martes, octubre 23, 2007

El triunfo del sentido comun en Polonia

martes 23 de octubre de 2007
El triunfo del sentido común en Polonia
EL mensaje de los electores ha sido muy claro: los polacos quieren ser un país moderno, gobernado por principios liberales, reformistas y europeos. Han rechazado tanto el experimento del burdo nacionalismo obtuso y retrógrado de los hermanos Kaczynski como un tipo de socialismo que carga todavía con el peso de la herencia de décadas de dictadura. La llegada al poder de la Plataforma Cívica representa un alivio para un país que necesita coger cuanto antes el tren del progreso y la modernización que ha puesto a su alcance la Unión Europea.
En cierto sentido, Polonia ha dejado de ser la excepción de Europa. Es más, después de haber hecho del chauvinismo y el euroescepticismo su bandera, los Kaczynski han acabado por convencer a los polacos de que se equivocarían si siguiesen respaldando una actitud que les convertía en un permanente dolor de muelas para Bruselas. Por ello, las instituciones comunitarias han acogido la victoria de Donald Tusk con toda la alegría que permite la cortesía ante un Ejecutivo saliente, con el que han estado negociando hasta el jueves pasado en Lisboa.
La victoria de la Plataforma Cívica representa también un triunfo de la visión política a largo plazo. Si sólo hubiera sido cuestión de estar en el poder, sus dirigentes habrían podido acercarse hace dos años a los cantos de sirena de los hermanos gemelos, para fortalecerlos frente a la oposición socialista. Por suerte, prefirieron consolidar sus principios y mantener la visión de un centro-derecha reformista y fervientemente europeo, que el pasado domingo triunfó claramente. No todos supieron ver en aquellos momentos que el tiempo daría necesariamente la razón a la Plataforma Cívica y pondría en su sitio a los hermanos Kaczynski y sus estrambóticas posiciones. La mera propaganda populista no ha logrado desorientar a los votantes, aunque haya sido difundida intensa y burdamente por una emisora de radio que se embosca en los profundos sentimientos religiosos de los polacos para manipularlos.
El nuevo Gobierno ha prometido anclar mejor al país en las estructuras euroatlánticas, lo que no le impedirá cumplir también la promesa de retirar el año que viene sus tropas de Irak. Polonia es en estos momentos un aliado muy importante para la OTAN y para Estados Unidos, sobre todo para sus planes de instalar un sistema de defensa contra misiles, y no hay ninguna perspectiva de que ni una cosa ni otra vayan a suponer daños para la política exterior polaca. La permanencia en la presidencia de la República de Lech Kaczynski, finalmente, no puede ser un obstáculo para esta normalización, tan necesaria en la política polaca. El mensaje de la sociedad ha sido tan claro que no ha dejado dudas sobre la determinación de una mayoría de los polacos de acelerar las reformas, y sería un grave error intentar boicotearlo forzando de manera partidista el papel de las instituciones.


http://www.abc.es/20071023/opinion-editorial/triunfo-sentido-comun-polonia_200710230314.html

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