Carlos Luis Rodriguez, Videos de segunda

viernes 5 de octubre de 2007
CARLOS LUIS RODRÍGUEZ
a bordo
Vídeos de segunda
Se equivocan de país, de continente y de siglo. Por segunda vez en pocos días se produce la misma equivocación geográfica y temporal. Primero es el lehendakari con su referéndum, y ahora las Juventudes Socialistas con el vídeo. Ninguno de ellos encaja con la España europea del XXI. Uno adolece de un nacionalismo desfasado, y el otro incurre en un maniqueísmo impropio de chavales que quieren cambiar el mundo, para hacerlo mejor que el de sus mayores.
Sigue discutiéndose la necesidad o no de la Educación para la Ciudadanía. El vídeo disipa cualquier duda en lo que a los cachorros del PSOE respecta, porque ellos al menos necesitan mucha educación y grandes dosis de ciudadanía. Quizá si hubiesen cursado la materia, el vídeo habría sido distinto, más tolerante, más ingenioso y más acorde con la sociedad que existe fuera de las sedes del partido.
En esa sociedad no existen los estereotipos que se retratan en la desafortunada campaña. La gente normal es más compleja y más libre. Son los militantes encerrados en las cuatro paredes de su ideología quienes necesitan simplificar la realidad, como en esas películas de argumento burdo, donde el malo sólo comete maldades, y el bueno está libre de defectos.
El vídeo en cuestión, con el pijo de manual y la chica progresista de diseño, demuestra que los jefes de estas Juventudes son unos mayores prematuros. Traicionan su juventud. Anteponen a ella su misión de fuerza de choque de la sigla. No hay una rebeldía ante el tipo de política que practican los adultos, en la que aporten un punto de vista menos esquemático.
Y lo malo es que no son una excepción. Por lo general, las ramas juveniles de los partidos se nutren de chavales que dejan fuera las virtudes que los hacen admirables. En vez de cambiar al partido, dejan que el partido cambie su libertad por la obediencia. El resultado es un vídeo que pretende defender la Educación para la Ciudadanía, sin educación, ni ciudadanía.
Lo peor no es que se ataque al PP, algo lógico en la lucha partidaria, sino que se etiquete a todo el que discrepe con la polémica asignatura. Según el argumento, estar en contra de ella implica tener una visión denigratoria de la mujer, menospreciar a los maricones, preferir a Aznar antes que a Gandhi, y asociar la letra c con el catecismo y no con la Constitución. Kit completo.
Los autores del panfleto audiovisual abdican de cualquier intento de convencer por las buenas. Intimidan. El mensaje viene a decir que, si no aplaudes la nueva materia, quedas condenado a un gueto pijo y conservador. No es posible discutir la oportunidad de la asignatura y al tiempo ser pacifista o respetuoso con los gais. No caben los matices en este mundo de blancos y negros que exponen las Juventudes.
Un mundo que no está en este país, en este continente y en este siglo. Lo que dijo el presidente Zapatero del referéndum de Ibarretxe es aplicable al vídeo de sus alevines, y lo que sostiene el jefe del Gobierno sobre la alianza de civilizaciones no se aplica con las distintas opiniones de una misma civilización. Vamos, que si el pijo perfecto de la campaña fuese musulmán, el vídeo sería seguramente muy distinto.
El vídeo en todo caso brinda una gran oportunidad al socialismo adulto. Para demostrar que su defensa de la educación y la ciudadanía es sincera, debieran empezar por enseñársela a sus futuros herederos. Bastaría con castigarlos a escribir en el encerado que hay que respetar al otro.