domingo, octubre 07, 2007

Urbaneja, La democracia postal de Izquierda Unida

lunes 8 de octubre de 2007
La democracia postal de Izquierda Unida Fernando González Urbaneja

Izquierda Unida es una marca política singular que integra distintos partidos y sensibilidades y que vive en la permanente agonía de mayorías internas precarias. La experimentada y bregada militancia del PCE constituye el espinazo de IU, pero a la hora de articular las mayorías internas, y de encaramar candidatos en las listas, la pelea es dura. Con un número de votantes leales que va del millón al millón y medio, son el grupo más perjudicado por el actual sistema electoral, lo han sido siempre. A IU cada escaño le cuesta 260.000 votos, mientras que los populares los consiguen por 60.000, los socialistas por menos de 70.000 y el resto de los grupos andan entre 80.000 y 100.000. De manera que cuando se habla de reformar el sistema los de IU son los más entusiastas, aunque saben que mientras el distrito sea la provincia poco pueden esperar, menos aun si la alternativa es un sistema mayoritario.
IU ha dado ahora un paso interesante desde el punto de vista de la democracia interna, y abre el melón de las primarias (antes lo hicieron los socialistas con resultados tan desiguales que no insisten) para marcar preferencias acerca de sus propios candidatos. Unas primarias indicativas, pero que si se celebran difícilmente pueden ser desoídas por los dirigentes.
El primer problema de las primarias es determinar el censo, quién y cómo vota. Y gestionar un censo requiere organización y procedimiento, buenas maneras y notario. En IU dicen que cuentan con unos 50.000 militantes apuntados que tendrían derecho de voto en unas primarias internas. Cincuenta mil sobre 1,5 millones de votantes, es decir, que un 4% de los votantes para seleccionar candidatos. Evidentemente ese 4% es mucho más representativo y democrático que el dedazo de los populares y el sistema de cabildeo de los socialistas y de los demás partidos, incluido el centenario PNV, quizá el partido más avezado en la gestión de enredos internos.
Izquierda Unida, además de apostar por unas primarias (apoyadas por el 57% de su consejo político), lo ha hecho por un procedimiento de voto personal por correo que obliga a unas formalidades impropias de estructuras habituadas a la agitación. El sistema permite contar e impone seriedad. Requiere empezar por identificar un censo cerrado: los que tienen derecho a votar por correo, y luego verificar cuántos votan y, además, que lo hagan con razonables garantías de secreto.
Con semejante sistema puede ganar cualquier candidato, y los electores pueden ser tan prudentes y corteses como para prometer su voto a todos cuantos se lo reclamen, para luego hacer lo que les venga en gana. Zapatero ganó en el PSOE a Bono por eso, porque los mil electores de aquel Congreso del año 2000 votaron como les vino en gana, separándose incluso de las directrices de sus colegas y de sus jefes de fila.
La iniciativa de IU es sugestiva, revela que en esa coalición hay gentes que no piensan sólo en términos de control y aparato. El procedimiento aprobado tiene que ponerse en marcha en unas pocas semanas y proponer un candidato para encabezar la lista de las generales antes de fin de año. El viaje es interesante y merece atento seguimiento. IU se juega mucho, incluso el riesgo de desaparecer si sus electores entran en fase de decepción y abstención.
fgu@apmadrid.es

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