sabado 1 de marzo de 2008
A la intemperie
Miguel Ángel Loma
R OSA DÍEZ, fundadora y líder del nuevo partido Unión, Progreso y Democracia (UPyD), anda denunciando justificadamente el ninguneo y discriminatorio trato que tanto ella como su partido están recibiendo en la presente campaña electoral. Se queja de la dificultades para la financiación de su campaña, de que la excluyan de la participación en los grandes debates o que no se informe en los medios de titularidad pública, como se hace con los otros, de las actividades y propuestas de su partido.
Pero todas esas circunstancias que denuncia doña Rosa, ni son de ahora, ni se le aplican exclusivamente a ella. Son las mismas que padecen desde siempre todos los partidos políticos que no lograron obtener representación en las últimas elecciones o que se presentan por primera vez a ellas. Una situación que se asemeja a una carrera de obstáculos donde, a quienes vencieron en la última, no sólo se le asignan las mejores calles de salida, sino que gozan de menor número de dificultades mediante ayuditas bajo diferentes formas: como la continua presencia de sus representantes en los medios de comunicación, la asignación de mayores espacios gratuitos, etcétera. Aunque todo ello signifique una clara merma del principio de igualdad de oportunidades, así lo dispone la ley; y como ésta la hacen quienes ganan, pocas reformas cabe esperar de quienes se benefician con su repetida aplicación.
No obstante, la más indicada para quejarse de tan injustas reglas del juego no es Rosa Díez, porque ella participó en bastantes campañas electorales cuando era candidata por el PSOE, ocupando cargos tan relevantes como Consejera de Turismo del Gobierno Vasco (1991-1998) y europarlamentaria socialista (1999-2007). Cuesta creer que una mujer tan inteligente no supiera cómo funcionaba todo esto.
Y en cualquier caso, tampoco doña Rosa puede quejarse demasiado, porque al menos cuenta con el cariñosísimo y privilegiado apoyo de un medio de comunicación tan influyente como es la cadena COPE, pese a que el programa electoral de la UPyD abogue por expulsar la asignatura de religión del currículo educativo, por retirar los símbolos religiosos, por impulsar el desarrollo de políticas dirigidas a la laicización progresiva del Estado, por reformar la Constitución para suprimir la mención a la Iglesia Católica en el art. 16, 3; etc., etc. Un partido que cuenta entre sus máximos ideólogos con un Fernando Savater (el que decía que España se la suda) acérrimo defensor de la imposición de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, y que no desaprovecha ocasión para arremeter contra la Iglesia y contra la moral cristiana. Parece que con tal de que gane el PP, en la COPE todo vale; incluso promocionar a quienes se muestran abiertamente contrarios a los valores e ideario de la cadena. En fin, ellos sabrán...
Lo que otros sabemos es el miserable trato que esa misma cadena dispensa a los pocos partidos políticos que defienden explícitamente los principios no negociables para la actuación del cristiano en política, que señala Benedicto XVI: «el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural; la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer; la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas». Un trato tan miserable que, como sucede con uno de estos partidos, Alternativa Española (AES), llega hasta el punto de vetar cualquier publicidad pagada en sus ondas.
Y me pregunto: ¿para qué se preocupan los obispos en emitir una nota de orientación ante las elecciones, si luego el medio de comunicación del que son titulares no sólo promociona a los contrarios a dichas orientaciones, sino que ni siquiera permite la publicidad de quienes se identifican con ella?
¿Misterium fidei? No precisamente; y si es misterio de fe, no es fe de pobre, sino fe de rico.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4479
viernes, febrero 29, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario