Ladron de Guevara, La jungla

jueves 25 de octubre de 2007
La jungla
Ernesto Ladrón de Guevara
L A imagen que ha recorrido los informativos de un joven abusando de una pobre chica inmigrante a la que le atiza una patada en la boca es una buena metáfora de lo que está ocurriendo en esta España zapateril de ibarreches, Josep Lluis caroces y otros ejemplares sacados de la estampa más representativa de los años 1934 al 36 de la memoria histórica. Es lo que se está dejando como poso moral a ciertos estratos de la juventud dominados por un nihilismo existencialista vacío de todo contenido axiológico. Representa el vacío absoluto de valores cívicos y de proyecto de vida que sume en el más disoluto abandono intelectual y ético a contingentes de jóvenes que se enganchan a falsos señuelos dominados por la insolidaridad, la falta del respeto ajeno y el sálvese quien pueda. Y no me extraña: cada vez nos aproximamos más a las repúblicas del ecuador americano y nos alejamos de la civilización occidental de abolengo cristiano. Quienes denostan y abominan de ese superego colectivo nacido de la impronta moral subconsciente labrada por el legado judeo-cristiano no nos ofrecen nada a cambio, más allá de un relativismo absoluto que se proyecta en los comportamientos. Ese relativismo se aplica, incluso, a los comportamientos políticos y al respeto a las instituciones y a las leyes. Solamente con los ejemplos que podríamos extraer del noticiario en lo que llevamos de semana ilustraríamos suficientemente la deriva a la bancarrota espiritual, la destrucción del hilo de conexión con nuestros ancestros, histórico y cultural, y la fractura de la convivencia a la que nos ha llevado Zapatero en tan solo una legislatura. Veamos algunas anécdotas enormemente significativas: Nada menos que al representante de la mayor asociación de víctimas de España, el señor Alcaraz, se le plantea un procesamiento judicial por cosas que dijo en su día del Gobierno, que yo suscribo íntegramente. Por tanto yo también me autoinculpo, y si se le procesa al señor Alcaraz exijo que también se me procese a mí, pues hago mías las críticas, duras pero ciertas, que hizo, culpabilizando al Gobierno de Zapatero por connivencia con ETA. ¿Qué si no es lo que está apareciendo en sucesivas entregas en los comunicados de ETA y en los contenidos de su boletín interno? Hoy mismo leo que la Banda tenía preparada su vuelta a la acción terrorista a los cuatro meses de declarada la tregua porque se sentía engañada, pues Zapatero declaró que respetaría la voluntad de los vascos en el marco de la Constitución. Si ETA se siente engañada por algo tan obvio como es el cumplimiento del marco constitucional por el Gobierno de España, habrá que saber qué es lo que los enviados por los socialistas para negociar con ETA acordaron con ésta. Me pongo colérico nada más en pensarlo. Con estos mimbres, ¿qué ejemplos están dando nuestros gobernantes de coherencia moral, de convicciones democráticas y de ideales para conseguir una sociedad más justa? Ejemplaridad nula, negativa. Animo a los ciudadanos de bien a acudir a la manifestación convocada para el próximo día 24 de noviembre por la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Ahora es más importante que nunca movilizarse para acabar con este desvarío absurdo hacia la destrucción de los elementos aglutinantes de la cohesión social y de armonía en la convivencia que ha puesto en la picota Zapatero. Pero no sólo al señor Alcaraz se le está persiguiendo. Es notorio el acoso que está padeciendo un periodista de la COPE, promovido de forma indigna por ciertos corifeos del PSOE, mezclando al Rey -que tiene motivos sobrados de preocupación más allá de la opinión emitida por ese periodista-. Es de vergüenza ajena y nos devuelve, repito, a la España del Frente Popular que con tanto empeño reivindica el nieto de su abuelo. A mí me parece indigno y muy preocupante la falta de respeto a las libertades que tienen los que detentan en la actualidad mando en plaza actuando más como déspotas que como activadores de la paz social, rompiendo los elementos de aglutinación que nos han unido durante la primera década de la democracia y disolviendo los puentes de entendimiento que han producido unos años muy valiosos en la España constitucional, independientemente de las lagunas y errores que se derivan de un pacto bastante imperfecto. Las dos españas a las que nos devuelven los actuales dirigentes socialistas nos van a traer muchas defecciones y penurias. En este sentido las burdas maquinaciones para controlar al poder judicial, desde el Constitucional hasta los juzgados de instrucción, rompiendo todo equilibrio en el respeto a la independencia de los poderes es un mal síntoma en la salud democrática. El anuncio del Ministro de Justicia, aunque desmentido desde la Presidencia del Gobierno, según el cual se pretende nutrir las plazas de jueces directamente desde las facultades de Derecho, sin oposición, induce a pensar que se intenta colar hacia las instancias judiciales a gentes sin preparación jurídica, adocenados e influenciables, para controlar uno de los pilares fundamentales del Estado, dañando aún más la imagen de la Justicia que no está en el mejor de sus tiempos. Tantos ingredientes tenemos como motivo de preocupación profunda, que no soy capaz de compendiar en un artículo de obligada brevedad; añadidos a un sistema educativo demencial, que produce lo que todos vemos. Y sólo es el principio. ¡Qué pena!


http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4215