domingo, octubre 21, 2007

Credito y prudencia

Crédito y prudencia
21.10.2007 -

La sociedad española está revisando de manera acelerada su forma de entender la economía familiar y las exigencias de futuro. Una visión menos precavida, más enfocada hacia el presente y con una mayor asunción del riesgo, apoyada en un Estado del bienestar que cubre muchas de las preocupaciones y necesidades de las generaciones anteriores y en un prolongado ciclo de bonanza económica que ha alentado su confianza. Este cambio de actitud, más acusado en los jóvenes, se concreta en el notable aumento del endeudamiento, que ya supone una media de 20.500 euros por persona, hasta el punto de que en lo que va de década la deuda de los hogares españoles se ha multiplicado por dos y medio. Una familia prototipo necesitaría el 125% de su renta bruta anual disponible (antes de pagar impuestos) para hacer frente a la totalidad de sus obligaciones, frente al 100% de media en Europa. Este salto cuantitativo obedece, además, a una significativa variación cualitativa en la percepción que los ciudanos tienen del préstamo. El recurso al crédito, que en tiempos recientes se circunscribía de forma mayoritaria a operaciones patrimoniales -compra de vivienda sobre todo-, se ha ido deslizando hacia la financiación del consumo, incluidos préstamos hipotecarios (5%). Es evidente que el acceso al crédito durante los últimos años, facilitado por su carácter asequible, ha propiciado la extensión del recurso al endeudamiento como elemento dinamizador del consumo interno. Y también lo es que la primera consecuencia de este proceso ha sido una desaceleración del ahorro, aunque sin consecuencias alarmantes sobre la financiación de la economía. La situación, según los expertos, se encuentra lejos de constituir un riesgo inmediato. De hecho, la riqueza de los hogares está constituida en un 80% por propiedades inmobiliarias, la suma de sus activos casi duplica su deuda y ya se constata una disminución del endeudamiento, como consecuencia del encarecimiento del dinero. Pero bueno sería que este cambio en la mentalidad de los hogares se viera acompañado de una mayor prudencia. La inclinación a invertir cantidades que sobrepasan los márgenes de las rentas familiares ha coadyuvado al fuerte crecimiento de la última década, pero no deja de ser un peligro potencial ante situaciones de incertidumbre.

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