martes, diciembre 02, 2008

Ferrand, Tailandi mon amour

Tailandia mon amour

M. MARTÍN FERRAND

Martes, 02-12-08
RESULTA sorprendente averiguar, al hilo de los acontecimientos, que en esta época del año haya seiscientos españoles con tiempo disponible y capacidad de renta suficiente para pasar unas vacaciones en lo que fue el mítico Reino de Siam. Aunque Tailandia es un destino turístico acreditado, si únicamente en el entorno de Bangkok hay, en un momento vacacional atípico, seiscientos paisanos, ¿cuántos puede haber en estas fechas en todo el mundo? Y eso sin contar las expediciones colectivas organizadas, como la de la Comunidad de Madrid a Bombay, por las instancias de poder europeas, nacionales, autonómicas y locales.
El Gobierno de España, tradicionalmente más atento a los problemas distantes que a los de cercanías, ha organizado la repatriación de los compatriotas a quienes la crisis política tailandesa, tan larga como pacífica, alteró sus planes de viaje y regreso. Ha fletado tres aviones para rescatarles... ¿de qué? La situación del Reino de Tailandia no es nueva ni desconocida para nadie que le preste mediana atención a la actualidad del sureste asiático y, a mayor abundamiento, para compensar las incomodidades que se hayan podido producir a los retenidos por la situación, las autoridades locales les pagan el hotel y les abonan una dieta de cuarenta y tantos euros diarios.
Desde el pasado mes de agosto el Palacio del Gobierno, en Bangkok, está ocupado por los manifestantes que, pacíficamente, buscan reformas radicales para su país. En esas condiciones, ¿entra en las responsabilidades exigibles al Estado la organización del regreso de quienes, por sí y ante sí, decidieron pasar unos días en el único país de la región que, curiosamente, nunca ha sido colonizado por ninguna de las potencias europeas? Estamos tan hechos a que el Estado asista y tutele cada paso de nuestra existencia, desde el nacimiento, el empleo, la enfermedad, el desempleo, la jubilación... que hasta parece lógico que deba actuar como una agencia de viajes subsidiaria.
Conste que muchos españoles retenidos en Tailandia están encantados de que así sea. Disfrutan de unas inesperadas vacaciones pagadas. No hay situación alguna de peligro y el trato de los tailandeses a los cien mil turistas de todo el mundo que viven la situación de nuestros compatriotas resulta exquisito. Aun así, ¿tiene sentido la movilización emprendida por el Gobierno para el «rescate» de los que, en su día, emprendieron un viaje con un riesgo previsible? No es esta una pregunta retórica. Crecientemente, a la vista de cómo se disminuye la responsabilidad de nuestros propios actos, tengo más dudas sobre el ámbito real de lo público. Naturalmente, si es una función del Estado el ofrecernos «Mira quién baila», como hacía anoche TVE, podría serlo la de, no mediando peligro, facilitar el regreso de los turistas. ¿Eso tiene límites?

http://www.abc.es/20081202/opinion-firmas/tailandia-amour-20081202.html

No hay comentarios: