lunes, octubre 29, 2007

Ruben Loza, Por la misma senda

martes 30 de octubre de 2007
Por la misma senda Rubén Loza Aguerrebere

El ayer no se borra, se transforma imperceptiblemente, decía Czeslaw Milosz, y justamente es lo que ha ocurrido con el triunfo abrumador de la senadora Cristina Fernández de Kirchner, el domingo, en la Argentina. No necesitó ballotage: más de veinte puntos la separaron de Elisa Carrió, quien figuró en el segundo lugar (y liderará la oposición). El Gobierno de Kirchner logró superar el momento muy duro de la economía argentina del 2001, y la victoria de su esposa, el domingo, terminó convirtiéndose en una suerte de plebiscito sobre esa gestión económica de Kirchner, quien, ya lo veremos, será candidato en el 2011.
Cabe esperar que su mujer continuará líneas semejantes, aun cuando, en su discurso, tras el triunfo, se mostró muy conciliadora, y pidió la colaboración de todos los argentinos. Por allí deslizó estas palabras: “Ahora que somos más, en una tarea conjunta haremos mucho más”.
Ha heredado un país que debe enfrentar tres temas muy difíciles: la inseguridad (que ha llegado a límites que impresionan), la inflación en alza y el tema energético. Estos tres para no mencionar el asunto de las papeleras situadas en Uruguay, el caso Botnia, en concreto, que ha tensando como nunca las relaciones de los dos países y sigue sin solución.
El triunfo de Cristina Fernández garantiza una gobernabilidad, es verdad, y supone un cambio generacional, pues los antiguos dirigentes como De la Rúa, Menem y Duhalde ya no intervinieron y, sin duda, se irán desdibujando con el tiempo. Cabe esperar cambio de métodos ahora.
Hubo también grandes derrotados en esta elección, en la cual los partidos de oposición no lograron ponerse de acuerdo y cada uno hizo su camino a solas, con ingenuidad política y vanidad ilimitada. Entre ellos cabe mencionar al ex ministro Lavagna (apoyado por el Radicalismo), a Rodríguez Sáa (peronista, que invirtió fortunas en la campaña) y el liberal López Murphy, quien en esta elección se esfumó del mapa político.
Se denunciaron irregularidades en las mesas de votación y muchas comenzaron más tarde su tarea, se habló de robos de boletas y, en general, de un desorden no habitual, al punto que debió extenderse el horario por estas razones y se hicieron las denuncias del caso, pero no hubo fraude: el triunfo fue demasiado contundente.
¿Cómo va a hacer Cristina, a partir del 10 de diciembre, y por cuatro años, para orientar el país al frente del sordo mundo justicialista (donde cada vez se habla menos de Perón)? Cabe esperar que con menos enfrentamientos que su marido (quien se peleó con la Iglesia, la prensa, el FMI), con una menos visible distancia de Chávez y un acercamiento a Estados Unidos. Irá, acaso más sutilmente, por la misma senda que su marido. Aquí no ha pasado nada.

http://www.estrelladigital.es/a1.asp?sec=opi&fech=30/10/2007&name=loza

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