LUIS POUSA
celtas sin filtro
Asentamiento difuso
Es evidente que la dispersión del hábitat encarece los servicios y eso, en cierta medida, supone un despilfarro de recursos siempre escasos. De ahí que una de las recomendaciones en la que vienen insistiendo los expertos sea redimensionar el número de municipios que tiene Galicia. A este respecto, el profesor Luis Caramés suele decir que el redimensionamiento de lo local responde a una realidad objetiva: el desajuste entre el territorio institucional y el espacio funcional. Lo que provoca una mala asignación de recursos y una inadecuada gestión.
La más reciente aportación en este sentido la acaba de hacer Albino Prada Blanco, catedrático de Economía Aplicada de la Universidade de Vigo. Prada propone reordenar el mapa municipal bien reduciendo el número de ayuntamientos de 315 a 280 o ir a la creación de siete áreas metropolitanas, en las que se supriman los municipios que las integren, aunque el autor es plenamente consciente de que para llevar a cabo su propuesta es preciso vencer las fuerzas y resistencias de un sedimentado inmovilismo.
Por decirlo de una manera más clara: en último término, el problema es de falta de voluntad política para elegir y decidir.
Huelga decir que los municipios con pocos habitantes no están en condiciones de gestionar las competencias y servicios que tienen atribuidos, y, por otro lado, el esfuerzo fiscal de los municipios gallegos es de los más bajos de España, como tienen demostrado los profesores Antonio López, máximo responsable del Consello de Contas de Galicia, y Xaquín Álvarez Corbacho, conselleiro del Consello de Contas, en distintos trabajos y publicaciones.
Esta es a grandes rasgos la situación estructural del mapa local gallego.
Coincidiendo con la puesta en marcha del fondo municipal aprobado por el Gobierno Zapatero ( como una medida contra la crisis cuyos principales objetivos son luchar contra el paro y, al mismo tiempo, acometer una serie de pequeñas obras en infraestructuras que pueden ayudar a recuperar la actividad económica y sean inversiones necesarias para los municipios), representantes del PPdeG y del BNG han coincidido en reclamarle al Gobierno central que la distribución de dicho fondo tenga en cuenta la variable de la dispersión territorial.
Algo que, en principio, cabría apoyar. Pero que, al mismo tiempo, no hace más que incidir en lo costoso que resulta sostener un modelo de asentamiento difuminado por todo el territorio y la falta de voluntad política que ha habido hasta ahora para hacerle frente, con unos mínimos criterios de raci0nalidad económica, a ese problema, aunque las raíces del mismo estén asidas por elementos sociológicos y psicológicos.
La propuesta de introducir la variable dispersión en la distribución del fondo municipal merece, no obstante, ser muy meditada antes de hacerla efectiva, pues podría abrir un debate a nivel estatal que otras autonomías lo aprovecharían para exigir otras variables como criterio de reparto; por ejemplo, la tasa de paro, a fin de cuentas uno de los objetivos de dicho fondo. Como es sabido, Galicia registra una tasa de desempleo tres puntos por debajo de la media española y la mitad de la de Andalucía, y no pocos municipios gallegos casi no tienen paro porque apenas tienen población activa.
http://www.elcorreogallego.es/opinion/ecg/asentamiento-difuso/idEdicion-2008-12-12/idNoticia-374795/
jueves, diciembre 11, 2008
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