jueves, octubre 04, 2007

Cameron apuesta fuerte

jueves 4 de octubre de 2007
Cameron apuesta fuerte
LOS conservadores británicos afrontan estos días su congreso anual en Blackpool. La importancia del encuentro no se le escapa a nadie: David Cameron no pasa por un buen momento, y lo que hace un año parecía casi seguro -la victoria de los «tories»- ahora está en el aire. Desde su elección como primer ministro, Gordon Brown ha conseguido dar alas a su Gobierno. La era Blair ha quedado en el recuerdo y las encuestas así parecen demostrarlo. De hecho, desde que se produjeron las inundaciones que asolaron el centro de Inglaterra a principios del mes de agosto, los laboristas han ido recuperando apoyo electoral de forma paulatina y, ahora mismo, superan en siete puntos a los conservadores. Los rumores de adelanto de elecciones crecen a pesar de que el Gobierno de Gordon Brown tiene un margen de maniobra amplio -hasta 2010- para hacerlo. Días atrás, la prensa afín a los laboristas llegó a adelantar una fecha para antes de que termine el año. No cabe duda de que el estilo del nuevo primer ministro ha logrado calar. La estrategia de Cameron ha perdido eficacia, al menos en términos electorales. Es indudable que le tomó la medida a Blair, pero parece que no ha logrado hacerlo con el concienzudo y evasivo Gordon Brown, que con su aire de tecnócrata trabajador y sus maneras más sencillas ha conseguido apropiarse de una imagen menos expuesta a las críticas, algo que precisamente fue lo que desinfló la popularidad de Tony Blair.
Después de una década de laborismo, el Reino Unido parece afrontar así un periodo preelectoral que nadie sabe bien cómo se resolvería finalmente: si a favor de Gordon Brown o de David Cameron, ya que, aunque las encuestas son favorables al primero, no hay que descartar que la fatiga que mostraba el discurso de centro-izquierda antes del cambio de Gobierno pueda volver a salir a flote si la situación económica comienza a dar muestras de inestabilidad. De ahí la importancia que para los «tories» tiene el congreso que celebran estos días. Cameron necesita recuperar su capacidad de interlocución con las clases medias, que han comenzado a recelar de su liderazgo a la hora de afrontar un posible escenario de incertidumbre económica. En este sentido, hay señales inquietantes en el horizonte británico, con índices de inflación al alza, problemas con el gasto público y una creciente debilidad exportadora debido a la fortaleza de la libra esterlina. Cameron tiene, por tanto, que apostar fuerte. Su propuesta de reforma fiscal puede ir por ahí. El líder conservador apuesta por recortar los impuestos impulsando una reducción de las tasas que gravan la herencia y la compra de la primera vivienda. Se trataría de reorganizar un discurso económico más elaborado que, sin renunciar a las políticas sociales, fuera capaz de recuperar la credibilidad que en su día tuvieron los conservadores a la hora de liderar la gestión de los asuntos económicos, materia que, según parece, será la clave de las próximas elecciones.

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