martes 30 de octubre de 2007
Pescar votos en el Llobregat
Wifredo Espina
T ODOS intentan pescar votos en el Llobregat. Votos hay, más que peces. Las aguas en ese rio suelen bajar turbias, casi tanto como la política que ahora discurre por aquella cuenca catalana. Reiterados socavones imprevistos -no imprevisibles- impiden la llegada del AVE a Barcelona. El tren veloz que el electoralista Zapatero anunció solemnemente para el día 21 de diciembre. Otra gran promesa incumplida. Las múltiples incidencias que estas prisas electorales han causado a los trenes de la red de cercanías, han indignado a la población de las ciudades de la zona, bolsa de muchísimos votos socialistas. Ahí es donde duele. Tanto, que se ha convertido en el principal tema de cara a las elecciones. Todos los partidos han echado la caña para pescar en aguas turbias. Unos culpan a los otros. Quizás ninguno se salve. Los que más tienen que perder son los socialistas. El president Montilla, acosado por la oposición de CiU y el PPC –que no son inocentes-pero también desde los propios socios de gobierno, ERC y ICV, navega entre dos aguas: las turbias del Llobregat y las de la política electoralista de todos. Y Zapatero, que en esto se juega mucho, se ha plantado de imprevisto en la cuenca del Llobregat con la fórmula mágica: “La culpa es del Gobierno; yo soy el culpable”. Espera que esta autoinculpación pública le redima de sus sus pecados y le salve de un estrepitoso socavón electoral. Curiosa fórmula, llena de cinismo. Primero quiso apuntarse el tanto de la llegada del AVE a la capital catalana, anunciándola con toda seguridad para el 21 de diciembre, “¡fum, fum,fum!”,de la canción navideña. Ahora, ante el estruendoso fracaso de su enésima promesa, se llena la boca clamando “primero es la seguridad de los ciudadanos” y no la rapidez de la llegada del tren. ¡Vaya descubrimiento! Del género tonto, vaya. Finalmente, la solemne autoinculpación: “Yo soy el responsable”. Como diciendo: aquí estoy, por si queréis quemadme vivo en la hoguera, como víctima expiatoria. Otra tontería de gobernante menos que mediocre. La culpa es de quien es, no de quien diga que la asume. Puede ser de la ministra de Fomento Magdalena Álvarez, del organismo público encargado de la obra Adif, o de la empresa constructora OHL, o de todos, incluido el Govern catalán. Plantarse en medio del lio (eso sí, en domingo y por sorpresa) para decir “La culpa es mía”, es puro electoralismo barato. Si, encima, se hace un gran elogio a la “paciencia, comprensión y civismo” de los millares de ciudadanos que llevan -no tienen más remedio- días y días sufriendo las consecuencias de aquellas obras, electoralmente apresuradas para “colgarse la medalla”, no parece que se pueda calificar de otra manera que de cinismo. Descarado cinismo que puede salirle a Zapatero como “el tiro por la culata”. Sobre todo si justo al acabar de proclamarse “culpable”, del desastre, de las graves molestias y del nuevo incumplimiento de la penúltima promesa, se le produce, como ha ocurrido, un nuevo socavón a pocos metros de donde hizo sus proclamas. Los electores no son tontos. El próximo socavón, en el Llobregat donde todos han ido a pescar votos, se le puede producir a Zapatero –como a otros- en las urnas de marzo.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4227
martes, octubre 30, 2007
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