su proyecto de equiparar el vino a las bebidas destiladas, sino bastante inoportuno. Se echó justamente encima al sector más solidario y logró algo infrecuente: que se agruparan los consejeros de Agricultura de todas las comunidades, incluidas las socialistas, con los españoles anónimos que acostumbran tomarse una copita al caer la tarde para procurar que no se lastime en su caída.Era una exageración lo de la muy puritana doña Elena. La verdad es que eso de la paridad, junto a justas reivindicaciones, ha provocado algunas paridas. Se ha conseguido acercar al sueño de Simone de Beauvoir, que reclamaba que una mujer estúpida tuviera las mismas posibilidades para acceder a un puesto de alto rango que un hombre estúpido, pero no se ha logrado que doña Elena tenga el mismo coeficiente mental que doña Simone. Tampoco que se igualen las neuronas de doña Cristina Narbona, que dice que «sólo el 8 por ciento de los españoles está a favor de los toros», con el de cualquier experto en estadística.Son cosas que pasan y nosotros hemos pasado un mal rato con la llamada 'Ley del Alcohol'. Menos mal que todo ha quedado en agua de borrajas, que quizá sea la bebida favorita de la todavía ministra. Podremos 'conversarnos una botella' con un amigo y seguir el ejemplo de Jesús de Nazaret, al que acusaron los fariseos de ser «comedor y bebedor de vino», además de tener amistad con gente pecadora. La ley era una mamarrachada. Sólo fue bien acogida por esos pedantones que, según don Antonio Machado, «se creen que saben porque no beben el vino de las tabernas». Un chasco de doña Elena. Tómese una copa para olvidar, ministra.
miércoles, febrero 21, 2007
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