viernes 29 de febrero de 2008
El debate de anoche
POR M. MARTÍN FERRAND
ESCRIBO sobre el debate estelar, entre los organizados por TVE en La 1, antes de que se produzca, sin haberlo visto porque no quiero referirme a su contenido, sino a su forma que, en mi modesta opinión, quiebra algunos supuestos formales de la democracia y tiende a institucionalizar un bipartidismo que, siéndolo de hecho, no debe ser alentado y mantenido desde un medio de comunicación de titularidad pública y que, por tener cobertura nacional y funcionar con cargo al Presupuesto, no debiera ningunear las opciones políticas minoritarias que, legítimas y constitucionales, florecen en la periferia.
Bien está que los dos grandes líderes nacionales que aspiran a presidir el Gobierno de España se corten a la medida un par de debates en los que puedan lucirse ante sus respectivas parroquias y, en lo posible, captar devotos de las ajenas. Llegados al prêt-a-porter de los debates, a la gran sopa de letras de la representación parlamentaria, esos dos grandes grupos debieran forzar la humildad de sus líderes y forzar su comparecencia en pie de igualdad de quienes, aún representando un menor número de ciudadanos, no serán diputados de segunda ni restos de serie o desechos de tienta.
Josep Antoni Durán Lleida, a quien deseo un pronto restablecimiento de su inoportuna dolencia, estaba ayer como una pantera porque en esa propuesta de «debate general» el PSOE se hacía representar por Ramón Jáuregui, dignísimo candidato socialista por Álava, y el PP por Esteban González Pons, respetabilísimo número uno de la lista popular por Valencia. No le faltaba razón a Durán. Nuestro sistema, aunque los grandes líderes parezcan olvidarlo, no es presidencialista. El día 9 de marzo elegiremos, únicamente, representantes para el Congreso y el Senado. Entre los elegidos para la Cámara Baja se elegirá, en segundo grado, un jefe del Ejecutivo. Es decir, sólo los electores de Madrid podrán respaldar con su voto a Mariano Rajoy o a José Luis Rodríguez Zapatero. Algo que, dadas sus aspiraciones, debiera obligarles a un trato de mayor proximidad con los representantes de IU, CiU, ER, PNV o CC.
La democracia, como si fuera un delicado vaso de cristal, puede perder todo su contenido si se quiebra en sus formas. Si se las golpea o menosprecia. Al debate de anoche, como para marcar distancias, tampoco acudieron los números uno de todas las formaciones representadas. No sé si por no ser menos o por parecer más. Un debate a siete es, posiblemente, un despropósito audiovisual poco enriquecedor para los ciudadanos; pero eso es lo que exige el supuesto parlamentarismo que nos marca la Constitución. Aunque todos estemos a punto de un naufragio, nadie entre los poderes de la Patria tiene derecho a sentirse Robinson Crusoe. Ni solo, ni en compañía de otro.
http://www.abc.es/20080229/opinion-firmas/debate-anoche_200802290247.html
viernes, febrero 29, 2008
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