viernes 5 de octubre de 2007
Gente de risa, por no decir de pena
Joan Pla
L OS republicanos siempre fueron contrarios a la Monarquía, pero la Monarquía parlamentaria que hoy tenemos en España nunca se ha manifestado contraria a los republicanos de Cataluña, de Galicia, de Andalucía, de Baleares o de cualquier otra de las 17 comunidades autónomas que constituyen el Estado de derecho en que vivimos. Los republicanos, en puridad, no representan a ningún partido. Los republicanos, en puridad, son republicanos, valga la redundancia, aunque militen en un partido de derechas. Conozco a más de cien personas que, manteniéndose impertérritas en su lealtad a la doctrina del fundador de la Falange, no han aceptado ni, por lo que veo y leo, aceptarán la Monarquía como forma de Estado. La República es eso, una forma de Estado, como la Monarquía, pero no un partido, ni una tendencia política. Algunos catalanes de ERC han dado en mostrarse ahora iconoclastas. Iconoclasta es aquel – perdonad que me ponga pijo aclarando el significado de determinados vocablos – que niega el respeto a las imágenes, las destruye e, incluso, persigue o insulta a quienes las respetan. Iconoclasta, según la 2ª acepción del diccionario de la Real Academia Española, es aquel que “niega y rechaza la merecida autoridad de maestros, normas y modelos.” Algunos republicanos, pues, son ahora iconoclastas y queman las imágenes del Rey y de su familia. Gente de risa, por no decir de pena. Esto no quiere decir que todos los republicanos de España, incluyendo a los de derechas, a los de izquierdas y a los de centro, aprueben o aplaudan la quema de fotografías de los Reyes que, a modo de festejo popular y de barriada, se está perpetrando en algunos municipios españoles de Cataluña. Por su sinceridad es muy interesante el artículo de Arbolí sobre la Monarquía cuestionada. El amigo Félix afirma que “…Los que hemos vivido la etapa de la República, con sus debilidades, abusos represivos, enfrentamientos callejeros, destrucción del sentimiento religioso y encono del ciudadano normal ante las tropelías que se cometieron en nombre de la “sacrosanta y proclamada libertad”, no podemos sentirnos tranquilos ante el panorama que estamos viviendo de exaltación de un Régimen que fue nefasto para la convivencia entre los españoles y origen o causa de una posterior y horrible guerra civil, que a nadie satisfizo, pues no es posible celebrar con entusiasmo la pérdida de un familiar en una lucha entre hermanos. No tenemos el fanatismo de los seguidores de Al Qaida que mueren felices matando al prójimo inocente, en el nombre de su Dios. Nuestra Inquisición ya es historia pasada, gracias a Dios, y hoy la verdadera Iglesia de Cristo, tiene fórmulas mejores y más eficaces para afianzar sus creencias y contrarrestar las herejías, aunque algunos de sus miembros más o menos destacados no sean ejemplares en el desempeño de su misión e impidan alcanzar los resultados que se persiguen.” No obstante, no debería el buen lector adentrarse en un mundo de fantasmas y de nostalgias inoperantes. La República, en sí, no fue la única causante de la guerra civil. Hubo más gente, de una y de otra banda, que aportaron su odio visceral y su maldad congénita a la contienda fratricida. Mis simpatías por la República ya las he contado más de una vez en esta y en otras páginas. Alguien quiso entender que yo era un maldito rojo que me comía crudos a todos los fachas de mi entorno. Otros, en cambio, y por idénticas razones de antipatía personal, me han llamado – y me siguen llamando – fascista, golpista, españolista, etc. En suma, lo único que quería decir es que para ser buen republicano no es necesario quemar la foto de los Reyes. Lo mismo que para ser buen catalán no hace falta despedir, por no hablar en catalán, a Cristina Peri Rossi de su programa en Catalunya Radio. Estoy convencido de que los peores enemigos de la República son los que cometen o consienten, desde su responsabilidad de gobierno, las algaradas de los incendiarios o las decisiones de los catalibanes cuando depuran a los profesionales por hablar en español en una emisora española de Cataluña. Por cierto, felicito a Cristina Peri Rossi por su premio de Poesía en Torrevieja. Y a Jordi Pujol por lo que acaba de decir refiriéndose a la Corona y a su importante papel en el proceso de consolidación democrática. Y a todos los españoles que han sabido vivir y convivir en paz durante los últimos treinta años en una Monarquía parlamentaria que, sin duda ninguna, es de las más modernas y progresistas de Europa. Os lo dice quien, por razones de edad, ya se prepara para sobrevolar eternamente el bien y el mal de los monárquicos antirrepublicanos y de los republicanos antimonárquicos.
jueves, octubre 04, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario