miércoles, octubre 10, 2007

Xavier Navaza, Estatuto, la "troika" de nunca jamas

jueves 11 de octubre de 2007
XAVIER NAVAZA
corresponsal en galicia
Estatuto, la "troika" de nunca jamás

Suma y sigue. Si hoy se reuniese la troika (Emilio Pérez Touriño, Anxo Quintana y Alberto Núñez Feijóo) para seguir debatiendo hasta el infinito sobre el cumplimiento y ampliación del Estatuto de Autonomía, la reunión no duraría ni lo que tarda en desvanecerse en el aire el suspiro de un gorrión desnudo.
Y si entonces las principales dudas se hallaban en el campo de juego de los populares, hoy ese territorio comanche lo comparten los socialistas.
La respuesta que ayer le dio el presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, al senador nacionalista Francisco Jorquera no admite lecturas paralelas: no habrá, de momento, traspaso de competencias a Galicia en las materias que los nacionalistas gallegos reclaman por vía institucional prácticamente desde que el joven Quin pisó por primera vez las suaves moquetas del poder autonómico en nuestra tierra.
Es decir, que el patrimonio de la Seguridad Social, los medios que actualmente dispone la Administración General del Estado en materia de Salvamento Marítimo, la ordenación del litoral y la investigación oceanográfica, entre otras cuestiones, seguirán formando parte del aparato gubernamental instalado en el Madrid de los Austrias.
Zapatero lo ha dicho con tan buenas palabras, todo cordialidad, que a sus señorías de la Cámara Alta les ha dado la impresión de que no estaban asistiendo a la puesta en escena de un veto en toda regla sino, a lo sumo, a un aplazamiento indefinido. Y los senadores del PP, encantados de conocerse, de acuerdo con ZP por una vez en la vida. En Compostela, el portavoz del PSdeG en la Casona del Hórreo, Ismael Rego, compartía ayer esa sensación: "Dificultades las habrá siempre", dijo: "Pero no debería haber ningún problema" si la comisión bilateral integrada por representantes de la Xunta de Galicia y del Gobierno central siguen trabajando.
El senador Jorquera opina exactamente lo contrario e incluso ha avanzado que los ciudadanos de este país "no entenderían que, tras la política de veto establecida por el Partido Popular a la reforma estatutaria, el Gobierno socialista practicase un segundo veto al desarrollo del Estatuto de Autonomía vigente".
Porque de eso se trata, sencillamente, según entienden los nacionalistas: no estamos ante una petición de competencias extrañas al ordenamiento jurídico galaico sino ante la exigencia de una devolución a Galicia de atribuciones que contempla la Carta autonómica aprobada en diciembre de 1980.
Algo así recordaba ayer Quintana, a quien este quiebro jacobino de Zapatero y de su ministra Elena Salgado le ha sentado como una patada en salva sea la parte, después de haber oído de labios del ex ministro Jordi Sevilla todo un cúmulo de promesas y parabienes: "A un presidente (Juan José Ibarretxe) se le acaba de decir que hay que cumplir la ley y eso está muy bien dicho; pero Galicia dispone de una ley orgánica, su Estatuto, que contempla competencias que aún no han sido transferidas".
A juicio del alaricano, Zapatero no cumple la ley: el vicepresidente gallego albergaba alguna esperanza en la posibilidad de salir adelante en este asunto, llevarle a los suyos un botín preñado de aromas de autogobierno... pero eso era anteayer: hoy se percibe una sensación de desencanto y conjura en ciernes en el seno de la gran coalición.
MANCHA DE ACEITE
Tráfico tendrá que esperar
La negativa que el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, estableció hace dos semanas ante la sola posibilidad de estudiar el traspaso de competencias a Galicia en materia de Tráfico se extiende como una mancha de aceite sobre el establecimiento político de la nación. Ayer, Benigno López, valedor do pobo, nada sospechoso de filtraciones partidarias, llegó prácticamente a la misma conclusión que Rubalcaba: el traspaso no afectaría a la sangría que riega nuestras estradas .
EL GRAN "REVIVAL"
La resurrección de la Loapa
Uno de los hallazgos de la intervención de José Luis Rodríguez Zapatero en la Cámara Alta ha sido la recuperación de un viejo concepto que, en los años ochenta, era utilizado como un arma de doble filo sobre el laberinto autonómico español. Zapatero, ante el asombro del senador nacionalista Francisco Jorquera, retomó la idea de "armonización", que hace dos décadas constituía el espinazo de la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico, la famosa Loapa, que le sirvió a Felipe González para dar cerrojazo y tentetieso a las demandas de las regiones en sus primeros años de andadura. Aquella ley sufrió un durísimo varapalo del Tribunal Constitucional, pero su filosofía original jamás desapareció del todo. Otro de los hallazgos de aquella época que Zapatero quiere recuperar, con su ministra Elena Espinosa al frente, es la Comisión Delegada del Gobierno para la Política Autonómica, diseñada por Alfonso Guerra. Un marrón .

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