jueves, enero 11, 2007

Ignacio Villa, Descompuestos

viernes 12 de enero de 2007
Gobierno Zapatero
Descompuestos
Ignacio Villa

¡Cuántos "lapsus" tiene Zapatero, casualmente siempre en la misma dirección! Aún no le hemos escuchado calificar de atentado ningún accidente ferroviario.

Estamos ante un Gobierno que parece que se haya desplomado y ante un presidente superado y desquiciado por los acontecimientos. Rodríguez Zapatero se ha referido al tremendo atentado de Barajas como un "trágico accidente". Ha sido en el Senado, este jueves, en la inauguración de la Conferencia de Presidentes. Pero ya había empleado ese calificativo el 29 de diciembre, en vísperas del bombazo de la T-4, y también en una entrevista en el diario El País poco después de la declaración del alto el fuego de ETA en marzo de 2006.
En cuanto se ha sabido lo que había dicho el jefe del Ejecutivo han salido los suyos para intentar salvarle la cara como pudieran. El inefable Moraleda aseguró que la frase en sí, lo importante era el mensaje que transmitía. Y un nervioso y enfadado Manuel Chaves ha saltado al ruedo descalificando a aquellos que han osado criticar lo dicho por el presidente del Gobierno. La defensa definitiva en la que se ha enrocado el Gobierno ha sido afirmar que lo de Zapatero no ha sido más que un "lapsus". ¡Cuántos "lapsus" tiene Zapatero, casualmente siempre en la misma dirección! Aún no le hemos escuchado calificar de atentado ningún accidente ferroviario.
Lo cierto es que estos "vacíos intelectuales" de Zapatero y los "equívocos nada casuales" de De la Vega calificando de "papelito" al pacto antiterrorista son un síntoma claro de los nervios que atenazan al Gobierno. Tanto resbalón en sólo 24 horas sólo tiene una traducción posible: el Gobierno se tambalea después del atentado etarra de Barajas. Cada día que pasa, cada hora que se consume el gabinete ofrece una imagen más lastimosa.
Faltan catorce meses para terminar la presente legislatura y se hace muy difícil pensar que Zapatero pueda seguir al frente todo ese tiempo. Un presidente que ha sido incapaz de cortar con los terroristas etarras simplemente porque lleva muchos meses negociando con ellos es una actitud poco compatible con la libertad y la democracia. Después del papelito y de los accidentes se puede esperar ya cualquier cosa de un Gobierno en caída libre, incapaz de reconocer sus errores. Un Gobierno descompuesto que se ha convertido en un peligro para los ciudadanos. Sólo piensan en la supervivencia y, por lo que parece, les vale todo. Esperemos que caigan en que su única esperanza de seguir en el cargo es volver al pacto antiterrorista y a aplicar el Estado de Derecho.

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