miércoles, octubre 17, 2007

Demetrio Pelaez, Jovenzuelos encantados de haberse conocido

miercoles 17 de octubre de 2007
DEMETRIO PELÁEZ CASAL
AILOLAILO
Jovenzuelos encantados de haberse conocido

Vivimos en los tiempos de los vídeos chorras. Los cachorros socialistas montan su parida sobre Educación para la Ciudadanía, Rajoy se nos transforma en Mariano I para defender la sacrosanta bandera nacional y ahora ya sólo falta que Bugallo salga haciendo footing y bebiendo Aquarius en la Alameda para potenciar la vida sana frente al botellón, aunque no consta que sea un invento de la derecha reaccionaria, que en teoría no se emborracha en la calle, sino en selectos clubes privados. O Conde Roa cogiendo el banderín del Batallón Literario, que ya se sabe que el patriotismo es una cosa más de derechas que de rojeras. En fin...
Son vídeos bobos, parvularios y pueriles, sí, pero su repercusión social es tremenda, y además hacen mucho daño de forma gratuita. Sus autores, en suma, no son tontos. De hecho, saben muy bien lo que hacen, controlan perfectamente cómo funcionan las emociones del votante medio y, lo más preocupante, se permiten el lujo de jugar con ellas. Porque dirán si hace pupa o no que de repente todos los chavales cercanos al PP se vean representados por un pijo baboso que presume de cocodrilón en la pechera mientras mira con desdén a gays, pacifistas y demás faunas peligrosas. Y dirán si hace daño o no a los votantes del PSOE verse representados como unos antipatriotas que desprecian la bandera española. Con algunas cosas, no se juega. Y estamos jugando. ¿Qué se pretende con esos vídeos? Ni más ni menos que hacer daño porque sí y encabronar a infinidad de gente sensata para la cual no todo es blanco o negro, sino un inmenso gris con miles de matices.
Los ideólogos de los vídeos de este tipo deberían metérselos por cierta parte, y más cuando corren el riesgo de que el tiro les salga por la culata. Así, los cachorros socialistas retrataron también en su spot a cierto estereotipo de joven -del que ellos presumen- que cada vez produce más repelús a nivel general. Fijaos en la chica lista-listilla y marisabidilla, y fijaos también en quienes siguen dicho patrón de comportamiento, y comprobad que están todos encantados de haberse conocido. Se sienten modernos, solidarios, sostenibles, ecológicos, macrobióticos, hidroneumáticos, tolerantes, pacíficos y pacifistas, cultos y hermanados con todos los pueblos, pero el talante les falla y creen que quienes no votan lo mismo carecen, a la fuerza, de dichas virtudes.
Además, fijaos, están tan creciditos que se permiten el lujo de mirar por encima del hombro, o con cierto cachondeíllo, a las beatonas -aunque luego piden respeto sumo para las otras creencias religiosas-, o a quienes dudan de la genialidad de Almodóvar. Son, en suma, unos pesaditos clónicos. Tan pesaditos, al menos, como los banderilleros y cocodrileros del PP. Que lo sepan.

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