martes 30 de octubre de 2007
Magdalena dice que no se va
La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, es un cadáver político que se pasea por la pasarela del Gobierno balbuceando, como siempre, frases que no se entienden y que carecen de la menor sintaxis y con las que la ministra está consiguiendo que el PSOE, como los socavones del AVE, se hunda en las encuestas preelectorales que se han hecho en Barcelona, como lo revelan la SER y La Vanguardia en recientes sondeos. O sea, que en los socavones de Magdalena no sólo se ha hundido el calendario electoralista del AVE y las vías de Cercanías de Barcelona que afecta a más de 160.000 ciudadanos, sino que está hundiendo las expectativas electorales del PSOE en Cataluña y, como se descuide, acabará provocando un socavón en los cimientos del mismísimo palacio de la Moncloa.
Naturalmente, el empeño de Magdalena de permanecer en el Ministerio no es de su exclusiva responsabilidad porque bastaba con su cese fulminante por decisión de Zapatero para poner punto final a semejante situación. Pero ya se sabe que a nuestro presidente le gusta llevar sus errores hasta el final, como le ha ocurrido con el Estatuto catalán, o con la negociación con ETA, que mantuvo en pie incluso después del atentado de Barajas. Y ahora, con mayor motivo, está empeñado en salvarle la cara a la ministra con el mágico argumento de que la responsabilidad la asume él —¿cómo?—, que es tanto como decir que nadie asume responsabilidades, porque está claro que Zapatero no piensa dimitir.
Sin embargo, los incidentes del AVE van a seguir, como ayer siguieron en la vía de Galicia con un trabajador herido y apresado en un túnel, y como se repetirán en Cataluña porque todo apunta que las ansias de los políticos catalanes por meter el AVE por donde no debían en la Ciudad Condal, las prisas electoralistas y un proyecto mal diseñado y poco precavido van a dar mucho más que hablar en los próximos días.
Y a no perder de vista la posible intervención de ETA en esta vía pública —o en cualquier otro recorrido del AVE—, porque igual que hicieron en otras importantes obras públicas, como en la autovía de Navarra, no se debería descartar la reaparición de la banda en medio de este debate, al estilo de lo que hicieron en Barajas, por lo que las Fuerzas de Seguridad y los servicios de información deben estar atentos a esta eventualidad. Sobre todo ahora que los etarras —que acaban de reanudar el envío de cartas-chantaje a los empresarios vascos— están buscando notoriedad y que, según el ministro de Interior, están preparados para volver a atacar.
En todo caso, la capacidad de destrucción política de la ministra Álvarez y su proverbial nulidad para la gestión se está convirtiendo en un bumerán que Zapatero ha lanzado contra Cataluña, desde donde, después de dañar todo lo que ha estado a su alcance, regresa contra la Moncloa a toda velocidad.
http://www.estrelladigital.es/a1.asp?sec=opi&fech=30/10/2007&name=marcello
lunes, octubre 29, 2007
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