miércoles, octubre 03, 2007

Jose Javaloyes, Putin no abandona el poder

miercoles 3 de octubre de 2007
Putin no abandona el poder José Javaloyes

En el congreso de “Rusia Unida”, el partido del presidente ruso, Vladimir Putin ha dejado ver sus cartas para el propio futuro político: concurrirá como candidato a un escaño en la Duma para formar parte del nuevo Gobierno que salga de las elecciones de diciembre. Pero no se integrará en el Gabinete como titular de una cartera cualquiera, sino como primer ministro.
No permite la Constitución rusa que Vladimir Putin opte a un nuevo mandato presidencial, puesto que ha desempeñado dos veces consecutivas la máxima responsabilidad en el Estado ruso, por lo que no se presentará a las elecciones de marzo para permanecer en el Kremlin. Pero sí podrá hacerlo en los comicios del 2012.
La maniobra para no perder Putin el mando político en Rusia encuentra su factibilidad en la designación de un candidato entre los suyos para las elecciones presidenciales de marzo; un candidato que sea hombre de su plena confianza y de su misma escuela, que le permitirá establecer las condiciones suficientes para que dentro de cuatro años pueda regresar al Kremlin después de ganar en los correspondientes comicios.
Lo primero que hizo Putin al conseguir la presidencia fue definir las características de su peculiar concepción de la democracia: separar enérgicamente el poder económico —representado en la Rusia de aquel momento por los “oligarcas” que ayudaron a Boris Yeltsin a ganar las primeras elecciones después de abortar el golpe de los comunistas— del poder político por él asumido, también con el apoyo de los “oligarcas”. Éstos no se dieron por aludidos y siguieron con su juego, tan absolutamente común en las democracias occidentales. Aunque el origen de su fuerza económica no fuera en absoluto homologable. Pero así les fue: en el exilio o en la cárcel.
Tras de aquella depuración político-estamental, Putin ha consagrado sus dos mandatos a la conducción política de Rusia basada en dos referencias tan representativas del país: el talante autocrático y el sentimiento nacionalista. Aunque con sólo dos mandatos presidenciales, no tenía Putin tiempo bastante para la culminación de su proyecto, que no es un proyecto solamente suyo sino el de su gente del KGB: especialistas todos en la defensa sin mayores controles de los intereses supremos del Estado.
Para todo eso, Putin vadeará la Constitución y podrá perpetuarse en el poder, sin perder el hilo del mismo un solo momento, mientras tenga fuerzas. Algo que previsiblemente se dilatará durante muchos años, siendo como es todavía muy joven y deportista, ajeno a la dipsomanía con el vodka en la que se distinguió cumplidamente Boris Yeltsin y tantos otros compatriotas suyos.
Lo que resta por ver es en qué se parecerá la democracia rusa a las democracias occidentales cuando Vladimir Putin haya cumplido sólo con la mitad de su proyecto.
jose@javaloyes.net

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