lunes 29 de octubre de 2007
De Lady Macbeth a CFK
ALBERTO SOTILLO
Los varones siempre hemos tenido muchos prejuicios contra Lady Macbeth, arquetipo de mujer ambiciosa que se sirve de su cónyuge para aplacar su sed de poder. Desde aquella Lady, las cónyuges han tenido una injusta prensa. A Madame de Maintenon, amante de Luis XIV, le atribuyeron mil maldades, cuando su único pedado fue su riguroso puritanismo. El prejuicio pervivió hasta nuestros días. Los rusos odiaban irracionalmente a Raisa Gorbachov, a quien creían la inspiradora de la «atroz ley seca». Y si un mérito tiene Hillary Clinton es el de remontar la antipatía que le profesaron sus compatriotas en sus primeros días de primera dama.
Un caso aparte fue Evita Perón, amada por los descamisados y odiada por las clases medias. Como el matrimonio Perón se las ingenió para reducir la clase media argentina a su mínima expresión, al final Evita pasó a la historia como la primera mujer idolatrada en política. La comparación de Cristina Fernández Kirchner con Evita es inevitable, aunque CFK se siente más cerca de Hillary. A ambas les une el común designio de romper el maleficio de Lady Macbeth y demostrar que una cónyuge con legítimas ambiciones puede recabar el afecto y el voto de su pueblo. La diferencia es que los Clinton como máximo podrían estar dos mandatos más en el poder en tanto que los Kirchner pueden eternizarse pasándose la presidencia del uno al otro. CFK y Hillary, no obstante, tienen la histórica ocasión de demostrar que las señoras esposas pueden ser sagaces mujeres de Estado. Mostrarían que, como temíamos, Shakespeare era un misógino mal informado. Aun así, de las cónyuges que han desfilado estos días por la actualidad yo, como machista que soy, me quedo con Cecilia Sarkozy, quien empezó a caerme simpática el día que dijo que no iba a visitar a Bush porque quería estar en el cumpleaños de su hija. No digo que sea verdad o mentira. Pero es como cuando aseguró que echaba de menos hacer la compra. Es la deconstructora de Lady Macbeth. Todos los hombres tenemos mucho de machistas, para qué ocultarlo. Así que temo que, por más que se esfuercen, el prejuicio persistirá.
http://www.abc.es/20071029/opinion-firmas/lady-macbeth_200710290245.html
lunes, octubre 29, 2007
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