martes, octubre 02, 2007

Velo islamico en Gerona

miercoles 3 de octubre de 2007
Velo islámico en Gerona
LA Generalitat de Cataluña ha obligado a una escuela de Gerona a aceptar a una niña con pañuelo islámico. Así pues, el centro de Educación Infantil deberá escolarizar a la pequeña de siete años, que no iba a clase desde hace una semana porque el reglamento interno establece que no deben existir diferencias entre los alumnos por razones de sexo o de religión. Está claro que los responsables autonómicos apuestan por una solución, multiculturalista, que en otros países ha demostrado ya sus limitaciones para resolver el problema de la integración. Afirmar en este caso que la joven alumna lleva el velo por iniciativa propia y no porque se lo imponen sus padres supone otorgar a la niña una capacidad de discernimiento de la que carece por razones evidentes. Aunque parece ser que los padres no han adoptado una actitud rígida, el resultado es que triunfa la tesis que permite la sumisión de la mujer como un rasgo «cultural» que merece ser respetado frente al principio intangible de igualdad ante la ley, propio de toda sociedad civilizada. La tolerancia no debe prevalecer en caso de discriminación y, por supuesto, tampoco una norma puramente administrativa de la Generalitat debería vulnerar el artículo 14 de la Constitución y la abundante jurisprudencia al respecto del Tribunal Constitucional.
A través del director del Servicio Territorial de Educación en Gerona, la comunidad autónoma plantea un razonamiento poco convincente. La distinción entre el «shador», que se permite, y el velo que tapa la cara, que se rechaza, es difícil de concretar en la práctica y no parece que la labor propia de una administración pública sea medir los centímetros de tela para determinar qué es y qué no es aceptable. Si bien no hay una referencia expresa al cristianismo, la apelación del citado funcionario a los signos de «otras» religiones pretende dar el mismo tratamiento a situaciones muy diferentes, porque -como es notorio- la cruz de Cristo no conlleva discriminación alguna entre hombres y mujeres. Es incuestionable el respeto a los Derechos Humanos y a las conquistas de la civilización como punto de partida para la convivencia en la sociedad contemporánea. Ninguna solución garantiza la plena integración de los inmigrantes, como se demuestra en Francia y en el Reino Unido, que siguen enfoques diferentes. En todo caso, el camino de la segregación es un obstáculo para abordar este problema desde la perspectiva del Estado democrático de Derecho. Una niña de siete años es incapaz de resistir la presión ambiental y, por tanto, está dispuesta a asumir cualquier comportamiento que le imponga la familia. Frente al criterio razonable de la escuela, la administración autonómica se equivoca al abrir la puerta a la desigualdad.

No hay comentarios: