martes, diciembre 09, 2008

Una partida de tute, el síntoma de una enfermedad no curada

martes 9 de diciembre de 2008
Una partida de tute, el síntoma de una enfermedad no curada

Alfredo Casquero (Elsemanaldigital.com)

E TA seguirá matando mientras las partidas de tute continúen tras un asesinato. Como si fuera algo normal, que alguien se desangre en la calle por un tiro en la nuca, como cuando lo terrible se vuelve costumbre, paisaje, cuando el terror torna cotidiano. Esa maldita partida de tute es un reflejo de lo enfermizo de la sociedad vasca. Hablan de las buenas gentes de la comunidad vasca (me niego a llamar país a una región española). Pero esas buenas gentes continúan jugando a las cartas cuando alguien muere. Aunque sea de los suyos. Es fingir que la muerte no ha venido, es fingir que alguien puede morir por decisión de otro. Es mirar a otro lado, cambiar de acera cuando cruza una víctima, o negarse a celebrar un funeral por un familiar asesinado, y permitir que las calles se ensucien con el nombre de asesinos, y dejar que en las instituciones la voz de los que han matado a Ignacio Uría suene con la misma legitimidad. Es el silencio cómplice de tantos años de las buenas gentes, de aquellos que son incapaces de llorar con la muerte inmediata, y han de seguir jugando a las cartas, porque el miedo les impide realizar otra cosa. Es ese miedo el que ha convertido a las provincias vascas en un lugar en el que no hay libertad, en el que no hay democracia, aunque nadie quiera ver la realidad y se empeñen en disfrazar de verde la oscuridad con la que ETA les envuelve.

Son también las palabras del presidente de la comunidad, acerca de la muerte de un vasco. Como si a los otros vascos que han muerto, los verdaderamente vascos porque son también españoles, no hubiera que protegerles con ese mismo manto de pertenencia. Y es esa búsqueda hipócrita de la paz, cuando no hay guerra. Y es ese canto baldío a un derecho inexistente, y esa nauseabunda equidistancia, y esa calculada estrategia electoral.

ETA desaparecerá el día en que el PNV abandone el gobierno. El día en que esos que llaman buenos, miren a los ojos del muerto, aunque no sea de los suyos, el día en que una partida cartas no trate de borrar un asesinato cometido por un vasco malnacido.

Las condenas de siempre no sirven, las palabras oportunas de los líderes se quedan viejas, nada más ser pronunciadas. Esa unidad pretendida es vacía, si no hay un objetivo claro. Ninguna negociación más señor Zapatero. Ningún cálculo más señores políticos. Sólo la ley, contra ellos. Toda la fuerza de la ley. Ningún atisbo de ETA en ningún rincón de nuestra tierra, la vasca, (es mía también porque es española). Ya se perdió el primer día para acabar con ETA. Mientras los discursos se pronuncian, y los actos de condena se repiten ETA continúa en los ayuntamientos. Esa debe ser la unidad de los políticos. Acabar con ETA, con sus apoyos, con sus dobles, con todo lo que tenga relación con los asesinos.

La otra unidad, la que sale en los periódicos y repiten en las televisiones, tiene la duración de una partida de tute. Y la misma eficacia.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp

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