Tamames y Lopez, Pobreza infantil en Europa

jueves 28 de febrero de 2008
Pobreza infantil en Europa

R. Tamames y M. López
En el próximo Consejo Europeo de Primavera del 13 y 14 de marzo, los Jefes de Estado y de Gobierno prestarán especial atención a la dimensión social del paquete a revisar sobre empleo y crecimiento, mediante el análisis del “Informe conjunto sobre protección social e inclusión social” que mañana será aprobado por los Ministros de Empleo y Asuntos Sociales.
El aspecto más llamativo del citado informe es, sin lugar a dudas, el que hace referencia a la pobreza infantil, pues cuesta creer que en 2006, en una sociedad como la europea, el 19 por 100 de los niños vivieran en condiciones de pobreza o estuvieran al borde de caer en ella.

La pobreza, definida como una condición en la cual los ingresos familiares son menores al sesenta por ciento de la media salarial establecida para cada país, afecta a más niños que adultos en la Unión, pues el nefasto dato entre estos últimos se sitúa tres puntos porcentuales por debajo, es decir en el 16 por 100.

Este fenómeno mediante el cual los niños son la parte más vulnerable de la sociedad viene constatándose desde finales de la década de los noventa por tres causas principales: la falta de trabajo de los padres, los bajos salarios y una ayuda insuficiente para las familias. Para superarlo, las autoridades europeas estiman necesaria la combinación de oportunidades laborales de calidad que permitan a los padres integrarse y progresar en el mercado de trabajo, una ayuda financiera adecuada y bien diseñada y una oferta de servicios necesarios para los niños y sus familias; lográndose así un equilibrio entre la ayuda a las familias y las medidas destinadas directamente a los propios niños.

En cuanto a las diferencias entre los países comunitarios, es obligado subrayar que, por ejemplo, el porcentaje español de pobreza infantil es cinco puntos superior a la media de la Unión Europea, mientras que los mejores datos se encuentran en Dinamarca y Finlandia, con un 10 por 100, y Chipre con un 11 por 100 de niños pobres.

Por lo demás, no todos los aspectos estudiados en el “Informe conjunto sobre protección social e inclusión social” revelan datos tan negativos, es más, en él se nos señala que aunque las situaciones de partida difieren según los Estados miembros, todos han progresado, quizá en parte gracias al Método Abierto de Coordinación (MAC) implantado en 2006 que aumenta la capacidad de la UE para apoyar a los diferentes países en sus esfuerzos por aumentar la cohesión social. En ese sentido, es importante señalar que entre los trabajadores de más edad va aumentando la tasa de empleo, e incluso en nueve Estados miembros se ha alcanzado el objetivo de la Agenda de Lisboa del 50 por 100 para las personas de 55 a 64 años. Además, las reformas de las pensiones están bien encaminadas en todos los Estados si bien es cierto que se recomienda su vigilancia con regularidad dada su incidencia en la futura sostenibilidad de los sistemas sociales.

En cuanto a otros ámbitos en los que habrá que aunar esfuerzos en el futuro cabe destacar las preocupantes desigualdades existentes entre los diferentes Estados miembros en salud. Un tema, este último, en el que las políticas sociales influyen considerablemente y que constituye a su vez un importante determinante de las oportunidades de que gozan las personas a lo largo de su vida. Así, por ejemplo, la esperanza de vida de los hombres oscila entre 65,3 años (Lituania) y 78,8 años (Chipre y Suecia) y la de las mujeres oscila entre 76,2 (Rumania) y 84,4 (Francia).

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=28/02/2008&name=euroventana