Quimeras (María Maizkurrena)
30.10.2007 -
m.maizkurrena@diario-elcorreo.com
El pasado día 16, Pedro Larrea publicaba un artículo en este periódico, 'Nacionalismo postmoderno'. Allí manejaba conceptos en los que podemos coincidir quienes hemos sido curados de todo nacionalismo por la postmodernidad con quienes podrían definirse como postnacionalistas, que es una forma de seguir siéndolo, no de dejar de serlo. Conceptos como el de las identidades plurales, abiertas, cambiantes, útiles para relacionarse con el otro, no para negarlo. Ahí podríamos estar quienes no negamos las identidades étnicas, culturales o históricas que conviven dentro de los Estados, los países, los territorios. Pero esa tendencia que armoniza conflictos en vez de convertirlos en guerras le ha dado al PNV muchos 'michelines'. Esperemos que Josu Jon Imaz no sobre en su partido por decir que éste debe tener como prioridad «la deslegitimación de ETA, de Batasuna y de su mundo de intolerancia» y que ellos, los peneuvistas, deben «decir al mundo que eso que (ETA) llama su patria no es la nuestra, porque la nuestra» es «una patria libre que sólo puede construirse con hombres y mujeres libres». Y es que Batasuna representa una pervivencia del pensamiento «fuerte» de la modernidad, con su concepto «fuerte» y excluyente de nación bien mezclado y revuelto con una ideología social igualmente «fuerte» que ha servido para dar abundantes cosechas de muertos a lo largo del Siglo XX. Lo fuerte no es siempre lo mejor. Batasuna es una muestra de cómo las ideologías que pretendían dar respuestas totales y salvadoras a la Humanidad (o a los Vascos,) y que a veces se llamaban científicas, terminan produciendo un pensamiento dogmático, tan científico como el de Lysenko, el 'genetista' soviético que decidió, inspirado por el Partido, que los experimentos con guisantes de Mendel no valían para nada, y que los hombres y los guisantes nacen iguales. Así, al impedir que se seleccionaran las semillas más productivas, condenó al hambre a miles de personas. El nacionalismo de Batasuna es el que afirma que no se puede ser vasco y español a la vez, y nos convierte a los vascoespañoles en quimeras, monstruos mitológicos, realidad ridícula y execrable (cuando no inexistente), traidores a la Pureza de una Patria dibujada con tiralíneas. El mundo es una gran máquina de generar identidades mestizas. Para algunas personas, al parecer, esto es una amenaza. ¿Qué es Daniel Alarcón, un peruano que escribe en inglés, un estadounidense de origen peruano? ¿Y Jonathan Littell, el último ganador del premio Goncourt? ¿Es francés, es americano, es americano y francés? Éste es el mundo de las quimeras: la realidad. A veces, lo que nos dicen que es la realidad es una quimera que alguien se empeña en alimentar con dolor y con muertos.
http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20071030/opinion/quimeras-maria-maizkurrena-20071030.html
martes, octubre 30, 2007
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