miercoles 20 de febrero de 2008
ESTADOS UNIDOS
¡McCain!
Por Larry Elder
¿Por qué hay tantos republicanos que braman: "Preferiría votar a un demócrata antes que al 'insuficientemente conservador' John McCain"? ¿Serán los mismos republicanos que en el año 2000 votaron alegremente por el entonces gobernador de Texas, George W. Bush?
En la campaña de 1980, Ronald Reagan abogó por echar el cierre al Departamento de Educación. Bush, por su parte, prometió ser "el presidente de la educación", y no se le ocurrió nada mejor que dar más peso al Gobierno federal en tal materia por medio de la ley No Child Left Behind (Que ningún niño se quede atrás).
En lo relacionado con la sanidad, Bush prometió una ley que se ocupara de las recetas de los mayores... y cumplió ejecutando la mayor expansión de la historia del Medicare. Asimismo, prometió dotar de más fondos públicos a las iniciativas religiosas. También cumplió.
Los que ahora claman contra McCain, ¿son los mismos republicanos que, antes del 11-S, secundaron al presidente Bush cuando bregaba por emplear fondos federales para la investigación con células madre preexistentes? ¡Fondos federales! ¿Son los mismos republicanos que, firmes partidarios del Gobierno Limitado, apoyaron a Bush cuando, tras el atentado contra las Torres Gemelas, decidió ampliar el Departamento de Seguridad Nacional, con lo cual hizo realidad el sarcástico dicho que dice que lo mejor que se puede hacer por una burocracia ineficiente es añadirle otro poco de burocracia?
¿Son, acaso, los mismos republicanos que, fervientes partidarios de poner en su sitio al Estado, aplaudieron la injerencia del Congreso en el caso Terri Schiavo? ¿Son los mismos republicanos que jalean al presidente cuando promete emplear la fuerza americana tanto para defenderse del islamofascismo como para promover "la expansión de la libertad" en el mundo?
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Pero es que McCain... Es que McCain... ¿Por qué McCain? ¡Es para echarse a llorar!
Sí, el senador McCain votó contra las rebajas fiscales de Bush en 2001 y 2003. Sí, McCain, igual que Al Gore, considera que el calentamiento global es un peligro claro y presente. Sí, McCain se opuso a hacer prospecciones petrolíferas en la Reserva Nacional del Ártico. Y sí, fue uno de los artífices de la estúpida Ley McCain-Feingold, que hace mofa de la Primera Enmienda.
¿Qué más podemos decir del senador por Arizona? Que se opone a utilizar los simulacros de ahogamiento en los interrogatorios incluso en los casos denominados Es-sólo-cuestión-de-tiempo [que estalle la bomba]. Que, junto con su homólogo Joe Lieberman, promovió la adopción de los denominados "niveles de eficiencia" en los combustibles. Y, lo más relevante para multitud de republicanos, que se unió al demócrata Ted Kennedy para promover una reforma de la política sobre inmigración que dejaba a los ilegales vías abiertas a la obtención de la ciudadanía.
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Pero ¿no son estos mismos republicanos del No-puedo-votar-a-McCain los que dicen preocuparse por la guerra en Irak, la economía y el Tribunal Supremo?
Por lo que hace a la guerra, la mayoría de los conservadores, así como otros muchos americanos, cree que la liberación de Irak ayudó a mantener América a salvo. Irak mantiene a los terroristas ocupados en lo que Osama ben Laden ha denominado "el frente central".
Pues bien, McCain ha apoyado siempre la intervención en aquel país, y respaldó entusiásticamente el incremento de tropas, táctica que ha producido un descenso espectacular en los niveles de violencia y la emergencia de signos de reconciliación política. Tanto Hillary Clinton como Barack Obama, sus oponentes demócratas, quieren, en cambio, retirarse de Irak cuanto antes, sin que les importe un comino las consecuencias.
En cuanto a la economía, ¿no creen los conservadores que los recortes fiscales de Bush ayudaron a relanzar la economía, engrosar los ingresos de las familias y crear puestos de trabajo? El senador McCain votó a favor de la extensión de los recortes en 2006, y apoya la derogación del impuesto de sucesiones, mientras que sus rivales demócratas prometen acabar con los recortes y subir los impuestos a los "ricos". Las promesas que han evacuado Clinton y Obama supondrían un incremento presupuestario de entre 200.000 y 300.000 millones de dólares cada año.
Ahora reparemos en el Tribunal Supremo. McCain apoyó las candidaturas de Alito, Thomas, Scalia y Roberts. Hasta votó por el "reaccionario" Robert Bork.
El juez John Paul Stevens tiene 87 años, y otros cuatro componentes del Supremo están por encima de los 70 años. Con un nuevo juez conservador, la sentencia del caso Roe vs. Wade podría, finalmente, ser historia. ¿Están dispuestos los conservadores a permitir que ese veredicto siga en vigor al menos una generación más? Como diría McEnroe, ¡no pueden estar hablando en serio!
La banda del Prefiero-quedarme-en-casita-antes-que-votar-a-McCain cree que así facilita una renovación reaganita del Partido Republicano. Bueno, pues imagínense un Congreso demócrata enviando a la presidenta Clinton un Hillarycare para su inminente aprobación. Cuando tal programa salga de la botella, a ver quién es el guapo que vuelve a meterlo dentro. McCain, bien se sabe, se opone a que el Gobierno se haga cargo de la sanidad.
Con todos sus defectos e imperfecciones, el irritante senador por Arizona sabe lo que se hace en los asuntos más importantes: Irak, los impuestos y el Supremo. Nuestra nación sigue estando en guerra, y lo que está en juego es vital.
© Laurence A. Elder. Distributed by Creators Syndicate
http://exteriores.libertaddigital.com/articulo.php/1276234320
miércoles, febrero 20, 2008
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