miércoles, octubre 03, 2007

Marcello, Cabreo en las Fuerzas Armadas

jueves 4 de octubre de 2007
Cabreo en las Fuerzas Armadas

Los últimos ataques al Rey del nacionalismo radical y de la COPE, la enmienda presentada en el Senado a la Ley de la Carrera Militar por los partidos que integran el Gobierno de la Generalitat, PSC-PSOE, ERC, e IU-ICV, pidiendo que se quite al Rey el mando de las Fuerzas Armadas que le otorga la Constitución y que el Príncipe no pueda ascender en la carrera militar por decreto del Gobierno de cara a su futura función de Jefe del Estado y de Rey, además de los desaires a la bandera española, han provocado la natural indignación en el seno de las Fuerzas Armadas, como en el resto de las altas instituciones del Estado.
Como también indignan los desafíos de Ibarretxe y de los socios del PSOE en Cataluña. Y también en Galicia, dado que un senador del BNG también solicitó en el Senado que se suprima el juramento militar a la bandera de España. Y aunque el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, es todo un ejemplo de prudencia y moderación, en su departamento, en la Moncloa y en el CNI se conoce el generalizado cabreo militar por todo lo que ocurre.
Y consecuencia de todo ello han sido las declaraciones del presidente, del Gobierno y del PSOE en apoyo al monarca, la invitación al Rey para que presida el Consejo de Defensa de reciente creación el próximo día 10, y puede que la presencia de Don Juan Carlos, precisamente ayer, al frente de las maniobras militares de Navarra, a pocas horas de que el monarca reivindicara en Oviedo la labor de la monarquía en los últimos 30 años en la estabilidad y el progreso de España. Lo que, curiosamente, también se quiso devaluar, comparándola con el tiempo de Cánovas, desde la cadena de radio de la Conferencia Episcopal.
Estamos hablando de cabreo y malestar en las Fuerzas Armadas y de nada más. Sin llegarse al caso de los discursos intempestivos, como los de aquel capitán general que hubo de ser destituido por el ex ministro José Bono, cuando en la Pascua Militar reivindicó el mandato constitucional de las Fuerzas Armadas en defensa de la unidad de España. Mandato que desde el nacionalismo también se ha pedido que se suprima de la Carta Magna, de la misma manera que varios dirigentes nacionalistas se oponen a que el nuevo cuerpo militar de intervención rápida ante las catástrofes naturales pueda actuar en Cataluña o el País Vasco en caso de emergencia.
Un malestar militar que en el próximo desfile de la Fiesta Nacional del 12 de octubre en Madrid va a propiciar que las Fuerzas Armadas reciban el aplauso masivo de los ciudadanos de la capital de España, como lo va a recibir el Rey. Mientras el presidente del Gobierno, Zapatero, teme el abucheo general, al tiempo que desde el PSOE se acusa al PP de lanzar una campaña oportunista de apoyo a la bandera de España, pocos días después de que el Gobierno, atribulado por su escaso aprecio a la nación española, decidiera incorporar la frase de “Gobierno de España” a su propaganda oficial, reconociendo el déficit de españolismo de sus tres años y medio de gobierno.
Desconocemos cuál será, en las actuales circunstancias, el estado de ánimo de los mandos de los tres ejércitos españoles, opinión que suelen registrar cada cierto tiempo sondeos internos y secretos, y otras investigaciones del CNI. Pero es fácil de imaginar que en las últimas semanas ha empeorado en la misma proporción que aumentó en los cuarteles la lealtad y la adhesión al Rey, a la bandera y a todo lo que incluye la Constitución.

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