domingo 21 de octubre de 2007
Otro combate maragallista
VALENTÍ PUIG
Comienza para Pascual Maragall una gran batalla de la vida a partir del diagnóstico de un principio de alzhéimer. Políticamente, está en fase de soltar lastre y rasgar velos, recuperando esos modos imaginativos que requieren de buenos márgenes de independencia. A su renovado quehacer público se suma plantar cara a esa pérdida gradual de capacidad cognitiva que es el mal de Alzheimer, una paulatina destrucción de áreas de la memoria, del habla y también del movimiento. Prosigue en la concepción del Partido Demócrata europeo, según el modelo americano que desde hace años patrocina.
Acaba de decir que ya no cotiza como miembro del PSC y que Zapatero le decepcionó. Sostiene que, al contrario de lo aparente, Montilla votó a Bono como secretario general del PSOE. Sobre la elección de Zapatero: «Le hicimos ganador Guerra y yo». ¿Es eso un desquite o un fleco políticamente incorrecto? Incalculable, impredecible Maragall: caprichoso niño malcriado de San Gervasio para sus enemigos; perenne insatisfecho de la política convencional para sus admiradores. Ahora sabe que cuenta con la enemistad de un mal neuronal degenerativo, sin tratamiento farmacológico definido y claramente eficaz, aunque la ciencia mundial esté indagando a contra-reloj. Maragall hace público su mal para que tantos otros que sufren de alzhéimer se sepan menos solos.
domingo, octubre 21, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario