jueves, enero 04, 2007

Carlos Semprun Maura, ¿Origenes o historia del liberalismo?

viernes 5 de enero de 2007
HISTOIRE DU LIBÉRALISME EN EUROPE
¿Orígenes o historia del liberalismo?
Por Carlos Semprún Maura
No se crean que París es una ciudad moderna. Lo será para ciertas cosas, como la cibernética y otras diabólicas invenciones, pero en casos como el que nos ocupa sigue siendo antigua.
Me enteré de la aparición de este libro durante una conversación telefónica con José María Marco. E intenté comprarlo, porque no es nada frecuente que en Francia se explique y comente la historia del liberalismo, concepto convertido en el peor de los insultos. Mi primera y lógica reacción fue ir a la gran librería de las Presses Universitaires de France (PUF), sita desde siempre en el Boul’ Mich. Estaba cerrada, en obras, en vías de convertirse en almacén de fringues (ropa). Llamé a la editorial para saber si habían abierto otra, me dijeron que no; y además me afirmaron que el libro no figuraba en su catálogo.

Convencido de lo contrario, debido a mi conversación con José María Marco, voy a la librería más cercana a mi domicilio. Después de buscarlo un buen rato en su ordenador, uno de los jóvenes empleados de la librería, disfrazado de SDF (Sin Domicilio Fijo), como todo el mundo, lo encontró. Lo encargué y me dijo que volviera dentro de ocho días. ¡Ocho días! Por lo menos, son muy lentos...

Abrir el libro es como abrir la puerta en pleno invierno y, en lugar del metro de nieve que esperabas, encontrarte toda una montaña, el mismísimo Mont Blanc. No voy a hacer como tantos críticos, que leen las solapas y la contraportada, y algún capítulo en diagonal, y luego comentan sesudamente la obra en cuestión, aprovechando, eso sí, para hablar de sus conflictivas relaciones con su padre, su mujer o quien sea. Confieso sinceramente que sólo he leído trozos; de esos trozos voy a hablar. Y seguiré leyéndolo a trozos, como si de una enciclopedia se tratara. También debo reconocer que muchos de los autores y de las situaciones aquí comentados me eran desconocidos, porque se trata de una obra colosal, no por muy académica menos interesante, teniendo en cuenta el sectarismo antiliberal que reina en los medios académicos y universitarios de Europa.

A tout seigneur tout honneur, los primeros trozos que voy a comentar se refieren a España. Perdido en esa montaña de páginas y nieve, alivia encontrar un amigo (y un maestro) como José María Marco, que publica un texto sobre el liberalismo español desde la Cortes de Cádiz a la Transición. En veinte páginas, no se puede decir más de lo que dice, ni mejor; pero, para quienes no han leído sus libros, y concretamente su magnífico La libertad traicionada, sabe a más.

Quiero, sin embargo, señalar, como muestra de la decadencia de todo en Francia, hasta de las ediciones académicas, algunas fenomenales erratas, de las que Marco es inocente, y que demuestran, sencillamente, que ya no hay correctores de imprenta. Señalando Marco el interés de la obra de Díez del Corral, aparece un 1991/1997 como fechas del nacimiento y la muerte de éste; un pequeño genio fue don Luis, por lo que se ve (lee). Otro tanto ocurre cuando, relatando los aciertos, dificultades y errores de Antonio Maura, Marco señala –o, por mejor decir, le hacen señalar– que tuvo mucha influencia durante el primer decenio del siglo XIX; un par de líneas antes se nos da su fecha de nacimiento: 1853... O sea, que don Antonio influyó lo suyo en la cosa política antes de que su señora madre lo trajera al mundo... Hay otras erratas, pero no voy a hacer el recuento; sí voy a decir que el breve texto de Marco puede con ellas y con todo lo que le echen.

La otra ventanilla abierta hacia España es el artículo de Jesús Huerta de Soto titulado "Juan de Mariana y la segunda escolástica española". Recordaré que este autor ya publicó en La Ilustración Liberal un artículo sobre la teoría bancaria de la Escuela de Salamanca, y que nuestra revista se ocupó de dicha escuela en los números 11 y 12. No me atrevo a comentar, ante tanto erudito, la obra abundante y compleja de Juan de Mariana, pero debo reconocer que me entusiasmé cuando leí (pág. 115) que el jesuita se decía, en un escrito de 1598, partidario del tiranicidio, y que cualquier ciudadano tenía derecho a asesinar al rey "que crea impuestos sin el consentimiento del pueblo, se apropia de la propiedad de los individuos y la despilfarra, o impide la reunión de un parlamento democrático".

¡Qué maravilla! Claro que hay que tener en cuenta, desgraciadamente, las leyes de la polémica y la época, porque si ejerciéramos ese santo derecho al tiranicido acabaríamos perpetrando un genocidio, de tantos como hoy son culpables según el criterio de Mariana, pero el principio sigue vigente.

En la introducción general, los coordinadores del libro que nos ocupa, Philippe Nemo y Jean Petitot, explican que quieren rehabilitar el liberalismo, tan ridículamente atacado por doquier, y demostrar que para los europeos no son las suyas teorías extranjeras, anglosajonas, "imperialistas", como tantos dicen. Y es que las raíces de las teorías liberales son europeas, y a la vez laicas y cristianas. Pero, pese a su patriotismo o chovinismo europeo, se ven obligados, por lo visto, a concluir esta obra colosal con un texto de Barry Smith, anglosajón a más no poder y, entre otras cosas, profesor en la Universidad de Nueva York en Búfalo.

En realidad, este libro, más que Historia de..., debería titularse Orígenes del liberalismo europeo, porque de eso trata en lo esencial. Tomemos el capítulo sobre el liberalismo francés, en el que se comentan obras y biografías de gentes como Pierre Nicole, Montesquieu o el magnífico Condorcet pero no las de Montaigne o La Boetie, pongamos. Desde el punto de vista cronológico, es cierto que éstos vivieron en el siglo XVI y el capítulo arranca en el XVIII, pero no me parece argumento suficiente. Peor me parece que nada se diga del liberalismo francés en el siglo XX, o, mejor dicho, que se limiten a citar algunos de los comentarios de Raymond Aron sobre la obra de Friedrich von Hayek, pero ni una palabra sobre Jean-François Revel, por ejemplo.

En cambio, lo esencial de los estudios publicados sobre el liberalismo austríaco se refieren al siglo XX, y se concentran en la obra magistral de Von Mies, Hayek y Popper, que desde luego se lo merecen, pero francamente no entiendo muy bien esta selección, o parti-pris. En realidad, los aciertos y derrotas del liberalismo en el terreno político (y no sólo en los campos económico y filosófico) durante los tremendos siglos XIX y, sobre todo, XX, cuando la democracia liberal se veía condenada por todos y se enfrentaba a totalitarismos que parecían a casi todos el futuro luminoso, la modernidad, el desarrollo planificado y otros desastres, apenas se trata en este libro. Salvo José María Marco, que habla esencialmente de eso, brevemente, como queda dicho.

Este relativo menosprecio por la política, incluidas la filosofía y las teorías políticas, explica, sin duda, que tampoco se realice en este libraco el menor análisis comparativo sobre las diferencias entre democracia parlamentaria y democracia liberal. Aunque no sean conceptos opuestos, no son exactamente lo mismo. Desde luego, ambas rechazan cualquier tipo de tiranía o de absolutismo y ambas son sistemas parlamentarios con economía de mercado (como se define hipócritamente el capitalismo), pero también es cierto que existen democracias parlamentarias muy poco liberales, y el ejemplo más cercano y más evidente es, precisamente, Francia.

PHILIPPE NEMO Y JEAN PETITOT (dir.): HISTOIRE DU LIBÉRALISME EN EUROPE. PUF (París), 2006, 1.440 páginas.

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