miércoles, diciembre 17, 2008

Desde GaliciaEl franquismo y el (los) gallego(s)

jueves 18 de diciembre de 2008
Desde GaliciaEl franquismo y el (los) gallego(s)

Cuando en mi última colaboración para este periódico hablaba de que Franco resucitó en el Parlamento de Galicia de la mano del portavoz del BNG, la semana pasada, desconocía por completo que el caudillo iba a quedarse instalado en la Cámara gallega hasta el punto de presidir el Debate sobre el Estado de la Autonomía, celebrado en esta que ahora acaba.

Entre el tedio servido por el largo y poco novedoso discurso del presidente Pérez Touriño, a quien alguno de sus numerosísimos asesores debiera haberle recordado que tiene unas elecciones en puertas y que algunas dosis de ilusión hubieran sido oportunas, y las palabras de Quintana, en su línea de aquí estoy yo y su estilo de yo a mí bola con lo del Estatuto de nación aunque no le importe a nadie, fueron dos personas, una muerta pese a los reiterados intentos por resucitarla, y otra que dio la imagen de estar más viva que nunca, las que destacaron y sobresalieron en las dos jornadas dedicadas, en principio, a analizar la situación de esta Comunidad: Franco y Alberto Núñez Feijóo.

La sombra de un PP que avanza con fuerza y ganas planeó desde la primera intervención de su líder en el debate, y amenazó como nunca en la segunda, aunque lleva ya tiempo oscureciendo las aspiraciones de PSOE y BNG. Fue por ello, seguramente, que ambos partidos quisieron hacer piña en el Parlamento, dar apariencia de unidad, alabar la gestión de la Xunta como si ésta fuera solo una construida mano a mano entre socialistas y nacionalistas y definir como única diana a los populares. Sin embargo, nada de eso logró despejar la sombra. Por lo que, una vez más, tuvieron que levantar la losa del Valle de los Caídos.

Entre las más de seiscientas propuestas de resolución, casi todas del PP, que se votaron -y rechazaron en su mayor parte-, en la segunda jornada del debate, dos se llevaron la gloria y, para asombro de muchos, lograron unir a los tres partidos con representación en el Parlamento gallego: la condena al franquismo y el Plan de Normalización Lingüística. En un momento de crisis económica en el que lo que quieren los gallegos es ver una luz de futuro, nuestros gobernantes desentierran el pasado. Lo hicieron, los del bigobierno, en un intento algo desesperado de vencer a su creciente adversario tendiéndole una trampa. Y, para que ésta fuera completa, la complementaron con lo de defender el gallego, convencidos de que así meterían en un brete a los de Alberto Núñez y le despojarían del protagonismo logrado a base de defender a los gallegos, en plural de ciudadanos.

La treta no les funcionó como querían y, al contrario, le dio una nueva oportunidad al presidente de los populares de demostrar que para derrotarle hará falta algo más que triquiñuelas propias de derrotados. No sólo apoyó la propuesta de condenar el franquismo, con lo que dejaba a socialistas y nacionalistas sin la opción de una de esas campañas de descalificación a base de argumentos rancios que tanto les gustan, sino que logró que se incluyese en la misma un reconocimiento a todas las víctimas de la Guerra Civil, sin esa distinción de bandos tan propia de los progres. Y apoyó también la defensa del gallego, a través de un Plan de Normalización que había sido aprobado ya en 2002, cuando gobernaban los suyos. Pero dejando claro, inmediatamente después, que cuando en Galicia haya un solo Gobierno, el que él presida, quedará derogado el decreto que impone ese idioma en la enseñanza. Porque una cosa es apoyar la lengua y otra imponerla discriminando. Algo que parecen no haber entendido los bigobernantes de la Xunta, esos que prefieren hablar del franquismo y del gallego en lugar de centrarse en los gallegos.

http://www.elimparcial.es/contenido/24794.html

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