miercoles 3 de enero de 2007
Atentado de ETA
Ecuatorianos
Juan Carlos Girauta
Su pasaporte extranjero hace que las autoridades y los periodistas no los consideren víctimas del todo. Quedarán en un limbo de desaparición. Un accidente, ya lo dijo Rodríguez.
Ecuatorianos silenciosos de áspero destino. Hombres de una república que deletrea la libertad en su lema nacional. Viajeros de la vida trasatlántica. De Quito a las barriadas madrileñas o barcelonesas va un trecho de esperanzas desgarradas. Sucres en el bolsillo del supuesto turista que despega y aterriza como un sueño vital, una epopeya. Peripecia del desarraigo, que nunca tiene patria y que siempre la busca.
En un tiempo lejano fue la Europa hambreada la que marchaba a levantar países llenos de fábricas y de coches y de cables. Y siempre los africanos. Hoy le toca a Ecuador, estremecido de indigenismo, saltar como un alma plural a nuestra España evanescente, que son ellos también. España que será progresivamente ecuatoriana, americana, devolviendo el esperma a sus orígenes.
Soy más del Ecuador que de aquí al lado. Más de allí que de estas montañitas nevadas y estas playas esparcidas. Y cuanto más ecuatoriano me hace el misterio de las migraciones, más lo quiero ser. Las lenguas de los indios se trenzan con rugosa eficacia, y sale de la América del Sur un bramido en la misma lengua de mis sueños y de mis columnas. El español. De Guayaquil a Barcelona un latido de puertos y de rumbos atraviesa el océano. Ecuador es España como España es Ecuador, no por pesadas razones de una historia durmiente en bibliotecas, sino por la única razón de la existencia: vivir para vivir. Buscarse la vida.
En el ecuador de su aventura, duermen discretos los ecuatorianos, austeros en los coches, en los aparcamientos, en los aeropuertos, cuando una bomba que no va con ellos, una bomba cargada de mentiras, los sepulta. Su pasaporte extranjero hace que las autoridades y los periodistas no los consideren víctimas del todo. Quedarán en un limbo de desaparición. Un accidente, ya lo dijo Rodríguez. Y pasa su muerte desprevenida en vez de pasar su vida despaciosa y fértil. Han matado a dos hombres.
miércoles, enero 03, 2007
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