30-X-2007
Argentina, más de lo mismo
En definitiva, más Kirchner, más populismo que, de un modo u otro, más pronto que tarde, terminará en una nueva frustración colectiva.
Tras cuatro años de populismo a la argentina comandando por un peronista de la vieja escuela, Argentina se ha decantado de un modo mayoritario –pero no aplastante– por el continuismo. Cristina Fernández Kirchner, esposa del anterior presidente, será, a grandes rasgos, más de lo mismo. Idénticas recetas e idénticos prejuicios. Si bien es cierto que, durante el mandato de Néstor Kirchner, el gran país austral levantó tímidamente el vuelo tras la depresión económica de 2001-2002, no lo es menos que la política económica que ha presidido los últimos años en Argentina es la antesala de una nueva crisis.
El desaforado gasto público, que fue el primer responsable del batacazo en las navidades de 2001, sigue tan disparado como lo estaba y todo indica que, en manos de Cristina Kirchner, no hará más que aumentar. El modelo de crecimiento inspirado por Kirchner, basado en la exportación intensiva de materias primas, es más propio de un país del Tercer Mundo que de una economía que debería hacer lo imposible por reintegrarse en la nómina de naciones desarrolladas a la que un día perteneció. Muy al contrario, la economía argentina registra mínimos en cuanto a inversión extranjera, ha consolidado un sistema de redistribución elefantiásico que no tardará en pasar factura y no es, ni de lejos, el país ideal para innovar o emprender.
Eso en lo que toca a un modelo económico que, más tarde o más temprano, conducirá a los argentinos a la ruina. En el plano político Kirchner se ha alineado sin fisuras y comparte mesa y mantel con el nuevo populismo hispanoamericano. Aunque no ha promovido reformas salvajes como las de Chávez, Morales o Correa, conducentes en todos los casos a implantar dictaduras de facto, forma parte por voluntad propia del selecto club que se entiende a la perfección con Hugo Chávez. No es casualidad que el propio Kirchner fuese uno de los promotores de Telesur, la cadena de televisión que desde Caracas sirve de altavoz continental a los delirios totalitarios de Chávez y Fidel Castro.
Esto es lo que hereda Cristina Kirchner. Una herencia que recibe de un modo casi dinástico de parte de su esposo que, por razones obvias, no abandonará la Casa Rosada en los próximos cuatro años. En definitiva, más Kirchner, más populismo que, de un modo u otro, más pronto que tarde, terminará en una nueva frustración colectiva.
http://www.libertaddigital.com/opiniones/opinion_40151.html
lunes, octubre 29, 2007
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