domingo, octubre 21, 2007

Irene Lozano, Videopolitica de camuflaje

domingo 21 de octubre de 2007
Videopolítica de camuflaje
IRENE LOZANO
Para descartar que una imagen valga más que mil palabras basta un sencillo experimento: encender el televisor sin sonido. El jueves lo hice viendo las noticias y pensé que había estallado una nueva Intifada hasta que, gracias a las palabras de la reportera, me enteré de que no se trataba de disturbios en Gaza, sino en la Cañada Real.
El último vídeo del presidente, en versión muda, me hizo tomarle por un amiguete que disfruta con los guiñoles, un hombre de a pie en la estela de Gordon Brown, al que han buscado el lema «Not Flash, just Gordon», para que no vayan a pensar los ciudadanos que el primer ministro es distinto de ellos. Claro. Probé también con el vídeo de Rajoy del 12-O, aunque no pude terminar: me precipité a subir el volumen temiendo que me hubiera pasado inadvertida su victoria electoral y estuviera perdiéndome su primer discurso desde el palacio presidencial. Claro. ¿Por qué los que gobiernan quieren parecer hombres comunes y los que están en la oposición remedan la estética del poder?
Las palabras de ambos no descifraban el enigma, sino que abundaban en la teatralización. Los attrezzistas de los partidos amueblan un cuarto y un discurso con el mismo fin: que el camuflaje verbal y el visual se potencien entre sí. El gobierno de Bush ha explotado hasta la extenuación estos recursos: allí aún lo recuerdan a bordo del Air Force One anunciando el éxito en Iraq mientras en la pantalla aparecía sobreimpresa una y otra vez la leyenda «Misión cumplida». Claro. Ya sabemos qué consecuencias esperar de este modus propagandi: una barata devaluación de la realidad y la sensación de que nos toman por idiotas. Conviene estar prevenidos ahora que llega aquí la vídeopolítica rampante.

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