domingo, octubre 21, 2007

Una oreja para dar la nota

domingo 21 de octubre de 2007
En el artículo «Una oreja para dar la nota» (13 de octubre), publicado en la contraportada, JAIME DEL VAL, como director del Instituto Reverso, opina que se «desvirtúa gravemente la figura del artista Stelarc, presentándolo como un estrafalario desconocido ansioso de notoriedad. Stelarc es un artista legendario que lleva 40 años revolucionando el arte digital y la performance en todo el mundo, pionero de las más radicales reinvenciones del cuerpo, críticas formidables a nuestra sociedad de la mercadotecnia y la estandarización. El artículo, aparte de dar la nota con una ignorancia manifiesta, contribuye a la creciente perversión del periodismo en la cultura de la banalización, que todo lo manipula y lo devora».
Una sugerencia quiere hacernos F. ASSÍS MORALES GARCÍA, ya que le parecería «muy interesante una investigación periodística profunda y veraz sobre la democracia peruana en los 90, máxime cuando la sombra de Alberto Fujimori vuelve a extenderse sobre este país».
La información «Las leyes del ADN» (13 de octubre), de la sección Ciencia y Futuro, para BERTRAND DE LA GRANGE es inexacta. El lector nos recuerda que «tanto el texto como el sumario y el gráfico que lo acompañan aseguran que Che Guevara ha sido identificado por medio del ADN, como los Romanov y Colón. Eso es lo que quiso hacer creer, el 5 de octubre, el Gobierno cubano. La realidad, sin embargo, es que los restos recuperados en Bolivia en 1997, y que La Habana adjudica al Che, no han sido sometidos a ninguna prueba genética, como reconocían hace unos días los forenses argentinos que participaron en la exhumación. A lo largo de estos años, Cuba se ha escudado detrás de supuestas pruebas odontológicas y antropométricas para no practicar el análisis de ADN a los huesos atribuidos al Che, hoy enterrados en el mausoleo de Santa Clara. En un intento por neutralizar las informaciones que ponen en cuestión la identificación del guerrillero argentino (y de las que ABC se hizo eco el 2 de febrero), las autoridades cubanas dicen ahora que han hecho una prueba genética, en fecha desconocida y, por supuesto, lejos del escrutinio internacional. A La Habana le va a resultar muy difícil confirmar científicamente que esos restos pertenecen al Che. Según tres expertos europeos -continúa el lector-, que han estudiado la documentación forense utilizada en el proceso de identificación, el esqueleto encontrado en 1997 es incompatible con la autopsia realizada al cadáver del Che en 1967. La ciencia está al servicio de la política en Cuba. Por eso hay que estar alerta, para evitar que la propaganda se termine colando en los medios».
Los artículos de Pablo Sebastián no terminan de convencer a CARMEN JÁUDENES; «Me producen un profundo desagrado. Siempre deja mal a Rajoy, en quien la gran mayoría vemos la solución para España»..
JAVIER ORTIGOSA quiere desde estas líneas felicitar a Antonio Fontán, ex presidente del Senado, por su reciente Tercera, pues considera que: «Expone con lucidez los tres grandes pactos de la Transición que han permitido la convivencia pacífica entre los españoles, al menos hasta ahora. El pacto político, entre derechas e izquierdas, alumbró la democracia parlamentaria; el pacto social entre empresarios y trabajadores ha permitido el desarrollo económico; y el pacto territorial ha traído la organización autonómica del Estado en régimen de igualdad para todos. Es ésta una exposición clara, que escribe con fundamento, aunque me permito disentir cuando dice que hoy sólo continúa vigente el pacto político, porque veo que el Gobierno socialista de Zapatero lo ha roto».
Sobre la información «La cerveza subirá como la espuma si no se frena el precio de la cebada» (7 de octubre), de la sección Economía y Negocios, MOISÉS OLMOS SERRANO nos hace llegar el siguiente comentario: «Se prejuzga que debido al alto precio de los cereales se va a encarecer la cerveza. De un tiempo a esta parte, parece que la mejora en los precios del trigo y la cebada va a elevar el precio de la cesta de la compra de forma preocupante. E, incluso, se pide que el Gobierno tome medidas al respecto. ¿Qué medidas? ¿Imponiendo precios de hambre a los productos agrarios? ¿No es hora ya de que el trabajo del agricultor tenga la remuneración correcta? Los agricultores han sido víctimas de los precios a la baja para que el resto de los ciudadanos mejorara su alimentación y su nivel de vida. Nada o poco importaba a los políticos dañar los intereses agrícolas en beneficio de otros ciudadanos. Sí, se han habilitado formas de compensación, pero hemos de admitir que todo lo que necesita de menesterosa ayuda ha de ser pobre... Yo, agricultor en espíritu, me felicito por haber visto sonreír a labradores a los que siempre oí llorar. Y llorar como cocodrilos es lo que hacen muchos magnates de las finanzas -continúa el lector-, como parece empiezan a hacer los fabricantes de cerveza y otros: ellos han ganado fortunas comprando a precios baratos el sudor de los agricultores. Nada hicieron para aumentar el precio de la materia prima con la que se enriquecían. Y podían haberlo hecho. ¡Bienvenida, pues, la subida de los cereales!».
En el texto «Un año como Dios manda» (15 de octubre), de la contraportada de ABC, asegura JUAN PABLO DE LA TORRE que «la traducción contiene una errata, lo que en inglés se denominan false friends (algo así como palabras engañosas). Dice la noticia: «Si uno actúa como una buena persona, eventualmente uno se convierte en una buena persona». Puede ser, pero no es. ¿O sí lo es? La traducción del término inglés eventually (cuyo significado en lengua inglesa es al final de todo, cuando todo hubo concluido) no puede traducirse en castellano como eventualmente, que es adverbio modal y quiere decir en lengua castellana ocasionalmente, de vez en cuando, a veces, en ocasiones). La traducción errónea cambia el sentido de la frase y la vuelve ininteligible en castellano. Lo que en inglés quiere decir: «Si uno hace el bien, al final uno se convierte en una buena persona» (If you do proper things, eventually you will become a saint), la defectuosa traducción lo convierte en: «Si uno hace el bien, a lo mejor se convierte en una buena persona». Lo que en la frase inglesa es cierto en el cien por cien de los casos, en la española sólo lo es en un porcentaje indeterminado de ellos. Con lo que parece que ser santo en España es mucho más difícil que en el extranjero, porque, aunque compres todas las papeletas, ni siquiera te va a tocar el premio».
Al artículo «Los tomasistas» (15 de octubre), de Juan Manuel de Prada, JOSÉ LUIS CUENCA ALADRO desea hacer algunas puntualizaciones: «El toreo de José Tomás no tiene nada de dontancredismo ni de tremendista. La primera cualidad de la tauromaquia de Tomás es el perfeccionismo dentro de las reglas clásicas del toreo y para desarrollarlo se necesita poseer, o adquirir mediante la mentalización, la segunda cualidad, que es el valor. Todo torero que tenga una gran afición y quiera interpretar sus sentimientos artísticos delante de un toro necesita olvidarse del riesgo y armarse de una gran dosis de valor. Valor que han derrochado toreros como Curro Romero y Rafael de Paula, entre otros, en faenas imborrables para los aficionados y que, sin embargo, tenían fama detoreros medrosos. Este valor lo sacaban a relucir cuando intuían que con el toro que tenían delante podían realizar una gran labor. La diferencia de José Tomás con otros toreros es que no espera a realizar su toreo únicamente cuando tiene un toro que le dé las máximas facilidades, sino que quiere hacerlo con casi todos los toros: el bueno, el regular y hasta el malo. Las formas de Tomás no son tremendistas, ya que su toreo se ajusta a las más estrictas normas del más puro clasicismo de todos los tiempos, tratando siempre de llegar, en cada pase, a la perfección a base de quietud, estética, naturalidad y ajuste, para transmitir la máxima emoción posible. A los buenos aficionados, a los integristas y a los esteticistas, nos encanta Tomás. Poniéndose en terrenos inverosímiles, torea como nadie. Es el toreo puro por excelencia. Que lo sepas, querido Juan Manuel».
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