lunes, octubre 01, 2007

Pablo Sebastian, El Rey toma la palaba

martes 2 de octubre de 2007
El Rey toma la palabra Pablo Sebastián

El Rey Juan Carlos ha tomado la palabra en Oviedo para reivindicar el papel de la monarquía parlamentaria en la estabilidad democrática española en estos años que han seguido a la Transición, que como dijo el monarca, conforman el más largo periodo de prosperidad y estabilidad en la Historia de España, lo que es verdad. Las palabras del Rey hubieran carecido de la menor notoriedad si no fuera porque en estos días se ha puesto en marcha una campaña del nacionalismo radical, amparada por los gobiernos del País Vasco y Cataluña, de corte soberanista y desafiante frente al Estado, a la vez que los sectores más radicales del nacionalismo han desatado toda una ofensiva contra el Rey, que ostenta la máxima representación y es símbolo del Estado.
Las palabras del monarca salen, pues, al paso de esta nueva ola de agravios al Estado que se ha desarrollado en España bajo el mandato de Zapatero, una vez que el presidente del Gobierno afirmó que la nación española era “discutida y discutible”, abrió las puertas al modelo confederal del Estado y desenterró los fantasmas y recuerdos de la Guerra Civil, creando con todo ello una imagen de debilidad del Ejecutivo frente a las aspiraciones de los nacionalistas, que creyeron las promesas de un presidente que no está en condiciones políticas ni legales de llevar a cabo esa reforma constitucional que requeriría su modelo confederal para España. El que, de una manera más que irresponsable, pensó que ese horizonte confederal le daría a ETA argumentos para negociar el fin del terrorismo, lo que tampoco ha sido posible.
Naturalmente, en el PSOE y desde el palacio de la Moncloa se intenta por todos los medios evitar esa relación causa-efecto entre los desvaríos del presidente y el caos político e institucional, en el que se incluye el ataque a la Corona, o del público desafío del lehendakari Ibarretxe al Estado con su propuesta de referéndum que, amén de dividir a los vascos, ya divide al PNV, como se aprecia en las últimas declaraciones de Imaz y Azcuna.
Por ello ayer José Blanco hizo una declaración pública de apoyo y reconocimiento al Rey, a igual que lo ha hecho el PP, aunque estos últimos culpando a Zapatero de la situación. Y así se han ido pronunciando en las últimas horas empresarios, sindicalistas y distintas instituciones, aquí incluida la Conferencia Episcopal, a pesar de los ataques continuados que desde la emisora de los obispos, la COPE, se lanzan contra el monarca, al que han pedido la abdicación y al que ayer volvieron a relacionar con casos de corrupción.
Lo grave de la crisis planteada y del duro enfrentamiento entre el PSOE y el PP está en que las próximas elecciones no permitirán a ninguno de los dos partidos una mayoría suficiente para gobernar en solitario y, otra vez, los nacionalistas tendrán la llave de la gobernabilidad y volverán a ejercer su presión o su chantaje sobre el Estado. Una posibilidad que sólo podría evitarse con una gran coalición entre el PSOE y el PP, lo que al día de hoy resulta imposible si Zapatero permanece en el poder.
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