La economía golfa va bien
01.08.2007 -
ROBERTO VELASCO
Todos los estudios que pretenden calcular la parte de la Renta Nacional que cada año se oculta a la Hacienda Pública, es decir, la vulgarmente llamada economía sumergida, tienen dos características comunes. La primera es que sus patrocinadores son siempre fundaciones privadas, universidades u organismos internacionales, nunca las Administraciones responsables de recaudar los impuestos; estas últimas practican un escapismo perfectamente entendible, porque los escandalosos resultados de las investigaciones más fiables pueden mostrar a las claras su ineficacia o su indolencia en la persecución de los defraudadores, o ambas cosas a la vez, y tampoco es cosa de lavar en público la ropa sucia. La segunda característica compartida es la metodología, siempre conducente a estimaciones apoyadas en datos y signos externos relacionados pero indirectos, porque sólo muy raramente están los alérgicos a los impuestos dispuestos a reconocer su enfermiza condición.Pues bien, varios equipos de economistas, que han desempeñado el papel de verdaderos 'espeleólogos' sociales de la Comisión Europea, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y varias universidades españolas y extranjeras, han descendido en los últimos tiempos hasta las cloacas del sistema con la intención de medir el flujo de algunos de los desagües fiscales del capitalismo de la Unión Europea. Y han tenido éxito, pues bajo la capa freática de la solidaridad, pero no lejos de la superficie, han descubierto un torrente muy caudaloso de PIB, que han identificado inmediatamente como economía sumergida, irregular o, más propiamente, golfa. Analizada concienzudamente la procedencia de los arroyos que alimentan el caudal general europeo, los buceadores científicos han coincidido en situar la economía sumergida española entre el 20% y el 23% del PIB, en niveles parecidos a los de Portugal y sólo superados por el 30% que se le atribuye a Grecia. La privilegiada posición que ocupamos en este ránking europeo, la persistencia en el fraude (los porcentajes parecen mantenerse en el tiempo) y los estudios monetarios que han concluido señalando a España como el paraíso terrenal de los billetes de 500 euros en (sospechosamente restringida) circulación han permitido que ocupemos una plaza en el podio y que nos distanciemos sobradamente de otras naciones europeas económicamente relevantes, como Francia, Alemania o Austria, en donde el trozo del Producto Interior Bruto oculto a la Hacienda apenas llega al 8%-10% del total. En esta circunstancias, ¿se extrañará alguien de que los países europeos con menos economía golfa sean los más desarrollados? ¿O de que las mayores bolsas de fraude existan en países con grandes bolsas de pobreza?Los expertos señalan que detrás de la economía sumergida se esconde siempre un verdadero yacimiento de empleo ilegal, de parados que trabajan y otros misterios urbanos, terrenos todos ellos en los que también aspiramos en España a ganar la Champions League, la corona continental. Las medidas adoptadas últimamente en materia de mercado de trabajo, que incentivan el empleo legal a base de bonificaciones y subvenciones, están intentando aliviar este problema, lo mismo que los acuerdos alcanzados con países como Marruecos o Argelia para evitar el tráfico mafioso de personas; pero parece evidente que la enorme importancia de la economía sumergida española, estimada en más de 200.000 millones de euros anuales, ha provocado en los últimos años y sigue ejerciendo hoy un potente 'efecto llamada' para la inmigración ilegal y el consiguiente empleo irregular. Los inmigrantes, se ha dicho en las últimas semanas, «eligen España por su economía sumergida, porque saben que se permite trabajar sin contrato laboral y que encontrarán empleo». Los políticos en el poder no se cansan de destacar los positivos efectos económicos de la incorporación al mercado laboral de millones de inmigrantes, y tienen razón, pero los procesos de inmigración descontrolados, como el nuestro, esconden mil problemas que pueden recrudecerse y aparecer todos juntos cuando el esta vez largo ciclo económico favorable de la economía española desfallezca y se abra paso un ciclo recesivo; una situación que llegará porque, contra lo que algunos puedan creer, una experiencia de siglos demuestra que los ciclos económicos no son simples ensoñaciones de cuatro economistas académicos. La existencia de vida más allá del fisco no es precisamente una novedad, ni lo es tampoco que buena parte de ella se oculta tras las bambalinas de la moda, la transmisión de inmuebles, los servicios de hostelería, los alquileres, los aperos de labranza y la horma de los zapatos, por no citar las redes 'malayas' ni a muchos profesionales curiosamente llamados autónomos o 'libres' que están en la mente de todos. Lo que puede ser muy mala noticia es la aceptación social de su inevitabilidad y, sobre todo, la peligrosa difusión de la falsa idea de que la economía en negro permite a las empresas escapar de las rigideces de la economía formal para crear empleo y riqueza allá donde, de otro modo, no se generarían ni uno ni otra. Dicho de manera más cruda, no es aceptable que se acuse a la 'agobiante presión fiscal' de ser la principal, cuando no la única, responsable de la inmensa bolsa de fraude existente en España. Esa y otras disculpas no son sino burdas coartadas morales que se ofrecen a los insolidarios por si, en un momento de grave descuido, les asaltan sentimientos de culpa o de simple responsabilidad social.La buena salud de la economía irregular es un grave problema social, aunque las autoridades miren en ocasiones para otro lado o practiquen esa diversión del ánimo que es el distraimiento. En efecto, hace ya más de dos décadas que los economistas vienen demostrando algo que siempre ha pregonado el sentido común: que el fraude, los pagos ilícitos, el blanqueo de capitales y la corrupción en general minan las instituciones democráticas, malean el comercio y las inversiones directas internacionales, además de entorpecer la cooperación, reducir la calidad de los servicios y atentar contra la función redistributiva del Estado. Razones de peso todas ellas para justificar la destrucción de las bolsas subterráneas de fraude o, cuando menos, un amplio descosido de las mismas. En cualquier caso, algo habrá que hacer porque, como dice un proverbio chino, siempre es mejor encender una vela, por pequeña que sea, que maldecir la oscuridad.
martes, julio 31, 2007
Joseba Arregui, Educar
Educar
01.08.2007 -
JOSEBA ARREGI
La nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía ha vuelto a abrir el debate educativo. Y como casi todas las últimas veces que se ha abierto esa discusión, cuenta con todas las posibilidades de ser un debate planteado de forma falsa y que se cerrará también de forma falsa. Creo que lo plantean de forma falsa quienes arremeten contra la nueva asignatura. Y creo que lo quieren cerrar del mismo modo quienes la defienden.Llevamos demasiados años en España cambiando las leyes que afectan a la escuela, su estructura y los contenidos de la enseñanza. Siempre que de la mano de los cambios legales se abre el debate, se comienza por discutir sobre la educación, sobre los valores a transmitir en la escuela, y se termina discutiendo exclusivamente del fracaso escolar, de la mayor o menor capacidad de la escuela para transmitir conocimiento. Se olvidan los valores y se limita el debate a los conocimientos de lengua, de matemáticas y de ciencias naturales que adquieren las nuevas generaciones.Esta constatación pone de manifiesto que todas las sociedades modernas tienen un problema serio con la educación, con la transmisión de valores -que no otra cosa es educar- en la escuela, en la familia y en el conjunto de la sociedad. Se engañan quienes, en el debate sobre la nueva asignatura, afirman que los valores se transmiten en la familia: si no hubiera dificultades de transmisión de valores en la familia tampoco los habría en la sociedad en su conjunto y, como consecuencia, tampoco en la escuela.La cultura moderna se ha construido sobre la crítica radical de la tradición. Esa crítica conlleva la de todos los valores recibidos. A esa crítica radical de los valores recibidos le opuso la Ilustración la fe en la posibilidad de construir nuevos valores sobre el fundamento de la razón natural, universal y propia de todos los seres humanos. La historia de esa razón natural en la modernidad ha sido la historia de una división: gran éxito en las ciencias naturales y gran fracaso en los ámbitos de las ciencias humanas y sociales. Exactitud y verdad en las ciencias naturales, y relativismo -es decir, incapacidad para aceptar un tesoro compartido de valores sustantivos- en la moral y en la ética. Esta división ha alcanzado plenamente a la escuela y a la familia: las materias fuertes son las que se pueden formalizar según la razón que funciona en las ciencias. Las materias que importan, no sólo en la escuela, sino aquellas cuyas notas importan sobremanera a los padres, son las matemáticas y las ciencias -y ahora la tecnología, incluyendo la informática-. El resto son 'marías'. Con dos consecuencias serias: asumir que las ciencias exactas y naturales no poseen ningún transfondo ideológico, no conllevan valores, algunos criticables -llama la atención con qué rapidez se ha olvidado la llamada progresía y la izquierda del Mayo del 68 de Adorno y Horkheimer, de Marcuse, de Ivan Illich y otros-. Y, por otro lado, con la consecuencia de que el debate se desata precisamente por las 'marías', por aquellas materias en las que los valores no están ocultos, sino que conforman el contenido mismo de la transimisión del conocimiento.La falsedad del debate a la que me refería al comienzo proviene de que cuando, hace un par de años, se discutía de la asignatura de Religión, y ahora cuando se discute la Educación para la Ciudadanía, no se quiere ver más allá de ese debate, no se quiere ver que el verdadero problema está en la dificultad estructural de la cultura moderna con los valores, con la educación misma en la medida en que va más allá de la transmisión de conocimiento. Pongamos un ejemplo: ¿Sería posible plantear la necesidad de imbuir a las nuevas generaciones de un espíritu crítico respecto a los supuestos que acompañan a la ciencia moderna, respecto a la idea de que todo es solucionable, de que en definitiva la naturaleza, el entorno, el cuerpo, la sociedad, la vida es una máquina ajustable, reparable, reconstruible, con piezas intercambiables, sujeta a la causalidad lineal? ¿Es de ésto de lo que se trata cuando se predica la necesidad de educar a ciudadanos críticos?Es falso el argumento de que el Estado -no el Gobierno- no tiene nada que buscar en la educación en valores de los futuros ciudadanos. Es a la inversa: no sólo tiene derecho, sino que tiene la obligación. Pero también es falsa la afirmación de que quienes plantean ahora críticas a la nueva asignatura están en contra de que en la escuela se enseñe democracia. Porque ¿qué es democracia, quién la define, cuáles son sus valores irrenunciables, si es que los tiene? Porque algunos de los que tan ardientemente defienden la nueva asignatura defienden también que puede haber muchas formas y distintas de democracia, y que los países occidentales no son quiénes para decir a los demás cómo se debe ser demócrata.Aquí está el meollo de toda la cuestión: la democracia se desarrolla a partir de algunos principios no necesariamente jerarquizables (I. Berlin) como son la libertad de conciencia, la aconfesionalidad del Estado, la división del poder y su limitación, el respeto a las minorías y el sometimiento del poder constituyente al derecho y a las leyes, defensa del pluralismo, libertad de partidos políticos y libres elecciones. Y todo ello conduce a la afirmación de que la democracia vive de que no hay verdad absoluta, no hay verdad última, que no hay identidad normativa, obligatoria para todos; que lo que permite la convivencia de distintas verdades, de distintas creencias, de distintas identidades, de distintos intereses es la existencia de un espacio público no ahogado por ninguna creencia, ni por ninguna identidad, ni por ninguna ideología, ni por ningún interés, sino regulado por reglas y procedimientos asumidos por todos.Pero lo que se asume son las reglas y los procedimientos, y la verdad de que no hay verdad absoluta. Por esta razón sólo se pueden enseñar los llamados valores constitucionales, que se resumen en los derechos y las libertades fundamentales, los supuestos que los soportan y la necesidad de asumir las reglas de convivencia. Pero nunca puede ser materia de enseñanza el contenido de una ley particular, el contenido de leyes particulares, formas concretas de desarrollar los derechos y las libertades fundamentales.Porque lo que se debe transmitir en la escuela es el valor fundamental y el derecho que asiste a toda persona en un Estado a discrepar del contenido de todas y cada una de las leyes, siempre que las acate. No se es ciudadano ni se adquiere derecho de ciudadanía por defender exclusivamente el matrimonio heterosexual, pero tampoco es obligatorio defender el matrimonio homosexual, ni se deja de ser ciudadano por pensar que puede haber otras formas de regular las relaciones homosexuales respetando el principio de tolerancia y de libertad sexual siempre que no se haga daño a otra persona.Democracia implica la posibilidad de acatar las leyes sin tener que creer en la verdad de cada una de ellas, sin tener que asumir que cada una de ellas es la verdad. Si en democracia es necesario respetar a las minorías, la razón no es simplemente la necesidad de ser tolerantes, sino la idea profunda de que las mayorías no hacen la verdad, y que por lo tanto ésta, en parte, puede estar en las minorías. Democracia implica tolerancia, pero no indiferencia. Tolerancia no es comportarse a partir del principio de que todo es igual, que cada uno haga lo que le dé la gana. Ese principio no equivale a tolerancia, sino a falta de respeto al otro, a la alteridad. Significa no tomar en serio al otro: no me importa ni lo que piensa, ni lo que haga, ni su forma de comportarse. Me da igual. Tolerancia, por el contrario, se adquiere cuando lo que el otro piensa, lo que el otro hace, su forma de comportarse me interpela, me hace dudar de mí mismo, me cuestiona en mis convicciones. Y sin embargo le tomo en serio, le respeto en todo aquello que, aunque me produzca dificultades, lo entiendo mientras no vaya en contra de los derechos humanos universales.En unos tiempos en los que la vida misma, su definición, está en cuestión, ha dejado de ser evidente; en unos momentos en los que, como afirma Giorgio Agamben, se está dando al mismo tiempo la juridificación casi total del ser humano y de la vida por un lado, la biopolítica de Foucault, y la desprovisión creciente de derechos a los mismos humanos por otro, sería conveniente centrar el debate en sus justos términos, las dificultades con la educación en valores, y acercarse al problema con un poco de humildad, sin esa sensación que una parte y otra transmiten de estar en posesión de la verdad.
01.08.2007 -
JOSEBA ARREGI
La nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía ha vuelto a abrir el debate educativo. Y como casi todas las últimas veces que se ha abierto esa discusión, cuenta con todas las posibilidades de ser un debate planteado de forma falsa y que se cerrará también de forma falsa. Creo que lo plantean de forma falsa quienes arremeten contra la nueva asignatura. Y creo que lo quieren cerrar del mismo modo quienes la defienden.Llevamos demasiados años en España cambiando las leyes que afectan a la escuela, su estructura y los contenidos de la enseñanza. Siempre que de la mano de los cambios legales se abre el debate, se comienza por discutir sobre la educación, sobre los valores a transmitir en la escuela, y se termina discutiendo exclusivamente del fracaso escolar, de la mayor o menor capacidad de la escuela para transmitir conocimiento. Se olvidan los valores y se limita el debate a los conocimientos de lengua, de matemáticas y de ciencias naturales que adquieren las nuevas generaciones.Esta constatación pone de manifiesto que todas las sociedades modernas tienen un problema serio con la educación, con la transmisión de valores -que no otra cosa es educar- en la escuela, en la familia y en el conjunto de la sociedad. Se engañan quienes, en el debate sobre la nueva asignatura, afirman que los valores se transmiten en la familia: si no hubiera dificultades de transmisión de valores en la familia tampoco los habría en la sociedad en su conjunto y, como consecuencia, tampoco en la escuela.La cultura moderna se ha construido sobre la crítica radical de la tradición. Esa crítica conlleva la de todos los valores recibidos. A esa crítica radical de los valores recibidos le opuso la Ilustración la fe en la posibilidad de construir nuevos valores sobre el fundamento de la razón natural, universal y propia de todos los seres humanos. La historia de esa razón natural en la modernidad ha sido la historia de una división: gran éxito en las ciencias naturales y gran fracaso en los ámbitos de las ciencias humanas y sociales. Exactitud y verdad en las ciencias naturales, y relativismo -es decir, incapacidad para aceptar un tesoro compartido de valores sustantivos- en la moral y en la ética. Esta división ha alcanzado plenamente a la escuela y a la familia: las materias fuertes son las que se pueden formalizar según la razón que funciona en las ciencias. Las materias que importan, no sólo en la escuela, sino aquellas cuyas notas importan sobremanera a los padres, son las matemáticas y las ciencias -y ahora la tecnología, incluyendo la informática-. El resto son 'marías'. Con dos consecuencias serias: asumir que las ciencias exactas y naturales no poseen ningún transfondo ideológico, no conllevan valores, algunos criticables -llama la atención con qué rapidez se ha olvidado la llamada progresía y la izquierda del Mayo del 68 de Adorno y Horkheimer, de Marcuse, de Ivan Illich y otros-. Y, por otro lado, con la consecuencia de que el debate se desata precisamente por las 'marías', por aquellas materias en las que los valores no están ocultos, sino que conforman el contenido mismo de la transimisión del conocimiento.La falsedad del debate a la que me refería al comienzo proviene de que cuando, hace un par de años, se discutía de la asignatura de Religión, y ahora cuando se discute la Educación para la Ciudadanía, no se quiere ver más allá de ese debate, no se quiere ver que el verdadero problema está en la dificultad estructural de la cultura moderna con los valores, con la educación misma en la medida en que va más allá de la transmisión de conocimiento. Pongamos un ejemplo: ¿Sería posible plantear la necesidad de imbuir a las nuevas generaciones de un espíritu crítico respecto a los supuestos que acompañan a la ciencia moderna, respecto a la idea de que todo es solucionable, de que en definitiva la naturaleza, el entorno, el cuerpo, la sociedad, la vida es una máquina ajustable, reparable, reconstruible, con piezas intercambiables, sujeta a la causalidad lineal? ¿Es de ésto de lo que se trata cuando se predica la necesidad de educar a ciudadanos críticos?Es falso el argumento de que el Estado -no el Gobierno- no tiene nada que buscar en la educación en valores de los futuros ciudadanos. Es a la inversa: no sólo tiene derecho, sino que tiene la obligación. Pero también es falsa la afirmación de que quienes plantean ahora críticas a la nueva asignatura están en contra de que en la escuela se enseñe democracia. Porque ¿qué es democracia, quién la define, cuáles son sus valores irrenunciables, si es que los tiene? Porque algunos de los que tan ardientemente defienden la nueva asignatura defienden también que puede haber muchas formas y distintas de democracia, y que los países occidentales no son quiénes para decir a los demás cómo se debe ser demócrata.Aquí está el meollo de toda la cuestión: la democracia se desarrolla a partir de algunos principios no necesariamente jerarquizables (I. Berlin) como son la libertad de conciencia, la aconfesionalidad del Estado, la división del poder y su limitación, el respeto a las minorías y el sometimiento del poder constituyente al derecho y a las leyes, defensa del pluralismo, libertad de partidos políticos y libres elecciones. Y todo ello conduce a la afirmación de que la democracia vive de que no hay verdad absoluta, no hay verdad última, que no hay identidad normativa, obligatoria para todos; que lo que permite la convivencia de distintas verdades, de distintas creencias, de distintas identidades, de distintos intereses es la existencia de un espacio público no ahogado por ninguna creencia, ni por ninguna identidad, ni por ninguna ideología, ni por ningún interés, sino regulado por reglas y procedimientos asumidos por todos.Pero lo que se asume son las reglas y los procedimientos, y la verdad de que no hay verdad absoluta. Por esta razón sólo se pueden enseñar los llamados valores constitucionales, que se resumen en los derechos y las libertades fundamentales, los supuestos que los soportan y la necesidad de asumir las reglas de convivencia. Pero nunca puede ser materia de enseñanza el contenido de una ley particular, el contenido de leyes particulares, formas concretas de desarrollar los derechos y las libertades fundamentales.Porque lo que se debe transmitir en la escuela es el valor fundamental y el derecho que asiste a toda persona en un Estado a discrepar del contenido de todas y cada una de las leyes, siempre que las acate. No se es ciudadano ni se adquiere derecho de ciudadanía por defender exclusivamente el matrimonio heterosexual, pero tampoco es obligatorio defender el matrimonio homosexual, ni se deja de ser ciudadano por pensar que puede haber otras formas de regular las relaciones homosexuales respetando el principio de tolerancia y de libertad sexual siempre que no se haga daño a otra persona.Democracia implica la posibilidad de acatar las leyes sin tener que creer en la verdad de cada una de ellas, sin tener que asumir que cada una de ellas es la verdad. Si en democracia es necesario respetar a las minorías, la razón no es simplemente la necesidad de ser tolerantes, sino la idea profunda de que las mayorías no hacen la verdad, y que por lo tanto ésta, en parte, puede estar en las minorías. Democracia implica tolerancia, pero no indiferencia. Tolerancia no es comportarse a partir del principio de que todo es igual, que cada uno haga lo que le dé la gana. Ese principio no equivale a tolerancia, sino a falta de respeto al otro, a la alteridad. Significa no tomar en serio al otro: no me importa ni lo que piensa, ni lo que haga, ni su forma de comportarse. Me da igual. Tolerancia, por el contrario, se adquiere cuando lo que el otro piensa, lo que el otro hace, su forma de comportarse me interpela, me hace dudar de mí mismo, me cuestiona en mis convicciones. Y sin embargo le tomo en serio, le respeto en todo aquello que, aunque me produzca dificultades, lo entiendo mientras no vaya en contra de los derechos humanos universales.En unos tiempos en los que la vida misma, su definición, está en cuestión, ha dejado de ser evidente; en unos momentos en los que, como afirma Giorgio Agamben, se está dando al mismo tiempo la juridificación casi total del ser humano y de la vida por un lado, la biopolítica de Foucault, y la desprovisión creciente de derechos a los mismos humanos por otro, sería conveniente centrar el debate en sus justos términos, las dificultades con la educación en valores, y acercarse al problema con un poco de humildad, sin esa sensación que una parte y otra transmiten de estar en posesión de la verdad.
Normalidad en Ulster
Normalidad en Ulster
01.08.2007 -
La retirada del grueso de sus efectivos llevada a cabo por el Ejército británico en las calles de Irlanda del Norte, cuya seguridad ha pasado a depender de la Policía desde esta pasada medianoche, constituye un significativo indicador de cómo el proceso de normalización prosigue su discurrir firmemente encarrilado tras décadas de violencia enquistada. La presencia militar se había ido reduciendo en Ulster en los últimos años, en un estricto correlato con el devenir del proceso político iniciado con los Acuerdos de Viernes Santo en 1998. Ahora, las últimas unidades de combate han abandonado su destino, dejando atrás una guarnición de cinco mil soldados limitada a misiones de custodia y entrenamiento. La salida contribuye a apuntalar la restaurada autonomía y refuerza el Gobierno de coalición, construido sobre generosas cesiones mutuas entre republicanos católicos y unionistas protestantes.Lo que se ha vivido en las últimas horas supone el fin de la 'Operación Banner', la misión más duradera del Ejército británico y por la que a lo largo de 38 años fueron enviados a combatir el terrorismo del IRA 300.000 soldados, de los que 763 murieron. El general al mando, Nick Parker, ha expresado con laconismo funcionarial que el Ejército ha cumplido con lo que se le ordenó, y ahora se retira delegando la seguridad en las instituciones del ámbito civil. Este último gesto trasciende su innegable valor simbólico, no sólo porque certifica un nuevo cumplimiento de los requisitos necesarios para asentar la paz sobre bases duraderas, sino porque coadyuvará a la asimilación progresiva como ciudadanos de quienes hasta no hace mucho eran vistos tan sólo como enemigos y objetivo de la violencia.
01.08.2007 -
La retirada del grueso de sus efectivos llevada a cabo por el Ejército británico en las calles de Irlanda del Norte, cuya seguridad ha pasado a depender de la Policía desde esta pasada medianoche, constituye un significativo indicador de cómo el proceso de normalización prosigue su discurrir firmemente encarrilado tras décadas de violencia enquistada. La presencia militar se había ido reduciendo en Ulster en los últimos años, en un estricto correlato con el devenir del proceso político iniciado con los Acuerdos de Viernes Santo en 1998. Ahora, las últimas unidades de combate han abandonado su destino, dejando atrás una guarnición de cinco mil soldados limitada a misiones de custodia y entrenamiento. La salida contribuye a apuntalar la restaurada autonomía y refuerza el Gobierno de coalición, construido sobre generosas cesiones mutuas entre republicanos católicos y unionistas protestantes.Lo que se ha vivido en las últimas horas supone el fin de la 'Operación Banner', la misión más duradera del Ejército británico y por la que a lo largo de 38 años fueron enviados a combatir el terrorismo del IRA 300.000 soldados, de los que 763 murieron. El general al mando, Nick Parker, ha expresado con laconismo funcionarial que el Ejército ha cumplido con lo que se le ordenó, y ahora se retira delegando la seguridad en las instituciones del ámbito civil. Este último gesto trasciende su innegable valor simbólico, no sólo porque certifica un nuevo cumplimiento de los requisitos necesarios para asentar la paz sobre bases duraderas, sino porque coadyuvará a la asimilación progresiva como ciudadanos de quienes hasta no hace mucho eran vistos tan sólo como enemigos y objetivo de la violencia.
Un asunto interno
Un asunto interno
01.08.2007 -
La anunciada pretensión del lehendakari y sus socios de Gobierno de impulsar, en el Parlamento autonómico a partir de septiembre, algún tipo de iniciativa política que pretenderían culminar con una consulta a la ciudadanía vasca coincide en el tiempo con el proceso que conducirá al PNV a elegir su nueva dirección el próximo diciembre. Los últimos pasos dados por el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, en particular el artículo publicado en este periódico el pasado día 15, revelan que la iniciativa de Juan José Ibarretxe no sólo priva al partido jeltzale del necesario clima de sosiego para decidir su estrategia y liderazgo en los próximos años, sino que ahonda su división. Imaz ha subrayado la inconveniencia de impulsar el referéndum en un momento de renovada amenaza de ETA -ampliada con especial énfasis a los propios peneuvistas- y sin que la fórmula sometida a consideración haya sido previamente acordada por las dos grandes sensibilidades presentes en Euskadi, la nacionalista y la no nacionalista. Además, ha confrontado a los entusiastas promotores de la consulta ante el riesgo cierto de que la banda terrorista trate de poner la iniciativa al servicio de sus propósitos criminales. La situación de división, que podría materializarse en los próximos meses en la presentación de dos candidaturas para dirigir a los jeltzales, no afecta a un partido residual sino a la principal formación política del País Vasco, y volvió a evidenciarse ayer en los discursos con los que Imaz y Egibar celebraron el 112 aniversario de la fundación del PNV. La pretensión de Ibarretxe de resucitar la vía de la consulta traduce las dificultades de aceptación del encaje constitucional de Euskadi en España y muestra la incapacidad de presentar a todos los ciudadanos una fórmula consensuada para avanzar en el autogobierno que pueda además lograr un respaldo mayoritario por los procedimientos establecidos en la Constitución y el Estatuto. Representa un problema pendiente de resolver en el seno del propio partido, y en este punto cabe enmarcar la apelación del presidente del EBB a buscar «soluciones integradoras» dentro de un PNV que no debería caer en la tentación, tan querida para el nacionalismo en su conjunto, de trasladar a toda la sociedad, o a los gobiernos de las instituciones tan trabajosamente construidos desde las elecciones del 27 de mayo, los dilemas que él mismo no es capaz de solventar. La resolución intransferible de esa encrucijada puede configurarse como condición insoslayable para labrar ese nuevo pacto entre vascos y con el Estado que ayer volvió a propugnar el líder peneuvista.
01.08.2007 -
La anunciada pretensión del lehendakari y sus socios de Gobierno de impulsar, en el Parlamento autonómico a partir de septiembre, algún tipo de iniciativa política que pretenderían culminar con una consulta a la ciudadanía vasca coincide en el tiempo con el proceso que conducirá al PNV a elegir su nueva dirección el próximo diciembre. Los últimos pasos dados por el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, en particular el artículo publicado en este periódico el pasado día 15, revelan que la iniciativa de Juan José Ibarretxe no sólo priva al partido jeltzale del necesario clima de sosiego para decidir su estrategia y liderazgo en los próximos años, sino que ahonda su división. Imaz ha subrayado la inconveniencia de impulsar el referéndum en un momento de renovada amenaza de ETA -ampliada con especial énfasis a los propios peneuvistas- y sin que la fórmula sometida a consideración haya sido previamente acordada por las dos grandes sensibilidades presentes en Euskadi, la nacionalista y la no nacionalista. Además, ha confrontado a los entusiastas promotores de la consulta ante el riesgo cierto de que la banda terrorista trate de poner la iniciativa al servicio de sus propósitos criminales. La situación de división, que podría materializarse en los próximos meses en la presentación de dos candidaturas para dirigir a los jeltzales, no afecta a un partido residual sino a la principal formación política del País Vasco, y volvió a evidenciarse ayer en los discursos con los que Imaz y Egibar celebraron el 112 aniversario de la fundación del PNV. La pretensión de Ibarretxe de resucitar la vía de la consulta traduce las dificultades de aceptación del encaje constitucional de Euskadi en España y muestra la incapacidad de presentar a todos los ciudadanos una fórmula consensuada para avanzar en el autogobierno que pueda además lograr un respaldo mayoritario por los procedimientos establecidos en la Constitución y el Estatuto. Representa un problema pendiente de resolver en el seno del propio partido, y en este punto cabe enmarcar la apelación del presidente del EBB a buscar «soluciones integradoras» dentro de un PNV que no debería caer en la tentación, tan querida para el nacionalismo en su conjunto, de trasladar a toda la sociedad, o a los gobiernos de las instituciones tan trabajosamente construidos desde las elecciones del 27 de mayo, los dilemas que él mismo no es capaz de solventar. La resolución intransferible de esa encrucijada puede configurarse como condición insoslayable para labrar ese nuevo pacto entre vascos y con el Estado que ayer volvió a propugnar el líder peneuvista.
Ingmar Berman, el hombre que esperaba alcanzar a Dios
Ingmar Bergman, el hombre que esperaba alcanzar a Dios
Guillermo Urbizu
1 de agosto de 2007. Este domingo murió el director de cine sueco Ingmar Bergman. Un gran director y un gran escritor. Sería muy difícil decir algo original sobre su personalidad proyectada en su obra. No lo pretendo. Pero me gustaría señalar aquí la lucha espiritual que atraviesa toda su filmografía. Es lo que más me impactó cuando vi por vez primera Sonata de otoño (1978), El séptimo sello (1956) o Fresas salvajes (1957). Y creo que esa inquietud es la que predomina en él, es la que dota de tensión narrativa y dramática a su mejor obra.Sus guiones son un a modo de peculiar diario donde Bergman va señalando sus dudas de fe, su angustia vital. Pero también su alegría provisional. Hubo momentos en los que creyó que su esfuerzo estético era como una redención personal, como una superación de la muerte, como un avance de la eternidad. Fue consciente de que el arte que llevaba entre manos era su forma de dialogar con Dios. De manifestarle su ocasional amor o su absoluto rechazo.Siempre he creído que Bergman es un autor al que movía sobre todo la esperanza de alcanzar a Dios. Y para ello utilizaba todos los resortes de su genio y de su alma. Su pensamiento tiene una fuerte carga mística, una interpretación religiosa de los símbolos, del tiempo, de la vida. En ella se abisma cuando siente que el hombre no puede prescindir del sufrimiento. Que el amor es un constante dolor. Su filmografía es la expresión de esa opresión que de una u otra forma todos llevamos dentro.No es fácil su cine como no es fácil nuestra vida. Su cadencia visual nos ofrece un anhelo de plenitud que nada logra satisfacer. El tiempo se desvanece entre trivialidades, el hombre es un ser desquiciado por la máscara de la mentira y por el pecado. ¿Qué hacer para sobrevivir a la muerte, para alcanzar un ápice de felicidad? Bergman escribía su agobio, desnudaba su pensamiento con radical sinceridad. El lugar común es decir que su obra es fría, hermética y demasiado intelectual. Yo creo lo contrario. Porque su alma se desgrana en cada diálogo, en una larga confidencia a la que hay que prestar la debida atención.Charles Moeller en su obra Literatura del siglo XX y cristianismo (editorial Gredos) estudió todo esto de forma magistral. Incluyó a Bergman en el VI volumen de su obra, titulado "Exilio y regreso". Si alguien quiere saber por qué el director de El manantial de la doncella (1959) es un tipo al que es preciso tener en cuenta, yo le aconsejo leer estas páginas de Moeller.
Guillermo Urbizu
1 de agosto de 2007. Este domingo murió el director de cine sueco Ingmar Bergman. Un gran director y un gran escritor. Sería muy difícil decir algo original sobre su personalidad proyectada en su obra. No lo pretendo. Pero me gustaría señalar aquí la lucha espiritual que atraviesa toda su filmografía. Es lo que más me impactó cuando vi por vez primera Sonata de otoño (1978), El séptimo sello (1956) o Fresas salvajes (1957). Y creo que esa inquietud es la que predomina en él, es la que dota de tensión narrativa y dramática a su mejor obra.Sus guiones son un a modo de peculiar diario donde Bergman va señalando sus dudas de fe, su angustia vital. Pero también su alegría provisional. Hubo momentos en los que creyó que su esfuerzo estético era como una redención personal, como una superación de la muerte, como un avance de la eternidad. Fue consciente de que el arte que llevaba entre manos era su forma de dialogar con Dios. De manifestarle su ocasional amor o su absoluto rechazo.Siempre he creído que Bergman es un autor al que movía sobre todo la esperanza de alcanzar a Dios. Y para ello utilizaba todos los resortes de su genio y de su alma. Su pensamiento tiene una fuerte carga mística, una interpretación religiosa de los símbolos, del tiempo, de la vida. En ella se abisma cuando siente que el hombre no puede prescindir del sufrimiento. Que el amor es un constante dolor. Su filmografía es la expresión de esa opresión que de una u otra forma todos llevamos dentro.No es fácil su cine como no es fácil nuestra vida. Su cadencia visual nos ofrece un anhelo de plenitud que nada logra satisfacer. El tiempo se desvanece entre trivialidades, el hombre es un ser desquiciado por la máscara de la mentira y por el pecado. ¿Qué hacer para sobrevivir a la muerte, para alcanzar un ápice de felicidad? Bergman escribía su agobio, desnudaba su pensamiento con radical sinceridad. El lugar común es decir que su obra es fría, hermética y demasiado intelectual. Yo creo lo contrario. Porque su alma se desgrana en cada diálogo, en una larga confidencia a la que hay que prestar la debida atención.Charles Moeller en su obra Literatura del siglo XX y cristianismo (editorial Gredos) estudió todo esto de forma magistral. Incluyó a Bergman en el VI volumen de su obra, titulado "Exilio y regreso". Si alguien quiere saber por qué el director de El manantial de la doncella (1959) es un tipo al que es preciso tener en cuenta, yo le aconsejo leer estas páginas de Moeller.
Moratinos se apunta al partido del diable con España bajo amenaza
Moratinos se apunta al partido del diablo con España bajo amenaza
Luis Miguez Macho
La entrevista del ministro de Asuntos Exteriores con uno de los líderes del grupo terrorista Hezbolá arruina un poco más las relaciones con Estados Unidos, claves para nuestra seguridad.
1 de agosto de 2007. Como tenemos motivos más que suficientes de preocupación con la política interior del actual Gobierno, los medios de comunicación cada vez prestan menos atención a la política exterior. Es algo que no vende entre el gran público, y cualquier profesional de la comunicación puede ratificar que dedicar un programa de radio o un artículo de prensa, sea en papel o electrónica, a la cuestión internacional es asegurarse la deserción de los oyentes o de los lectores.Sin embargo, es mucho lo que nos jugamos fuera de las fronteras. Y no se trata sólo de intereses económicos, cosa que conviene aclarar en un país donde con frecuencia se confunde la proyección exterior con los buenos negocios que las empresas españolas realizan más allá de nuestro territorio, sino del puesto que nos corresponde ocupar en la escena internacional y de la protección de intereses nacionales básicos.Mi opinión sobre la política exterior de José Luis Rodríguez Zapatero la he expuesto repetidas veces en estas páginas electrónicas. Sólo añadiré en esta ocasión que, cada vez que algún hecho relacionado con la misma ocupa los titulares periodísticos, es por tener un carácter que suele oscilar de lo chocante a lo simplemente ridículo.La última hazaña de este tipo es la entrevista del ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Fernández Moratinos con un líder de Hezbolá. Antes de entrar en más profundidades, recordaré que nuestros soldados desplegados en el Líbano sufrieron no hace mucho un atentado con víctimas mortales que, ciertamente, fue condenado por Hezbolá, pero cuyos autores siguen sin conocerse.Para decirlo de la manera más clara posible: la situación en el Líbano y Palestina es lamentable, pero allí no se nos ha perdido nada. En cambio, en la lucha contra el terrorismo internacional sí, puesto que somos un país que sufre la amenaza terrorista, como el ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba nos recuerda un día sí y otro también con una insistencia que tiene algo de excusatio non petita y mucho de macabro, y necesitamos en este terreno de la solidaridad y de la cooperación de los demás países.Todavía más. Si la versión oficial del 11-M es cierta, hemos sido blanco específicamente del terrorismo islamista, con lo que todavía se entienden menos las veleidades conciliadoras de nuestro Gobierno con una rama de aquél. A no ser que se pretenda aplicar a los islamistas la misma receta que a la ETA, y rendirse como modo de que nos perdonen la vida.El estar con el bloque occidental capitaneado por los Estados Unidos para nosotros no es una cuestión de buena o mala política. Es una cuestión de pura supervivencia, y no implica la adhesión a aventuras imperiales más o menos discutibles emprendidas de acuerdo con los intereses geoestratégicos de otras potencias, sino buscar la mejora manera de defendernos contra las amenazas que sufrimos.
Luis Miguez Macho
La entrevista del ministro de Asuntos Exteriores con uno de los líderes del grupo terrorista Hezbolá arruina un poco más las relaciones con Estados Unidos, claves para nuestra seguridad.
1 de agosto de 2007. Como tenemos motivos más que suficientes de preocupación con la política interior del actual Gobierno, los medios de comunicación cada vez prestan menos atención a la política exterior. Es algo que no vende entre el gran público, y cualquier profesional de la comunicación puede ratificar que dedicar un programa de radio o un artículo de prensa, sea en papel o electrónica, a la cuestión internacional es asegurarse la deserción de los oyentes o de los lectores.Sin embargo, es mucho lo que nos jugamos fuera de las fronteras. Y no se trata sólo de intereses económicos, cosa que conviene aclarar en un país donde con frecuencia se confunde la proyección exterior con los buenos negocios que las empresas españolas realizan más allá de nuestro territorio, sino del puesto que nos corresponde ocupar en la escena internacional y de la protección de intereses nacionales básicos.Mi opinión sobre la política exterior de José Luis Rodríguez Zapatero la he expuesto repetidas veces en estas páginas electrónicas. Sólo añadiré en esta ocasión que, cada vez que algún hecho relacionado con la misma ocupa los titulares periodísticos, es por tener un carácter que suele oscilar de lo chocante a lo simplemente ridículo.La última hazaña de este tipo es la entrevista del ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Fernández Moratinos con un líder de Hezbolá. Antes de entrar en más profundidades, recordaré que nuestros soldados desplegados en el Líbano sufrieron no hace mucho un atentado con víctimas mortales que, ciertamente, fue condenado por Hezbolá, pero cuyos autores siguen sin conocerse.Para decirlo de la manera más clara posible: la situación en el Líbano y Palestina es lamentable, pero allí no se nos ha perdido nada. En cambio, en la lucha contra el terrorismo internacional sí, puesto que somos un país que sufre la amenaza terrorista, como el ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba nos recuerda un día sí y otro también con una insistencia que tiene algo de excusatio non petita y mucho de macabro, y necesitamos en este terreno de la solidaridad y de la cooperación de los demás países.Todavía más. Si la versión oficial del 11-M es cierta, hemos sido blanco específicamente del terrorismo islamista, con lo que todavía se entienden menos las veleidades conciliadoras de nuestro Gobierno con una rama de aquél. A no ser que se pretenda aplicar a los islamistas la misma receta que a la ETA, y rendirse como modo de que nos perdonen la vida.El estar con el bloque occidental capitaneado por los Estados Unidos para nosotros no es una cuestión de buena o mala política. Es una cuestión de pura supervivencia, y no implica la adhesión a aventuras imperiales más o menos discutibles emprendidas de acuerdo con los intereses geoestratégicos de otras potencias, sino buscar la mejora manera de defendernos contra las amenazas que sufrimos.
Los efectos de unas elecciones en marzo preocupan al PSOE
EL 11-M SIGUE EN LA MENTE DE FERRAZ
Los efectos de unas elecciones en marzo preocupan al PSOE
Miguel Ángel Orellana
El PP se va de vacaciones con la "mosca" del adelanto electoral Tras la ruptura de la tregua, ZP remonta, y Rajoy no acorta distancias
Más de un asesor en La Moncloa medita si será conveniente que los españoles acudan a las urnas en el aniversario de unas fechas cuyo recuerdo podría determinar el sentido del voto.1 de agosto de 2007. El primer reto de los dos partidos mayoritarios está ya a la vuelta de la esquina: las elecciones generales de 2008. Ambas fuerzas mantienen básicamente posiciones en sus feudos tradicionales. Ni el PSOE ha sido capaz de ensanchar su distancia respecto al PP, ni el Partido Popular ha sido capaz de drenar la fuerza electoral del Partido Socialista. Si la política fuera una partida de ajedrez estaríamos hablando, a día de hoy, de tablas. Ni José Luis Rodríguez Zapatero ni Mariano Rajoy han logrado, por tanto, romper las bases de apoyo de su adversario político, algo que en román paladino significa que los votantes de cada uno de ellos se han atrincherado en sus posiciones. Es evidente que no hay trasvase de votos; pero lo peor es que las dos fuerzas han expulsado de la participación en las urnas a los sectores más moderados que votan indistintamente a una u otra formación. Es evidente además que los candidatos (y algunos medios de comunicación también) intentarán vender la llamada a las urnas como una especie de revancha en torno a lo ocurrido hace cuatro años el 14-M, tratando de movilizar a un electorado herido en su amor propio. Más aún si al final, tal como adelantó semanas atrás Elsemanaldigital.com, las elecciones generales acaban celebrándose el domingo 9 de marzo. La fecha, de la que se hacía eco también este mismo fin de semana el diario ABC, es barajada en el Palacio de La Moncloa, si bien las fuentes consultadas por este periódico recordaban que la decisión final depende única y exclusivamente del presidente del Gobierno.Ocurre, sin embargo, que en el PSOE temen la conveniencia de celebrar la cita electoral en el mes de marzo, ya que no tienen claro el efecto que puede provocar en el electorado una fecha que la mayoría de la ciudadanía asocia evidentemente con la masacre del 11-M. "No cabe duda de que los españoles votarán rememorando las intensas emociones vividas hace cuatro años", confiesan a Elsemanaldigital.com fuentes de la calle Ferraz. "El problema es que nadie sabe, o sólo lo sabe cada ciudadano en su foro interno, cómo le afectará a la hora de depositar su papeleta", añaden los consultados más cautelosos. Llama la atención que los fantasmas de los atentados del 11 de marzo de 2004 sobrevuelen todavía Ferraz. Esta legislatura para muchos ha sido un tiempo para la zozobra, pero es que además el PSOE no ha logrado salir de los agujeros negros de la matanza de Madrid. Aquel triunfo electoral estuvo precedido por el quebrantamiento del día de reflexión y por los asaltos a sedes del Partido Popular. Fue fruto de la manipulación de un atentado terrorista. Y, tal vez, que todo aquello flote en el ambiente en la jornada de votación no es lo más beneficioso para los socialistas. Su cuartel general, al menos, mantiene las vacilaciones.
Los efectos de unas elecciones en marzo preocupan al PSOE
Miguel Ángel Orellana
El PP se va de vacaciones con la "mosca" del adelanto electoral Tras la ruptura de la tregua, ZP remonta, y Rajoy no acorta distancias
Más de un asesor en La Moncloa medita si será conveniente que los españoles acudan a las urnas en el aniversario de unas fechas cuyo recuerdo podría determinar el sentido del voto.1 de agosto de 2007. El primer reto de los dos partidos mayoritarios está ya a la vuelta de la esquina: las elecciones generales de 2008. Ambas fuerzas mantienen básicamente posiciones en sus feudos tradicionales. Ni el PSOE ha sido capaz de ensanchar su distancia respecto al PP, ni el Partido Popular ha sido capaz de drenar la fuerza electoral del Partido Socialista. Si la política fuera una partida de ajedrez estaríamos hablando, a día de hoy, de tablas. Ni José Luis Rodríguez Zapatero ni Mariano Rajoy han logrado, por tanto, romper las bases de apoyo de su adversario político, algo que en román paladino significa que los votantes de cada uno de ellos se han atrincherado en sus posiciones. Es evidente que no hay trasvase de votos; pero lo peor es que las dos fuerzas han expulsado de la participación en las urnas a los sectores más moderados que votan indistintamente a una u otra formación. Es evidente además que los candidatos (y algunos medios de comunicación también) intentarán vender la llamada a las urnas como una especie de revancha en torno a lo ocurrido hace cuatro años el 14-M, tratando de movilizar a un electorado herido en su amor propio. Más aún si al final, tal como adelantó semanas atrás Elsemanaldigital.com, las elecciones generales acaban celebrándose el domingo 9 de marzo. La fecha, de la que se hacía eco también este mismo fin de semana el diario ABC, es barajada en el Palacio de La Moncloa, si bien las fuentes consultadas por este periódico recordaban que la decisión final depende única y exclusivamente del presidente del Gobierno.Ocurre, sin embargo, que en el PSOE temen la conveniencia de celebrar la cita electoral en el mes de marzo, ya que no tienen claro el efecto que puede provocar en el electorado una fecha que la mayoría de la ciudadanía asocia evidentemente con la masacre del 11-M. "No cabe duda de que los españoles votarán rememorando las intensas emociones vividas hace cuatro años", confiesan a Elsemanaldigital.com fuentes de la calle Ferraz. "El problema es que nadie sabe, o sólo lo sabe cada ciudadano en su foro interno, cómo le afectará a la hora de depositar su papeleta", añaden los consultados más cautelosos. Llama la atención que los fantasmas de los atentados del 11 de marzo de 2004 sobrevuelen todavía Ferraz. Esta legislatura para muchos ha sido un tiempo para la zozobra, pero es que además el PSOE no ha logrado salir de los agujeros negros de la matanza de Madrid. Aquel triunfo electoral estuvo precedido por el quebrantamiento del día de reflexión y por los asaltos a sedes del Partido Popular. Fue fruto de la manipulación de un atentado terrorista. Y, tal vez, que todo aquello flote en el ambiente en la jornada de votación no es lo más beneficioso para los socialistas. Su cuartel general, al menos, mantiene las vacilaciones.
Los tribunales ponen fin a la "guerra de banderas"
Los tribunales ponen fin a la "guerra de banderas"
Elsemanaldigital.com
1 de agosto de 2007. La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo acaba de dictar una sentencia que, más allá de la anécdota del caso concreto, tiene la enorme relevancia de poner fin desde la legalidad a la "guerra de banderas" que los nacionalistas, principalmente los vascos y los catalanes, tienen declarada desde los mismos inicios de nuestra democracia. En efecto, la sentencia confirma otra del propio Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, recurrida en casación por el Gobierno vasco, que obligaba a "hacer ondear, con carácter permanente, la bandera de España en lugar principal del exterior de la Academia de Policía Vasca de Arkaute, bien en solitario o bien conjuntamente con la bandera autonómica vasca".Por la fuerza de la costumbre, en las instituciones controladas por los nacionalistas vascos y catalanes se había consolidado una situación que sólo se puede calificar de inaudita y desconocida en el ámbito comparado. En ningún país del mundo, sea cual sea su forma de organización territorial, se consiente o cabe concebir siquiera que la bandera nacional no ondee en los edificios oficiales, sean del Estado central o de entes territoriales dotados de autonomía.Precisamente esa "costumbre" creada por su propia actuación ilegal es lo que alegaba el Gobierno vasco como fundamento principal del recurso de casación presentado. Frente a ello, el Tribunal Supremo no ha podido menos que recordar que "la aceptación del planteamiento de la parte recurrente implicaría una ruptura del principio de legalidad..., así como el aceptar que las normas con rango de ley se derogan –o no resultan exigibles– por el simple transcurso del tiempo acompañado de su incumplimiento".Lo que hay que preguntarse después de esta sentencia es con qué clase de privilegio superior cuentan los nacionalistas en nuestra democracia para que durante décadas hayan podido estar incumpliendo la ley a la vista de todos (y nunca mejor dicho cuando de símbolos se trata) sin que haya más que tímidas, tardías y contadas reacciones frente a ello. Y hay que tener en cuenta que el caso de la Academia de la Policía Vasca no es más que una gota en un mar de insumisión a las disposiciones legales que imponen la presencia de la bandera nacional en los edificios oficiales.Ahora que tanto se habla de superar la Transición, es el momento de reflexionar si es admisible en una democracia madura y consolidada el que minorías como los nacionalistas no sólo vean exquisitamente respetados sus derechos y opiniones, y hasta obtengan un plus de influencia en la política nacional bastante discutible, sino que además puedan incumplir de manera impune la ley cuando les viene en gana. Porque la principal regla de un Estado democrático de Derecho es que la ley es igual para todos, y eso reza también para los nacionalistas.
Elsemanaldigital.com
1 de agosto de 2007. La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo acaba de dictar una sentencia que, más allá de la anécdota del caso concreto, tiene la enorme relevancia de poner fin desde la legalidad a la "guerra de banderas" que los nacionalistas, principalmente los vascos y los catalanes, tienen declarada desde los mismos inicios de nuestra democracia. En efecto, la sentencia confirma otra del propio Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, recurrida en casación por el Gobierno vasco, que obligaba a "hacer ondear, con carácter permanente, la bandera de España en lugar principal del exterior de la Academia de Policía Vasca de Arkaute, bien en solitario o bien conjuntamente con la bandera autonómica vasca".Por la fuerza de la costumbre, en las instituciones controladas por los nacionalistas vascos y catalanes se había consolidado una situación que sólo se puede calificar de inaudita y desconocida en el ámbito comparado. En ningún país del mundo, sea cual sea su forma de organización territorial, se consiente o cabe concebir siquiera que la bandera nacional no ondee en los edificios oficiales, sean del Estado central o de entes territoriales dotados de autonomía.Precisamente esa "costumbre" creada por su propia actuación ilegal es lo que alegaba el Gobierno vasco como fundamento principal del recurso de casación presentado. Frente a ello, el Tribunal Supremo no ha podido menos que recordar que "la aceptación del planteamiento de la parte recurrente implicaría una ruptura del principio de legalidad..., así como el aceptar que las normas con rango de ley se derogan –o no resultan exigibles– por el simple transcurso del tiempo acompañado de su incumplimiento".Lo que hay que preguntarse después de esta sentencia es con qué clase de privilegio superior cuentan los nacionalistas en nuestra democracia para que durante décadas hayan podido estar incumpliendo la ley a la vista de todos (y nunca mejor dicho cuando de símbolos se trata) sin que haya más que tímidas, tardías y contadas reacciones frente a ello. Y hay que tener en cuenta que el caso de la Academia de la Policía Vasca no es más que una gota en un mar de insumisión a las disposiciones legales que imponen la presencia de la bandera nacional en los edificios oficiales.Ahora que tanto se habla de superar la Transición, es el momento de reflexionar si es admisible en una democracia madura y consolidada el que minorías como los nacionalistas no sólo vean exquisitamente respetados sus derechos y opiniones, y hasta obtengan un plus de influencia en la política nacional bastante discutible, sino que además puedan incumplir de manera impune la ley cuando les viene en gana. Porque la principal regla de un Estado democrático de Derecho es que la ley es igual para todos, y eso reza también para los nacionalistas.
A Imaz le crece su propio "club de la comedia" por la gresca en el PNV
GARGANTA PROFUNDA
A Imaz le crece su propio "club de la comedia" por la gresca en el PNV
Elsemanaldigital.com
Le llueven los chistes. Entre otras cosas porque los malos resultados electorales cosechados han reabierto viejas heridas entre sectores que ven difícil la convivencia interna.
1 de agosto de 2007. El partido que lleva pilotando el transatlántico vasco desde el fin del régimen de Franco vive noqueado. Sólo Xabier Arzalluz, siempre lenguaraz cuando se trata de hablar de la dirección de la formación que presidió durante un cuarto de siglo, se atrevió a afirmar semanas atrás y en público que "los cuchillos ya están preparados". La cita será el 2 de diciembre en Bilbao, fecha del cónclave que elegirá al presidente del PNV para los siguientes cuatro años. Y la verdad es que los pésimos resultados municipales el pasado 27-M han servido para que una extraña mezcla de pesimismo, preocupación, enfado y desconcierto haya calado en Sabin Extea, sede central. La pasada cita con las urnas demostró a las claras que en el PNV no solamente conviven sectores enfrentados, sino que se vislumbraron puñaladas traperas, como la filtración a los medios de comunicación del dossier sobre el abultado patrimonio no declarado del candidato de Joseba Egibar a la Diputación de Guipúzcoa, o el escándalo de la Hacienda de Irún. Pero en horas bajas, al menos no se ha perdido el humor en los atribulados interiores del PNV, donde, a falta de nuevo repertorio de chistes sobre bilbaínos y guipuchis, se echa mano de una actualidad interna más propia de los Top Ten del Club de la Comedia. Y como muestra, ha llegado hasta Garganta Profunda la última salida propagada entre militantes de base y dirigentes. Dice así: Un nacionalista vasco naufraga en los mares del Sur. Tras haber alcanzado una isla desierta se instala en ella y, con gran cantidad de tiempo libre a su disposición, comienza a edificar dos batzokis en plena línea de costa. Al cabo de treinta años un trasatlántico que pasaba por allí divisa la señal de socorro del náufrago. El capitán y miembros de su tripulación desembarcan en un bote para reunirse con él. Una vez en la isla, el capitán, tras haber visto las ikurriñas ondeando en las fachadas, le comenta al vasco: "Así que es usted del PNV. Pero dígame, ¿por qué ha construido dos batzokis? Menudo derroche de trabajo. ¿No le bastaba con uno solamente?". A lo que el náufrago responde con rostro de indignación señalando al batzoki más próximo: "Yo voy siempre a éste de aquí. En el otro, ni se me ocurriría poner los pies jamás". Pues eso, la grieta abierta desde 2003 entre Imaz y Egibar por el poder interno es de tal magnitud que se ha convertido en un profundo desfiladero donde ya caben hasta dos maneras opuestas de concebir el nacionalismo vasco del siglo XXI. Pero, a mal tiempo, siempre queda la opción de la buena cara.
A Imaz le crece su propio "club de la comedia" por la gresca en el PNV
Elsemanaldigital.com
Le llueven los chistes. Entre otras cosas porque los malos resultados electorales cosechados han reabierto viejas heridas entre sectores que ven difícil la convivencia interna.
1 de agosto de 2007. El partido que lleva pilotando el transatlántico vasco desde el fin del régimen de Franco vive noqueado. Sólo Xabier Arzalluz, siempre lenguaraz cuando se trata de hablar de la dirección de la formación que presidió durante un cuarto de siglo, se atrevió a afirmar semanas atrás y en público que "los cuchillos ya están preparados". La cita será el 2 de diciembre en Bilbao, fecha del cónclave que elegirá al presidente del PNV para los siguientes cuatro años. Y la verdad es que los pésimos resultados municipales el pasado 27-M han servido para que una extraña mezcla de pesimismo, preocupación, enfado y desconcierto haya calado en Sabin Extea, sede central. La pasada cita con las urnas demostró a las claras que en el PNV no solamente conviven sectores enfrentados, sino que se vislumbraron puñaladas traperas, como la filtración a los medios de comunicación del dossier sobre el abultado patrimonio no declarado del candidato de Joseba Egibar a la Diputación de Guipúzcoa, o el escándalo de la Hacienda de Irún. Pero en horas bajas, al menos no se ha perdido el humor en los atribulados interiores del PNV, donde, a falta de nuevo repertorio de chistes sobre bilbaínos y guipuchis, se echa mano de una actualidad interna más propia de los Top Ten del Club de la Comedia. Y como muestra, ha llegado hasta Garganta Profunda la última salida propagada entre militantes de base y dirigentes. Dice así: Un nacionalista vasco naufraga en los mares del Sur. Tras haber alcanzado una isla desierta se instala en ella y, con gran cantidad de tiempo libre a su disposición, comienza a edificar dos batzokis en plena línea de costa. Al cabo de treinta años un trasatlántico que pasaba por allí divisa la señal de socorro del náufrago. El capitán y miembros de su tripulación desembarcan en un bote para reunirse con él. Una vez en la isla, el capitán, tras haber visto las ikurriñas ondeando en las fachadas, le comenta al vasco: "Así que es usted del PNV. Pero dígame, ¿por qué ha construido dos batzokis? Menudo derroche de trabajo. ¿No le bastaba con uno solamente?". A lo que el náufrago responde con rostro de indignación señalando al batzoki más próximo: "Yo voy siempre a éste de aquí. En el otro, ni se me ocurriría poner los pies jamás". Pues eso, la grieta abierta desde 2003 entre Imaz y Egibar por el poder interno es de tal magnitud que se ha convertido en un profundo desfiladero donde ya caben hasta dos maneras opuestas de concebir el nacionalismo vasco del siglo XXI. Pero, a mal tiempo, siempre queda la opción de la buena cara.
Eulogio Lopez, Beneficio empresarial y aumento salarial
miercoles 1 de agosto de 2007
Beneficio empresarial y aumento salarial
Eulogio López (Hispanidad.com)
E L beneficio de las empresas del Ibex 35, selectivo de la Bolsa madrileña, creció un 32% durante el primer semestre del año, según el diario Expansión, el primero en hacer las cuentas. Y otro 32% que es, pura casualidad, lo que creció la bolsa en 2006, es decir, lo que crecieron las rentas producto de la especulación. Mientras, los salarios españoles crecen justo la décima parte, mientras el Banco de España suspira por la siempre necesaria moderación salarial, y el Gobierno Zapatero, tan capitalista como lo fueron los de Aznar, que en esto apenas se perciben diferencias, suspira por la necesaria moderación salarial, y los sindicatos agachan la cabeza y “asumen su responsabilidad”. Dicha responsabilidad consiste en colaborar en el aborregamiento colectivo que ha convertido en cruda realidad la economía postmoderna, basada en el binomio ya repetido tantas veces en estas pantallas: “Salarios bajos y vivienda cara”, un binomio que atenta directamente contra la salud de la familia y, con ello, contra la felicidad del individuo. Hoy en día, poco puede esperarse en España de las dos grandes centrales sindicales: Comisiones Obreras simplemente se ha convertido al capitalismo, mientras UGT, que aún mantiene una cierta preocupación por lo débiles, cierra la boca porque su partido, el PSOE, está en el poder, y hay que mantener a toda costa los cargos y prebendas de su clase dirigente. Y ojo, porque hablamos de beneficio neto, es decir, que ya se ha retirado lo destinado a inversiones. Me adelanto así al sofisma habitual de los “liberales” de salón, para quien no se puede comparar el aumento de los salarios con el del beneficio, dado que una empresa está obligada a reinvertir parte de su excedente. Como mucho, le retiro la parte destinada a incrementar los fondos propios, algo inhabitual, salvo en determinados sectores, como el financiero, que trabaja “con dinero de los demás”. El pensamiento único no puede consistir en el sistema único capitalista y en el imperio de la gran empresa. Una justa distribución de la riqueza tiene dos enemigos: el Estado y las multinacionales. Si nos perdemos en los conceptos tradicionales de izquierda y derecha, estaremos dando vueltas sobre nosotros mismos, dado que la izquierda clásica se olvida del enemigo Estado, mientras la derecha clásica se olvida del enemigo privado: de las grandes corporaciones, en España, del Ibex 35. Pero lo más grave no me parece esto: lo más grave es la aceptación social, por la izquierda y por la derecha, de los planteamientos propios del capitalismo. Frente a izquierda y derecha, lo único que se opone hoy es la doctrina social de la Iglesia católica, para quien lo importante no son los sistemas sino las personas, para quien lo importante no es la economía, sino las economías particulares. Una vez más, habrá que recordar que le debate de 100 años atrás es falso: no se trata de apunarse al o público o a lo privado: se trata de apuntarse a lo pequeño frente a lo grande, o lo que es lo mismo, a apoyar a las personas y a las familias frente a las grandes corporaciones y frente al Estado. Si lo quieren en ‘economiqués’ (horrible lenguaje): ni Keynes ni Friedman: Schumpeter. Aunque sólo sea porque lo grandes es ingobernable.
Beneficio empresarial y aumento salarial
Eulogio López (Hispanidad.com)
E L beneficio de las empresas del Ibex 35, selectivo de la Bolsa madrileña, creció un 32% durante el primer semestre del año, según el diario Expansión, el primero en hacer las cuentas. Y otro 32% que es, pura casualidad, lo que creció la bolsa en 2006, es decir, lo que crecieron las rentas producto de la especulación. Mientras, los salarios españoles crecen justo la décima parte, mientras el Banco de España suspira por la siempre necesaria moderación salarial, y el Gobierno Zapatero, tan capitalista como lo fueron los de Aznar, que en esto apenas se perciben diferencias, suspira por la necesaria moderación salarial, y los sindicatos agachan la cabeza y “asumen su responsabilidad”. Dicha responsabilidad consiste en colaborar en el aborregamiento colectivo que ha convertido en cruda realidad la economía postmoderna, basada en el binomio ya repetido tantas veces en estas pantallas: “Salarios bajos y vivienda cara”, un binomio que atenta directamente contra la salud de la familia y, con ello, contra la felicidad del individuo. Hoy en día, poco puede esperarse en España de las dos grandes centrales sindicales: Comisiones Obreras simplemente se ha convertido al capitalismo, mientras UGT, que aún mantiene una cierta preocupación por lo débiles, cierra la boca porque su partido, el PSOE, está en el poder, y hay que mantener a toda costa los cargos y prebendas de su clase dirigente. Y ojo, porque hablamos de beneficio neto, es decir, que ya se ha retirado lo destinado a inversiones. Me adelanto así al sofisma habitual de los “liberales” de salón, para quien no se puede comparar el aumento de los salarios con el del beneficio, dado que una empresa está obligada a reinvertir parte de su excedente. Como mucho, le retiro la parte destinada a incrementar los fondos propios, algo inhabitual, salvo en determinados sectores, como el financiero, que trabaja “con dinero de los demás”. El pensamiento único no puede consistir en el sistema único capitalista y en el imperio de la gran empresa. Una justa distribución de la riqueza tiene dos enemigos: el Estado y las multinacionales. Si nos perdemos en los conceptos tradicionales de izquierda y derecha, estaremos dando vueltas sobre nosotros mismos, dado que la izquierda clásica se olvida del enemigo Estado, mientras la derecha clásica se olvida del enemigo privado: de las grandes corporaciones, en España, del Ibex 35. Pero lo más grave no me parece esto: lo más grave es la aceptación social, por la izquierda y por la derecha, de los planteamientos propios del capitalismo. Frente a izquierda y derecha, lo único que se opone hoy es la doctrina social de la Iglesia católica, para quien lo importante no son los sistemas sino las personas, para quien lo importante no es la economía, sino las economías particulares. Una vez más, habrá que recordar que le debate de 100 años atrás es falso: no se trata de apunarse al o público o a lo privado: se trata de apuntarse a lo pequeño frente a lo grande, o lo que es lo mismo, a apoyar a las personas y a las familias frente a las grandes corporaciones y frente al Estado. Si lo quieren en ‘economiqués’ (horrible lenguaje): ni Keynes ni Friedman: Schumpeter. Aunque sólo sea porque lo grandes es ingobernable.
Franklin Lopez Buenaño, Al socialismo del sigol XXI no le falta imaginacion
miercoles 1 de agosto de 2007
Ecuador
Al socialismo del siglo XXI no le falta imaginación
Para empezar, se reemplazaría la economía "social de mercado" con la eufemística economía "solidaria", cuyas bases serían la participación ciudadana a través de un "Estado capaz de coordinar y regular la economía".
Franklin López Buenaño
Cuando dos terceras partes de una economía está bajo el control directo del Gobierno, como es el caso del Ecuador, parece que no hay mucho más que se pueda hacer para estatalizar un país. Pero hay que reconocerles el mérito a los socialistas del siglo XXI, porque imaginación no les falta para intervenir aún mucho más en las actividades económicas. La propuesta del Gobierno de Rafael Correa para una Constitución es evidencia de esa febril imaginación.
Aunque la Constitución propuesta parece bastante general, llena de muchas "buenas" intenciones y pocos detalles, abre suficientes ventanas para saber hacia dónde quiere ir. Para empezar, se reemplazaría la economía "social de mercado" con la eufemística economía "solidaria", cuyas bases serían la participación ciudadana a través de un "Estado capaz de coordinar y regular la economía".
En materia de "buenas intenciones" busca convertir a los ecuatorianos en productores y propietarios, pero no dice qué o cuáles mecanismos se utilizarán para lograr ese objetivo. Nos gustaría pensar que la idea es entregar la propiedad pública a los ciudadanos. Pero el lío radica en una cláusula anterior que prescribe la "inalienabilidad" de la propiedad pública, por lo cual no se podrá privatizar nada, como tampoco se podrían organizar empresas mixtas (aunque luego dice que sí). Si alguien gana un juicio contra el Gobierno, no podrá cobrar por daños y perjuicios. Definitivamente esta cláusula le daría completa inmunidad e impunidad al Estado para hacer lo que quiera con los bienes estatales.
Dice que las instituciones de derecho privado "no pueden ni recibir ni gestionar ingresos provenientes del erario público (sic)." Esta cláusula significaría que una universidad privada que gestiona fondos para investigación dejaría de ser entidad "privada". Es importante recalcar que solo "gestionar" sería suficiente para que pierda el derecho privado.
También se "subordina el sistema económico a la Constitución", lo que viene a decir entre líneas que el mercado no se regirá por las leyes de la oferta y demanda sino por las leyes que surjan de la carta magna.
Dice que la Constitución "garantizará la participación ciudadana en el control de la gestión del sistema económico". ¿Significará que grupos de la sociedad civil podrían intervenir en la gestión empresarial, en la toma de decisiones de inversión, precios, productos, procesos, etc.? Creo que sí. Que el propósito es formar grupos allegados al Gobierno que se convertirían en verdaderas gestapos de las empresas que no les gusten, comenzando por los canales de televisión.
Busca "recuperar" la política monetaria que se perdió con la dolarización. No cabe la menor duda que esto abre el camino para la desdolarización, aunque dice que "para hacerla consistente y sostenible" se debe eliminar la autonomía del Banco Central (BCE). Esto es un disparate conceptual porque no hay coherencia teórica ni práctica entre la autonomía del BCE y la sustentabilidad de la dolarización. Es más, es peligrosísimo. Si se desdolariza, el banco central dejará de ser autónomo y en toda la literatura monetaria se advierte que ésta es la mejor forma para generar procesos inflacionarios desaforados.
Un párrafo, al final, se refiere a la "rentabilidad social" de una empresa. Esto implicaría el uso de precios "sombra", como se hace en los proyectos públicos y una burocracia gigantesca para que "vigile" los "recálculos" que deberán hacer las empresas para estimar la rentabilidad social.
Definitivamente, el paradigma del socialismo del siglo XXI pretende una mayor incursión del Estado en materia económica y tiene una agenda bien planificada para conseguir sus propósitos. Los Correa, Chávez, Morales pueden llegar, hacer y deshacer porque el verdadero problema que enfrentamos los latinoamericanos es que los que piensan como ellos son "demasiados", como diría Facundo Cabral.
© AIPE
Franklin López Buenaño es profesor de la Universidad San Francisco de Quito y de Tulane University.
Ecuador
Al socialismo del siglo XXI no le falta imaginación
Para empezar, se reemplazaría la economía "social de mercado" con la eufemística economía "solidaria", cuyas bases serían la participación ciudadana a través de un "Estado capaz de coordinar y regular la economía".
Franklin López Buenaño
Cuando dos terceras partes de una economía está bajo el control directo del Gobierno, como es el caso del Ecuador, parece que no hay mucho más que se pueda hacer para estatalizar un país. Pero hay que reconocerles el mérito a los socialistas del siglo XXI, porque imaginación no les falta para intervenir aún mucho más en las actividades económicas. La propuesta del Gobierno de Rafael Correa para una Constitución es evidencia de esa febril imaginación.
Aunque la Constitución propuesta parece bastante general, llena de muchas "buenas" intenciones y pocos detalles, abre suficientes ventanas para saber hacia dónde quiere ir. Para empezar, se reemplazaría la economía "social de mercado" con la eufemística economía "solidaria", cuyas bases serían la participación ciudadana a través de un "Estado capaz de coordinar y regular la economía".
En materia de "buenas intenciones" busca convertir a los ecuatorianos en productores y propietarios, pero no dice qué o cuáles mecanismos se utilizarán para lograr ese objetivo. Nos gustaría pensar que la idea es entregar la propiedad pública a los ciudadanos. Pero el lío radica en una cláusula anterior que prescribe la "inalienabilidad" de la propiedad pública, por lo cual no se podrá privatizar nada, como tampoco se podrían organizar empresas mixtas (aunque luego dice que sí). Si alguien gana un juicio contra el Gobierno, no podrá cobrar por daños y perjuicios. Definitivamente esta cláusula le daría completa inmunidad e impunidad al Estado para hacer lo que quiera con los bienes estatales.
Dice que las instituciones de derecho privado "no pueden ni recibir ni gestionar ingresos provenientes del erario público (sic)." Esta cláusula significaría que una universidad privada que gestiona fondos para investigación dejaría de ser entidad "privada". Es importante recalcar que solo "gestionar" sería suficiente para que pierda el derecho privado.
También se "subordina el sistema económico a la Constitución", lo que viene a decir entre líneas que el mercado no se regirá por las leyes de la oferta y demanda sino por las leyes que surjan de la carta magna.
Dice que la Constitución "garantizará la participación ciudadana en el control de la gestión del sistema económico". ¿Significará que grupos de la sociedad civil podrían intervenir en la gestión empresarial, en la toma de decisiones de inversión, precios, productos, procesos, etc.? Creo que sí. Que el propósito es formar grupos allegados al Gobierno que se convertirían en verdaderas gestapos de las empresas que no les gusten, comenzando por los canales de televisión.
Busca "recuperar" la política monetaria que se perdió con la dolarización. No cabe la menor duda que esto abre el camino para la desdolarización, aunque dice que "para hacerla consistente y sostenible" se debe eliminar la autonomía del Banco Central (BCE). Esto es un disparate conceptual porque no hay coherencia teórica ni práctica entre la autonomía del BCE y la sustentabilidad de la dolarización. Es más, es peligrosísimo. Si se desdolariza, el banco central dejará de ser autónomo y en toda la literatura monetaria se advierte que ésta es la mejor forma para generar procesos inflacionarios desaforados.
Un párrafo, al final, se refiere a la "rentabilidad social" de una empresa. Esto implicaría el uso de precios "sombra", como se hace en los proyectos públicos y una burocracia gigantesca para que "vigile" los "recálculos" que deberán hacer las empresas para estimar la rentabilidad social.
Definitivamente, el paradigma del socialismo del siglo XXI pretende una mayor incursión del Estado en materia económica y tiene una agenda bien planificada para conseguir sus propósitos. Los Correa, Chávez, Morales pueden llegar, hacer y deshacer porque el verdadero problema que enfrentamos los latinoamericanos es que los que piensan como ellos son "demasiados", como diría Facundo Cabral.
© AIPE
Franklin López Buenaño es profesor de la Universidad San Francisco de Quito y de Tulane University.
Thomas Sowell, El error de Irak fue la democracia
miercoles 1 de agosto de 2007
Visiones
El error en Irak fue la democracia
Se pueden trasplantar instituciones de una nación a otra, pero no pueden trasplantar la historia y la cultura a partir de las cuales evolucionaron las actitudes y tradiciones que permitieron que esas instituciones funcionaran.
Thomas Sowell
Sin duda, los historiadores del futuro extraerán muchas y muy variadas lecciones de la guerra en Irak. Pero los que vivimos en el presente no nos podemos dar el lujo de esperar a tener ante nosotros todos los hechos relevantes para empezar a comprender qué ha salido bien y qué ha salido mal en Irak.
Lo mejor de la guerra de Irak es que terminó hace ya tiempo. Nuestras tropas la ganaron. Pero nuestros políticos podrían perder la paz una vez más, con consecuencias desastrosas para Estados Unidos y para el resto del mundo.
La paz no se ha alcanzado en Irak, aunque la pacificación prosigue –siempre con un precio en vidas norteamericanas– y hay señales de que está progresando, para consternación de aquellos que han apostado su futuro político a una derrota estadounidense.
Los derrotistas todavía no han reunido el valor suficiente como para asegurar la derrota suspendiendo los fondos necesarios para continuar con las operaciones militares en Irak. Eso sería asumir la responsabilidad de la derrota. Para sus objetivos políticos, lo mejor sería legislar condiciones que hicieran inevitable la derrota y que tuvieran que cumplirse obligatoriamente para poder gastar esos fondos militares. Eso permitiría que la derrota fuera considerada responsabilidad de Bush, no suya.
Esa es la dirección en la que se están moviendo los derrotistas; políticos que jamás han desplegado tropas o vestido siquiera uniforme militar hablan pomposamente de "redespliegue", como si en realidad supieran de lo que están hablando. Que los políticos quieran gestionar al detalle una guerra ha sido siempre una fórmula para el desastre, ya fuera en Vietnam o en Irak. Nuestras tropas en Irak ya han sufrido demasiadas restricciones a lo que pueden o no pueden hacer según las reglas de compromiso.
El trágico gran fracaso en Irak ha sido político, no militar. En el origen del mismo se pueden encontrar dos elevadas ideas: la "construcción de naciones" y la democracia.
Las naciones no se pueden construir.
Se pueden trasplantar instituciones de una nación a otra, pero no pueden trasplantar la historia y la cultura a partir de las cuales evolucionaron las actitudes y tradiciones que permitieron que esas instituciones funcionaran. Hicieron falta siglos para que la democracia se desarrollase en el mundo occidental.
Pese a todo esto, intentamos crear una democracia en Irak antes de garantizar la seguridad –la ley y el orden–, que es un requisito obligado para cualquier forma de gobierno viable. Al haber hecho de la democracia la piedra angular de la reconstrucción del Irak de posguerra, los norteamericanos han se han visto atados de pies y manos por las deficiencias del Gobierno salido de las urnas y el hecho de que nuestro ejército no puede simplemente ignorarlo cuando los políticos que lo forman se interponen en el camino de restaurar la ley y el orden.
La gente acaba prefiriendo la tiranía a la anarquía. Pero ambas pueden evitarse con un Gobierno interino pensado para cumplir competentemente sus funciones, no para ser la encarnación de los ideales democráticos.
Ni en Europa ni en Asia las democracias empezaron siéndolo. A fecha de 1950, nadie podría haber llamado democracia a Taiwán o Corea del Sur. Incluso hoy, Singapur no tiene la clase de libertad que los occidentales juzgan como democrática. Pero es una sociedad decente y próspera, sumamente superior en todo cuando se la compara con su situación a finales de la Segunda Guerra Mundial.
Ha sido una apuesta innecesaria intentar crear democracia allí donde nunca ha existido y donde los requisitos para que prospere podrían no cumplirse. Entre ellos están, por ejemplo, la tolerancia a las opiniones distintas, el acomodo de intereses contrapuestos y la disposición a anteponer el interés nacional al propio. Oriente Medio es el último lugar donde buscar tales cualidades. Esas cosas evolucionaron en Occidente sólo después de que distintos pueblos y religiones intentaran durante siglos destruirse mutuamente sin el menor éxito.Muchos han argumentado que las democracias tienden a no comenzar guerras y que, por tanto, la existencia de más democracias en el mundo interesa a todos los amantes de la paz. Pero eso es sumamente distinto a decir que sabemos cómo crear democracias o que debamos jugarnos tanta sangre y tantos fondos a una posibilidad tan remota.
Thomas Sowell es doctor en Economía y escritor. Es especialista del Instituto Hoover.© Creators Syndicate, Inc.
Visiones
El error en Irak fue la democracia
Se pueden trasplantar instituciones de una nación a otra, pero no pueden trasplantar la historia y la cultura a partir de las cuales evolucionaron las actitudes y tradiciones que permitieron que esas instituciones funcionaran.
Thomas Sowell
Sin duda, los historiadores del futuro extraerán muchas y muy variadas lecciones de la guerra en Irak. Pero los que vivimos en el presente no nos podemos dar el lujo de esperar a tener ante nosotros todos los hechos relevantes para empezar a comprender qué ha salido bien y qué ha salido mal en Irak.
Lo mejor de la guerra de Irak es que terminó hace ya tiempo. Nuestras tropas la ganaron. Pero nuestros políticos podrían perder la paz una vez más, con consecuencias desastrosas para Estados Unidos y para el resto del mundo.
La paz no se ha alcanzado en Irak, aunque la pacificación prosigue –siempre con un precio en vidas norteamericanas– y hay señales de que está progresando, para consternación de aquellos que han apostado su futuro político a una derrota estadounidense.
Los derrotistas todavía no han reunido el valor suficiente como para asegurar la derrota suspendiendo los fondos necesarios para continuar con las operaciones militares en Irak. Eso sería asumir la responsabilidad de la derrota. Para sus objetivos políticos, lo mejor sería legislar condiciones que hicieran inevitable la derrota y que tuvieran que cumplirse obligatoriamente para poder gastar esos fondos militares. Eso permitiría que la derrota fuera considerada responsabilidad de Bush, no suya.
Esa es la dirección en la que se están moviendo los derrotistas; políticos que jamás han desplegado tropas o vestido siquiera uniforme militar hablan pomposamente de "redespliegue", como si en realidad supieran de lo que están hablando. Que los políticos quieran gestionar al detalle una guerra ha sido siempre una fórmula para el desastre, ya fuera en Vietnam o en Irak. Nuestras tropas en Irak ya han sufrido demasiadas restricciones a lo que pueden o no pueden hacer según las reglas de compromiso.
El trágico gran fracaso en Irak ha sido político, no militar. En el origen del mismo se pueden encontrar dos elevadas ideas: la "construcción de naciones" y la democracia.
Las naciones no se pueden construir.
Se pueden trasplantar instituciones de una nación a otra, pero no pueden trasplantar la historia y la cultura a partir de las cuales evolucionaron las actitudes y tradiciones que permitieron que esas instituciones funcionaran. Hicieron falta siglos para que la democracia se desarrollase en el mundo occidental.
Pese a todo esto, intentamos crear una democracia en Irak antes de garantizar la seguridad –la ley y el orden–, que es un requisito obligado para cualquier forma de gobierno viable. Al haber hecho de la democracia la piedra angular de la reconstrucción del Irak de posguerra, los norteamericanos han se han visto atados de pies y manos por las deficiencias del Gobierno salido de las urnas y el hecho de que nuestro ejército no puede simplemente ignorarlo cuando los políticos que lo forman se interponen en el camino de restaurar la ley y el orden.
La gente acaba prefiriendo la tiranía a la anarquía. Pero ambas pueden evitarse con un Gobierno interino pensado para cumplir competentemente sus funciones, no para ser la encarnación de los ideales democráticos.
Ni en Europa ni en Asia las democracias empezaron siéndolo. A fecha de 1950, nadie podría haber llamado democracia a Taiwán o Corea del Sur. Incluso hoy, Singapur no tiene la clase de libertad que los occidentales juzgan como democrática. Pero es una sociedad decente y próspera, sumamente superior en todo cuando se la compara con su situación a finales de la Segunda Guerra Mundial.
Ha sido una apuesta innecesaria intentar crear democracia allí donde nunca ha existido y donde los requisitos para que prospere podrían no cumplirse. Entre ellos están, por ejemplo, la tolerancia a las opiniones distintas, el acomodo de intereses contrapuestos y la disposición a anteponer el interés nacional al propio. Oriente Medio es el último lugar donde buscar tales cualidades. Esas cosas evolucionaron en Occidente sólo después de que distintos pueblos y religiones intentaran durante siglos destruirse mutuamente sin el menor éxito.Muchos han argumentado que las democracias tienden a no comenzar guerras y que, por tanto, la existencia de más democracias en el mundo interesa a todos los amantes de la paz. Pero eso es sumamente distinto a decir que sabemos cómo crear democracias o que debamos jugarnos tanta sangre y tantos fondos a una posibilidad tan remota.
Thomas Sowell es doctor en Economía y escritor. Es especialista del Instituto Hoover.© Creators Syndicate, Inc.
GEES, Pakistan en la encrucijada
miercoles 1 de agosto de 2007
Guerra contra el terror
Pakistán en la encrucijada
El peligro islamista, con imposición de sus manos sobre armas nucleares, le ha servido al general para contrarrestar la presión americana, que llegó a la nada gentil amenaza de devolver Pakistán a la prehistoria, por boca del número dos de Powell
GEES
Musharraf y su Pakistán parecen hallarse en una encrucijada decisiva, a no ser que se trate, más bien, de un punto de ruptura dramático. El presidente militar ha resultado un equilibrista político de primera, que ha conseguido vivir y sobrevivir ocho años, desde su golpe en octubre del 99, al borde del infarto personal y colectivo. Se dice que su salud física, y hasta psíquica, está ya tocada por tantas piruetas al borde del abismo. Lo está, indudablemente, la política. Como en Turquía, nada se ha movido nunca en el país sin el ejército. De hecho, en Pakistán ha sobrepasado las funciones de árbitro y corrector de los desvíos de insatisfactorios experimentos democráticos, suplantando por largos períodos a los jugadores. Su actual largo mandato, usurpado o sancionado electoralmente, ha probado un poco de todo el menú político nacional.
La situación en la que se ha metido el país a lo largo del mes de julio no le permite seguir frenando a unos con el espantajo de la amenaza de los otros. Tendrá que elegir, porque todos lo han puesto contra la pared, desde dentro y desde fuera. La destitución de un molesto presidente del Tribunal Supremo ha sido la gota que ha desbordado la paciencia de los elementos seculares y demócratas, que no son despreciables. La rebelión y asalto a la Mezquita Roja pone fin al arriesgado toma y daca con los islamistas. Por si fuera poco, los norteamericanos han metido también su cuchara. Quieren que se moje mucho más contra Al Qaeda y los talibanes, en plena regeneración en la hosca frontera del noroeste. La cosa ha llegado tan lejos como para que Washington haga público que no descarta una intervención para zanjar el problema por su cuenta.
Ese descaro estadounidense está lleno de significados. Ni siquiera con los iraníes han tenido un arranque tan explícito. Indica, por un lado, la preocupación por el relanzamiento de Al Qaeda, proclamado muy oficialmente en la Evaluación de Inteligencia Nacional titulada La amenaza terrorista al territorio americano, hecha pública el pasado 17. Habría que pensar que en este caso se habla de la organización de Bin Laden y del movimiento talibán como algo relativamente indistinto.
Por un lado preocupa que Al Qaeda recupere capacidades operacionales perdidas por el implacable acoso sufrido tras el 11-S. Por otro lado, los talibanes campan por sus respetos del lado paquistaní de la frontera. En septiembre del 2006 el Gobierno firmó un acuerdo con las tribus de la zona, confiándoles el mantenimiento del orden. Las peores expectativas se han cumplido. Ancho es el Waziristán, deben haber pensado los yihadistas de toda laya.
Bush y Musharraf han jugado el uno con el otro al ratón y al gato. Sin la buena voluntad de Karachi toda la operación de Afganistán, desde su mismo principio, hubiera sido imposible. Imperativos de la geografía. El peligro islamista, con imposición de sus ensangrentadas manos sobre armas nucleares, le ha servido al general para contrarrestar la presión americana, que llegó a la nada gentil amenaza de devolver Pakistán a la prehistoria, por boca del número dos de Colin Powell, entonces secretario de Estado. La partida ha sido, por todos los lados, a vida o muerte. Musharraf ha sobrevivido a varios atentados. Pero ahora que parece haber llegado a su fin, Washington juega su última carta, que es también la primera. La amenaza no se va a cumplir. Sólo trata de estimular voluntades. Si la inteligencia americana conociera el paradero de la cúpula terrorista ya lo hubiera hecho saltar por el aire sin mayores contemplaciones. Una gran operación de rastreo sobre miles de kilómetros cuadrados de imposible orografía, contra la hostilidad de la aguerrida población local y quizás del ejército mismo, con el país aullando de indignación y el mundo en un alarido de protesta, no es muy creíble. Pero algo más que si no se dice.
GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.
Guerra contra el terror
Pakistán en la encrucijada
El peligro islamista, con imposición de sus manos sobre armas nucleares, le ha servido al general para contrarrestar la presión americana, que llegó a la nada gentil amenaza de devolver Pakistán a la prehistoria, por boca del número dos de Powell
GEES
Musharraf y su Pakistán parecen hallarse en una encrucijada decisiva, a no ser que se trate, más bien, de un punto de ruptura dramático. El presidente militar ha resultado un equilibrista político de primera, que ha conseguido vivir y sobrevivir ocho años, desde su golpe en octubre del 99, al borde del infarto personal y colectivo. Se dice que su salud física, y hasta psíquica, está ya tocada por tantas piruetas al borde del abismo. Lo está, indudablemente, la política. Como en Turquía, nada se ha movido nunca en el país sin el ejército. De hecho, en Pakistán ha sobrepasado las funciones de árbitro y corrector de los desvíos de insatisfactorios experimentos democráticos, suplantando por largos períodos a los jugadores. Su actual largo mandato, usurpado o sancionado electoralmente, ha probado un poco de todo el menú político nacional.
La situación en la que se ha metido el país a lo largo del mes de julio no le permite seguir frenando a unos con el espantajo de la amenaza de los otros. Tendrá que elegir, porque todos lo han puesto contra la pared, desde dentro y desde fuera. La destitución de un molesto presidente del Tribunal Supremo ha sido la gota que ha desbordado la paciencia de los elementos seculares y demócratas, que no son despreciables. La rebelión y asalto a la Mezquita Roja pone fin al arriesgado toma y daca con los islamistas. Por si fuera poco, los norteamericanos han metido también su cuchara. Quieren que se moje mucho más contra Al Qaeda y los talibanes, en plena regeneración en la hosca frontera del noroeste. La cosa ha llegado tan lejos como para que Washington haga público que no descarta una intervención para zanjar el problema por su cuenta.
Ese descaro estadounidense está lleno de significados. Ni siquiera con los iraníes han tenido un arranque tan explícito. Indica, por un lado, la preocupación por el relanzamiento de Al Qaeda, proclamado muy oficialmente en la Evaluación de Inteligencia Nacional titulada La amenaza terrorista al territorio americano, hecha pública el pasado 17. Habría que pensar que en este caso se habla de la organización de Bin Laden y del movimiento talibán como algo relativamente indistinto.
Por un lado preocupa que Al Qaeda recupere capacidades operacionales perdidas por el implacable acoso sufrido tras el 11-S. Por otro lado, los talibanes campan por sus respetos del lado paquistaní de la frontera. En septiembre del 2006 el Gobierno firmó un acuerdo con las tribus de la zona, confiándoles el mantenimiento del orden. Las peores expectativas se han cumplido. Ancho es el Waziristán, deben haber pensado los yihadistas de toda laya.
Bush y Musharraf han jugado el uno con el otro al ratón y al gato. Sin la buena voluntad de Karachi toda la operación de Afganistán, desde su mismo principio, hubiera sido imposible. Imperativos de la geografía. El peligro islamista, con imposición de sus ensangrentadas manos sobre armas nucleares, le ha servido al general para contrarrestar la presión americana, que llegó a la nada gentil amenaza de devolver Pakistán a la prehistoria, por boca del número dos de Colin Powell, entonces secretario de Estado. La partida ha sido, por todos los lados, a vida o muerte. Musharraf ha sobrevivido a varios atentados. Pero ahora que parece haber llegado a su fin, Washington juega su última carta, que es también la primera. La amenaza no se va a cumplir. Sólo trata de estimular voluntades. Si la inteligencia americana conociera el paradero de la cúpula terrorista ya lo hubiera hecho saltar por el aire sin mayores contemplaciones. Una gran operación de rastreo sobre miles de kilómetros cuadrados de imposible orografía, contra la hostilidad de la aguerrida población local y quizás del ejército mismo, con el país aullando de indignación y el mundo en un alarido de protesta, no es muy creíble. Pero algo más que si no se dice.
GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.
Serafin Fanjul, Ni rey ni roque
miercoles 1 de agosto de 2007
Rio Cabe
Ni rey ni roque
En este maremágnum de desmadres, desconsideración general y falta de vergüenza colectiva, lo extraño es la tardanza en dirigir insultos contra las personas de la familia real: se echaba en falta su llegada.
Serafín Fanjul
Como es natural, desconozco qué piensan todos y cada uno de los miembros de la familia real, sobre todo los afectados directamente por la procaz portada de la revista El Jueves. Imagino que a nadie hace gracia ser objeto de chabacanerías y burlas zafias que ni siquiera se han provocado en ningún plano del comportamiento. Tampoco entraré en la entretenida discusión de si el derecho a la libertad de expresión ampara, o no, esta clase de groserías, porque argumentos a favor y en contra hay unos cuantos: los tribunales decidirán.
El propio rey Juan Carlos, en 1991, hizo un gesto irónico y de encaje humorístico cuando se compró –y pagó de su bolsillo, al parecer– en la Feria del Libro madrileña un ejemplar de Los Borbones en pelota, edición de la obra conjunta de los hermanos Bécquer (Valeriano y Gustavo Adolfo), exhumada por investigadores en la Biblioteca Nacional y en la que se satirizaba explícita y cruelmente, en especial en asuntos morales de cintura para abajo, a la tatarabuelita del actual monarca, doña Isabel II. Por cierto, ya quisieran los dibujantes de El Jueves igualar la calidad de los dibujos editados por El Museo Universal. El libro se hallaba en el contexto de la época, entre revistas satíricas de índole política o social como La Gorda, La Flaca o Gil Blas que, dicho sea de paso, no eran pornográficas sino meramente burlescas. Seguramente, para los modos del tiempo (las décadas de 1860 y 1870) era demasiado fuerte, incluso después de la Gloriosa. Como se ve, no es nuevo hacer blanco a la Corona de mofas de este género.
A nuestro juicio y más allá de lo que dictaminen los jueces, está lloviendo sobre muy mojado. No haré una lista exhaustiva pero –perdón por el retruécano– aquí no se libra ni Dios, en sentido literal. Y, en efecto, la mismísima divinidad sale malherida ante la zafiedad de los españoles que producen imágenes o historias similares y de los ávidos consumidores de tal bazofia. Desde el gracioso montaje del no menos gracioso Krahe ("Un Cristo cocinado para dos personas" que se emitió en la tele de Polanco, el llorado) hasta los originalísimos montajes de la Junta de Extremadura tomando a la Virgen, Cristo, el Arcángel y cuanto haga falta como publicidad prostibularia. Recordaremos también al simpático Rubianes profiriendo aquello de "la puta España" y etcétera, al que una juez catalana (o lo parece) ha declarado inocente: así pues, lector amigo, si le apetece, apenas le pongan un micrófono delante, suelte injurias parejas contra Cataluña, la sardana, el pan con tomate y la señora mare de Maragall (el que más rabie le dé), que habrá jueces dispuestos a absolverle, porque también los hubo por el mismo rumbo para no estimar delictivo llamar furcias a las progenitoras de los militares. Que no decaiga.
En este maremágnum de desmadres, desconsideración general y falta de vergüenza colectiva, lo extraño es la tardanza en dirigir insultos contra las personas de la familia real: se echaba en falta su llegada. Los ofendidos y parientes no han dicho ni pío, como era de esperar, mientras los curritos de las puñetas a las órdenes de Rodríguez se han puesto en marcha por una vez, no porque el Guía se nos haya vuelto monárquico sino, quién sabe, porque un paripé bien hecho puede multiplicar el efecto de escarnio, ¿o es que ofender al Príncipe es más grave que ciscarse en Dios, en la Patria y en lo que sea? Bueno, en "en lo que sea", no, de ninguna manera: es el resumen y compendio de toda la doctrina y pensamiento de Rodríguez. Si la Policía de Alonso persiguió a manifestantes del PP, o si un canario prosaharaui fue procesado por contradecir públicamente al Guía, hasta ahí podíamos llegar, poniendo en discusión tan alto magisterio. Podemos insultar a todo, menos a "lo que sea".
Rio Cabe
Ni rey ni roque
En este maremágnum de desmadres, desconsideración general y falta de vergüenza colectiva, lo extraño es la tardanza en dirigir insultos contra las personas de la familia real: se echaba en falta su llegada.
Serafín Fanjul
Como es natural, desconozco qué piensan todos y cada uno de los miembros de la familia real, sobre todo los afectados directamente por la procaz portada de la revista El Jueves. Imagino que a nadie hace gracia ser objeto de chabacanerías y burlas zafias que ni siquiera se han provocado en ningún plano del comportamiento. Tampoco entraré en la entretenida discusión de si el derecho a la libertad de expresión ampara, o no, esta clase de groserías, porque argumentos a favor y en contra hay unos cuantos: los tribunales decidirán.
El propio rey Juan Carlos, en 1991, hizo un gesto irónico y de encaje humorístico cuando se compró –y pagó de su bolsillo, al parecer– en la Feria del Libro madrileña un ejemplar de Los Borbones en pelota, edición de la obra conjunta de los hermanos Bécquer (Valeriano y Gustavo Adolfo), exhumada por investigadores en la Biblioteca Nacional y en la que se satirizaba explícita y cruelmente, en especial en asuntos morales de cintura para abajo, a la tatarabuelita del actual monarca, doña Isabel II. Por cierto, ya quisieran los dibujantes de El Jueves igualar la calidad de los dibujos editados por El Museo Universal. El libro se hallaba en el contexto de la época, entre revistas satíricas de índole política o social como La Gorda, La Flaca o Gil Blas que, dicho sea de paso, no eran pornográficas sino meramente burlescas. Seguramente, para los modos del tiempo (las décadas de 1860 y 1870) era demasiado fuerte, incluso después de la Gloriosa. Como se ve, no es nuevo hacer blanco a la Corona de mofas de este género.
A nuestro juicio y más allá de lo que dictaminen los jueces, está lloviendo sobre muy mojado. No haré una lista exhaustiva pero –perdón por el retruécano– aquí no se libra ni Dios, en sentido literal. Y, en efecto, la mismísima divinidad sale malherida ante la zafiedad de los españoles que producen imágenes o historias similares y de los ávidos consumidores de tal bazofia. Desde el gracioso montaje del no menos gracioso Krahe ("Un Cristo cocinado para dos personas" que se emitió en la tele de Polanco, el llorado) hasta los originalísimos montajes de la Junta de Extremadura tomando a la Virgen, Cristo, el Arcángel y cuanto haga falta como publicidad prostibularia. Recordaremos también al simpático Rubianes profiriendo aquello de "la puta España" y etcétera, al que una juez catalana (o lo parece) ha declarado inocente: así pues, lector amigo, si le apetece, apenas le pongan un micrófono delante, suelte injurias parejas contra Cataluña, la sardana, el pan con tomate y la señora mare de Maragall (el que más rabie le dé), que habrá jueces dispuestos a absolverle, porque también los hubo por el mismo rumbo para no estimar delictivo llamar furcias a las progenitoras de los militares. Que no decaiga.
En este maremágnum de desmadres, desconsideración general y falta de vergüenza colectiva, lo extraño es la tardanza en dirigir insultos contra las personas de la familia real: se echaba en falta su llegada. Los ofendidos y parientes no han dicho ni pío, como era de esperar, mientras los curritos de las puñetas a las órdenes de Rodríguez se han puesto en marcha por una vez, no porque el Guía se nos haya vuelto monárquico sino, quién sabe, porque un paripé bien hecho puede multiplicar el efecto de escarnio, ¿o es que ofender al Príncipe es más grave que ciscarse en Dios, en la Patria y en lo que sea? Bueno, en "en lo que sea", no, de ninguna manera: es el resumen y compendio de toda la doctrina y pensamiento de Rodríguez. Si la Policía de Alonso persiguió a manifestantes del PP, o si un canario prosaharaui fue procesado por contradecir públicamente al Guía, hasta ahí podíamos llegar, poniendo en discusión tan alto magisterio. Podemos insultar a todo, menos a "lo que sea".
Daniel Rodriguez Herrera, Que no, Google, que no hace falta regular Internet
miercoles 1 de agosto de 2007
Navegante
Que no, Google, que no hace falta regular Internet
Es como protestar por la existencia de las autopistas radiales; parece que tenga que estar prohibido pagar por tener un servicio mejor. Y la alternativa no son estupendas autopistas gratuitas de diez carriles, sino esa carretera atascada de toda la vida.
Daniel Rodríguez Herrera
El debate sobre la neutralidad de la red ha alcanzado el punto de demostrar ser completamente artificial. Recordemos que la petición de regulación, apoyada por Google, Yahoo, Microsoft y demás gigantes de la red, tiene como objetivo la prohibición de que las empresas de telecomunicaciones puedan dar prioridad a unos datos con respecto a otros. El peligro que quieren evitar es que una compañía telefónica cualquiera pueda cobrar, por ejemplo, a Google a cambio de no poner sus datos como de baja prioridad, lo que haría que sus usuarios accedieran más lentamente a los servicios del gigante de Internet, o incluso llegar al extremo de impedir el acceso si la empresa californiana no paga.
Frente a ellos, quienes deseamos al Estado lo más lejos posible de Internet, de sus infraestructuras y, más en general, de todo, vemos este peligro como una posibilidad bastante remota. La competencia lo impide. En el caso hipotético de que a algún proveedor de acceso a Internet se le ocurriera hacer algo así, vería como sus clientes le abandonarían. Es cierto que mediante la exigencia de pagos a los grandes de Internet podrían sacar dinero, pero a costa de arriesgar su propio negocio. Pero ni siquiera hace falta estar de acuerdo con este razonamiento: basta con mirar los hechos. Y los hechos demuestran que el escenario apocalíptico de una Internet balcanizada no ha tenido lugar pese a la ausencia de regulación al respecto.
Durante el debate que está teniendo lugar, el regulador estadounidense de las telecomunicaciones (FCC) pidió que le enviaran documentación con casos en que las compañías que proveen banda ancha estuvieran discriminando entre unos datos y otros, que es lo que quieren prohibir quienes desean regular Internet. Se le enviaron 10.000, de los cuales casi todos son lo que se denomina "comentarios breves", muchos de ellos meros envíos de formularios desde las páginas que apoyan la regulación. De los 143 que quedan, sólo 66 tienen más de dos páginas y de éstos sólo 20 están a favor de regular más. Y ninguno de los 20 incluye lo que el FCC pedía: pruebas de que se esté haciendo algo malo que le obligue a regular. Es decir, que los temores con los que quieren asustarnos parecen tan fantásticos como el hombre del saco, más o menos.
En realidad, lo que quieren Google, Yahoo y demás es convertir la red en un servicio que sólo pueda diferenciarse por velocidad y precio; que sea indiferente qué compañía te lo ofrezca. Y lo que quieren los operadores norteamericanos de telecomunicaciones es poder diferenciarse entre sí, dar servicios de valor añadido. Y lo quieren hacer, entre otros caminos, cobrando más a cambio de que ciertos datos viajen más deprisa y con más fiabilidad por sus redes. Por el momento piensan en VoIP o vídeo en directo, dos aplicaciones que necesitan circular en tiempo real para que el usuario las disfrute a la perfección, pero cualquier aplicación que necesitara de esa priorización podría pagar para obtenerla.
Eso es lo que rompería la "neutralidad", según quienes apoyan la regulación. Sin embargo, es una queja similar a quienes protestan por la existencia de las autopistas radiales de pago; parece que tenga que estar prohibido pagar por tener un servicio mejor. Y la alternativa no son estupendas autopistas gratuitas de diez carriles, sino esa carretera atascada de toda la vida.
Ahora Google ha pedido, y parece que conseguido, que en la subasta de un fragmento del espectro organizada por la FCC para cuando tenga lugar el apagón analógico de las televisiones se garantice el acceso abierto, es decir, que las operadoras no puedan restringir con qué aparatos accedemos a él. Algo que está muy bien, pero que tiene un precio. Y es que si no pueden poner restricciones, de modo que tengamos que usar productos de la compañía "capados" para que no podamos hacer ciertas cosas, como VoIP, nos subirán el precio, porque así no hay quien rentabilice el acceso a ese fragmento del espectro cobrándonos por minuto de conversación.El problema de quienes defendemos la libertad, en este como en otros casos, es que no defendemos un resultado concreto. Ignoro qué pueden llegar a hacer las compañías de telecomunicaciones tanto con ese espectro subastado como con sus propias redes si no se las regula, como tampoco lo saben, dicho sea de paso, ni Google ni Yahoo ni nadie. Lo único cierto es que habrá más opciones, mayor creatividad y más inversiones. No creo que sea muy descabellado pensar que terminaremos disponiendo de mejores servicios y más baratos en ese caso. Pero es difícil ofrecer a ese argumento contra quienes lo único que pretenden es congelar el status quo y prohibir la innovación en el mercado de las telecomunicaciones.
Daniel Rodríguez Herrera es editor de Liberalismo.org y Red Liberal y vicepresidente del Instituto Juan de Mariana.
Nota: El autor autoriza a todo aquel que quiera hacerlo, incluidas las empresas de press-clipping, a reproducir este artículo, con la condición de que se cite a Libertad Digital como sitio original de publicación. Además, niega a la FAPE o cualquier otra entidad la autoridad para cobrar a las citadas compañías o cualquier otra persona o entidad por dichas reproducciones.
Navegante
Que no, Google, que no hace falta regular Internet
Es como protestar por la existencia de las autopistas radiales; parece que tenga que estar prohibido pagar por tener un servicio mejor. Y la alternativa no son estupendas autopistas gratuitas de diez carriles, sino esa carretera atascada de toda la vida.
Daniel Rodríguez Herrera
El debate sobre la neutralidad de la red ha alcanzado el punto de demostrar ser completamente artificial. Recordemos que la petición de regulación, apoyada por Google, Yahoo, Microsoft y demás gigantes de la red, tiene como objetivo la prohibición de que las empresas de telecomunicaciones puedan dar prioridad a unos datos con respecto a otros. El peligro que quieren evitar es que una compañía telefónica cualquiera pueda cobrar, por ejemplo, a Google a cambio de no poner sus datos como de baja prioridad, lo que haría que sus usuarios accedieran más lentamente a los servicios del gigante de Internet, o incluso llegar al extremo de impedir el acceso si la empresa californiana no paga.
Frente a ellos, quienes deseamos al Estado lo más lejos posible de Internet, de sus infraestructuras y, más en general, de todo, vemos este peligro como una posibilidad bastante remota. La competencia lo impide. En el caso hipotético de que a algún proveedor de acceso a Internet se le ocurriera hacer algo así, vería como sus clientes le abandonarían. Es cierto que mediante la exigencia de pagos a los grandes de Internet podrían sacar dinero, pero a costa de arriesgar su propio negocio. Pero ni siquiera hace falta estar de acuerdo con este razonamiento: basta con mirar los hechos. Y los hechos demuestran que el escenario apocalíptico de una Internet balcanizada no ha tenido lugar pese a la ausencia de regulación al respecto.
Durante el debate que está teniendo lugar, el regulador estadounidense de las telecomunicaciones (FCC) pidió que le enviaran documentación con casos en que las compañías que proveen banda ancha estuvieran discriminando entre unos datos y otros, que es lo que quieren prohibir quienes desean regular Internet. Se le enviaron 10.000, de los cuales casi todos son lo que se denomina "comentarios breves", muchos de ellos meros envíos de formularios desde las páginas que apoyan la regulación. De los 143 que quedan, sólo 66 tienen más de dos páginas y de éstos sólo 20 están a favor de regular más. Y ninguno de los 20 incluye lo que el FCC pedía: pruebas de que se esté haciendo algo malo que le obligue a regular. Es decir, que los temores con los que quieren asustarnos parecen tan fantásticos como el hombre del saco, más o menos.
En realidad, lo que quieren Google, Yahoo y demás es convertir la red en un servicio que sólo pueda diferenciarse por velocidad y precio; que sea indiferente qué compañía te lo ofrezca. Y lo que quieren los operadores norteamericanos de telecomunicaciones es poder diferenciarse entre sí, dar servicios de valor añadido. Y lo quieren hacer, entre otros caminos, cobrando más a cambio de que ciertos datos viajen más deprisa y con más fiabilidad por sus redes. Por el momento piensan en VoIP o vídeo en directo, dos aplicaciones que necesitan circular en tiempo real para que el usuario las disfrute a la perfección, pero cualquier aplicación que necesitara de esa priorización podría pagar para obtenerla.
Eso es lo que rompería la "neutralidad", según quienes apoyan la regulación. Sin embargo, es una queja similar a quienes protestan por la existencia de las autopistas radiales de pago; parece que tenga que estar prohibido pagar por tener un servicio mejor. Y la alternativa no son estupendas autopistas gratuitas de diez carriles, sino esa carretera atascada de toda la vida.
Ahora Google ha pedido, y parece que conseguido, que en la subasta de un fragmento del espectro organizada por la FCC para cuando tenga lugar el apagón analógico de las televisiones se garantice el acceso abierto, es decir, que las operadoras no puedan restringir con qué aparatos accedemos a él. Algo que está muy bien, pero que tiene un precio. Y es que si no pueden poner restricciones, de modo que tengamos que usar productos de la compañía "capados" para que no podamos hacer ciertas cosas, como VoIP, nos subirán el precio, porque así no hay quien rentabilice el acceso a ese fragmento del espectro cobrándonos por minuto de conversación.El problema de quienes defendemos la libertad, en este como en otros casos, es que no defendemos un resultado concreto. Ignoro qué pueden llegar a hacer las compañías de telecomunicaciones tanto con ese espectro subastado como con sus propias redes si no se las regula, como tampoco lo saben, dicho sea de paso, ni Google ni Yahoo ni nadie. Lo único cierto es que habrá más opciones, mayor creatividad y más inversiones. No creo que sea muy descabellado pensar que terminaremos disponiendo de mejores servicios y más baratos en ese caso. Pero es difícil ofrecer a ese argumento contra quienes lo único que pretenden es congelar el status quo y prohibir la innovación en el mercado de las telecomunicaciones.
Daniel Rodríguez Herrera es editor de Liberalismo.org y Red Liberal y vicepresidente del Instituto Juan de Mariana.
Nota: El autor autoriza a todo aquel que quiera hacerlo, incluidas las empresas de press-clipping, a reproducir este artículo, con la condición de que se cite a Libertad Digital como sitio original de publicación. Además, niega a la FAPE o cualquier otra entidad la autoridad para cobrar a las citadas compañías o cualquier otra persona o entidad por dichas reproducciones.
Agapito Maestre, El PP y la Iglesia
miercoles 1 de agosto de 2007
Educación para la ciudadanía
El PP y la Iglesia
El problema para el PP persistirá, pues, aunque no salga a la calle con la Iglesia, será despreciado por ir de la mano de los obispos, que ya previamente han sido estigmatizados por el socialismo y sus intelectuales.
Agapito Maestre
He recibido algunas críticas por mi última columna en este periódico. Quisiera referirme brevemente a una de ellas. En efecto, en mi anterior entrega, por un lado, resaltaba la actitud liberal y constitucionalista de la Iglesia católica contra la nueva asignatura de Educación para la ciudadanía, que corona la reforma educativa llevada a cabo por el Gobierno en esta legislatura; pero, por otro lado, ponía en cuestión la actitud vacilante del PP a la hora de fijar un criterio claro y distinto para criticar el proyecto del PSOE de adoctrinar con la citada materia "educativa" a nuestros escolares acerca de sus afectos y valores. Me afirmo en ambas conclusiones y reitero ante mis objetores, especialmente, la actitud vacilante del PP respecto a la crítica laica –sí, sí, laica, nunca laicista– y liberal que la Iglesia católica ha hecho al proyecto del Gobierno.
Quizá la tibieza del PP, aparte de sus razones electorales e ideológicas, pueda explicarse históricamente. Pero es cierta y real. El PP no apoya con la diligencia y contundencias debidas a quienes se oponen al engendro del Gobierno. Parece que el PP tiene miedo a ser confundido con la posiciones de la Iglesia. Más aún, hallo remiso a algunos de sus líderes para seguir, o mejor, colaborar con una entidad pública como es la Iglesia católica española. Eso, sin embargo, no significa que yo desprecie muchas de las reservas y "tacticismos" del PP respecto a la Iglesia católica, como agente clave de socialización democrática, que están enfrentándose al Gobierno por la asignatura mencionada.
A pesar de todo, es comprensible que el PP no quiera hacer coincidir sus argumentos de rechazo a la asignatura con los de la Conferencia Episcopal. Es como si tuviera miedo a que lo identificaran con la Jerarquía eclesiástica. Los del PP, sí, dan rodeos y dicen que retrasarán el comienzo de esta asignatura en las comunidades que ellos gobiernan. Otros, especialmente los más posibilistas, proponen otros programas. Y, en fin, hay quien quiere sustituir el cursar la asignatura por un servicio social a la comunidad. Pero, en mi opinión, ninguna de esas "soluciones" aborda el problema de raíz. Pretende poner paños calientes a un mal mucho más grave, que es el ataque a la libertad de los individuos planificada por Zapatero y su Gobierno con ánimo de perpetuarse en el poder. Es aquí donde aparece la Iglesia, o mejor, la lucha de la Conferencia Episcopal, como institución pública, que no quiere dejarse arrebatar la Constitución del 78, que es la principal garantía de ese sistema de libertades.
En fin, pudiera ser razonable que el PP, sobre todo si tenemos en cuenta el contexto histórico español de los dos últimos siglos, no quiera ser identificado con las luchas de la Iglesia, porque en el pasado, especialmente en el siglo XIX, confundir el orden político con el religioso fue el problema más grave de la derecha española. Incluso hubo partidos que cometieron el disparate de identificarse con la Iglesia sin percatarse de que su actuación, a la par que debilitaba a la Iglesia, perdía eficacia en el orden temporal. Sin embargo, en la actual situación, el alejamiento laico y, a veces, laicista, de la derecha española respecto a la Iglesia no permite a sus líderes identificar con nitidez la lucha civil, ciudadana, que esta institución está llevando a cabo por las libertades de todos los españoles y no sólo de sus feligreses. En efecto, si el PP tuviera claro este asunto, ya habría salido a la calle, sí, junto a la Iglesia y otras asociaciones ciudadanas para defender la libertad que quiere secuestrar Rodríguez Zapatero con la nueva asignatura de Educación para la ciudadanía.Con todo, el problema para el PP persistirá, pues, aunque no salga a la calle con la Iglesia, será despreciado por ir de la mano de los obispos, que ya previamente han sido estigmatizados por el socialismo y sus intelectuales. El anticlericlericalismo en sus vertientes más salvajes, o sea, más sectarias, se enseñorea por toda la geografía española. El PP podría prestar un poco de oído a este asunto, porque, independientemente de que existan otros problemas graves en la agenda electoral de este partido, será determinante de las elecciones de 2008.
Educación para la ciudadanía
El PP y la Iglesia
El problema para el PP persistirá, pues, aunque no salga a la calle con la Iglesia, será despreciado por ir de la mano de los obispos, que ya previamente han sido estigmatizados por el socialismo y sus intelectuales.
Agapito Maestre
He recibido algunas críticas por mi última columna en este periódico. Quisiera referirme brevemente a una de ellas. En efecto, en mi anterior entrega, por un lado, resaltaba la actitud liberal y constitucionalista de la Iglesia católica contra la nueva asignatura de Educación para la ciudadanía, que corona la reforma educativa llevada a cabo por el Gobierno en esta legislatura; pero, por otro lado, ponía en cuestión la actitud vacilante del PP a la hora de fijar un criterio claro y distinto para criticar el proyecto del PSOE de adoctrinar con la citada materia "educativa" a nuestros escolares acerca de sus afectos y valores. Me afirmo en ambas conclusiones y reitero ante mis objetores, especialmente, la actitud vacilante del PP respecto a la crítica laica –sí, sí, laica, nunca laicista– y liberal que la Iglesia católica ha hecho al proyecto del Gobierno.
Quizá la tibieza del PP, aparte de sus razones electorales e ideológicas, pueda explicarse históricamente. Pero es cierta y real. El PP no apoya con la diligencia y contundencias debidas a quienes se oponen al engendro del Gobierno. Parece que el PP tiene miedo a ser confundido con la posiciones de la Iglesia. Más aún, hallo remiso a algunos de sus líderes para seguir, o mejor, colaborar con una entidad pública como es la Iglesia católica española. Eso, sin embargo, no significa que yo desprecie muchas de las reservas y "tacticismos" del PP respecto a la Iglesia católica, como agente clave de socialización democrática, que están enfrentándose al Gobierno por la asignatura mencionada.
A pesar de todo, es comprensible que el PP no quiera hacer coincidir sus argumentos de rechazo a la asignatura con los de la Conferencia Episcopal. Es como si tuviera miedo a que lo identificaran con la Jerarquía eclesiástica. Los del PP, sí, dan rodeos y dicen que retrasarán el comienzo de esta asignatura en las comunidades que ellos gobiernan. Otros, especialmente los más posibilistas, proponen otros programas. Y, en fin, hay quien quiere sustituir el cursar la asignatura por un servicio social a la comunidad. Pero, en mi opinión, ninguna de esas "soluciones" aborda el problema de raíz. Pretende poner paños calientes a un mal mucho más grave, que es el ataque a la libertad de los individuos planificada por Zapatero y su Gobierno con ánimo de perpetuarse en el poder. Es aquí donde aparece la Iglesia, o mejor, la lucha de la Conferencia Episcopal, como institución pública, que no quiere dejarse arrebatar la Constitución del 78, que es la principal garantía de ese sistema de libertades.
En fin, pudiera ser razonable que el PP, sobre todo si tenemos en cuenta el contexto histórico español de los dos últimos siglos, no quiera ser identificado con las luchas de la Iglesia, porque en el pasado, especialmente en el siglo XIX, confundir el orden político con el religioso fue el problema más grave de la derecha española. Incluso hubo partidos que cometieron el disparate de identificarse con la Iglesia sin percatarse de que su actuación, a la par que debilitaba a la Iglesia, perdía eficacia en el orden temporal. Sin embargo, en la actual situación, el alejamiento laico y, a veces, laicista, de la derecha española respecto a la Iglesia no permite a sus líderes identificar con nitidez la lucha civil, ciudadana, que esta institución está llevando a cabo por las libertades de todos los españoles y no sólo de sus feligreses. En efecto, si el PP tuviera claro este asunto, ya habría salido a la calle, sí, junto a la Iglesia y otras asociaciones ciudadanas para defender la libertad que quiere secuestrar Rodríguez Zapatero con la nueva asignatura de Educación para la ciudadanía.Con todo, el problema para el PP persistirá, pues, aunque no salga a la calle con la Iglesia, será despreciado por ir de la mano de los obispos, que ya previamente han sido estigmatizados por el socialismo y sus intelectuales. El anticlericlericalismo en sus vertientes más salvajes, o sea, más sectarias, se enseñorea por toda la geografía española. El PP podría prestar un poco de oído a este asunto, porque, independientemente de que existan otros problemas graves en la agenda electoral de este partido, será determinante de las elecciones de 2008.
Jose Garcia Dominguez, El Plan Marxa y otras graves nuevas
miercoles 1 de agosto de 2007
Generalidad de Cataluña
El Plan Marxa y otras graves nuevas
Al llegar al capítulo de la política internacional del Tripartito, descubro perplejo que han asignado ¡380 millones de euros! a cierto "Plan director" destinado al "desarrollo de infraestructuras" en Brasil, Chechenia, Cuba, Etiopía y Afganistán.
José García Domínguez
Ojeo con vivo interés el apasionante "Resumen del Presupuesto para 2007" que la Generalidad nos regaló a todos sus administrados justo 48 horas antes del Gran Apagón. Al llegar al capítulo de la política internacional del Tripartito, descubro perplejo que han asignado ¡380 millones de euros! a cierto "Plan director" destinado al "desarrollo de infraestructuras" en Brasil, Chechenia, Cuba, Etiopía y Afganistán, entre otros. Algo inquieto por adivinar dónde acabarán recursos tan estratosféricos, hurgo en Google hasta dar con ese Plan Marxa que se les acaba de ocurrir a los padres intelectuales de Filesa, Malesa y Time Sport. Y lo primero que leo en él es esto: "Desde el convencimiento de que la generación de sinergias, la complementariedad y la concentración de actividades devienen en condiciones de primer orden para una cooperación eficaz, el Plan director apuesta por reforzar la pluralidad mediante la creación de redes, plataformas y espacios de coordinación y concertación entre los agentes (...)". Ya algo más sosegado tras la confirmación definitiva de mis sospechas, sigo instruyéndome con el Resumen, que termina con media paginita dedicada a la energía. Una que empieza así: "El programa de infraestructuras energéticas de Cataluña, dotado con siete millones de euros, tiene el objetivo de garantizar el suministro de energía al menor coste compatible con la calidad adecuada y el respeto por el medio natural".
Por lo demás, que en Cataluña también se imponía librar otra generosa partida presupuestaria con destino a la puesta en marcha de un "Consejo Asesor para el Desarrollo Sostenible", es cuestión sobre la que no cabe disputa. Pues bien estuvo que antaño se reclutasen varias legiones de funcionarios al objeto de armar una muy necesaria "Dirección General de Sostenibilidad", el organismo que se dice encargado de "definir las políticas de sostenibilidad aplicables a los planes y programas de la Generalidad", cualquier cosa que ello signifique. Sin embargo, tal parche administrativo de ningún modo podría acallar la demanda social de un nuevo ente público que asumiera "el asesoramiento al Gobierno de la Generalidad sobre las directrices generales de las políticas con repercusión sobre el desarrollo sostenible". Perentorio asunto que, según los estatutos de la cosa, ocupará de modo exclusivo a todos sus miembros. Se comprende, pues, que el flamante Consejo Asesor ya haya requerido, a su vez, la contratación urgente de varias mesnadas de expertos cuya única misión ha de consistir en asesorarlo a él mismo. Así las cosas, ayer, La Vanguardia difundía los requisitos que deberán cumplir quienes aspiren a gozar de una de esas sinecuras vitalicias de inminente provisión. Tras la rutinaria exigencia de acreditar titulación en algún peritaje, además del nivel "C" de catalán, la convocatoria oficial de la Consejería de la Vicepresidencia (Carod-Rovira) concluía tal que así su llamamiento: "Se valorará la presentación de una carta de recomendación". Clar i català, que decimos en Casa Nostra.
Continuará.
José García Domínguez es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.
Generalidad de Cataluña
El Plan Marxa y otras graves nuevas
Al llegar al capítulo de la política internacional del Tripartito, descubro perplejo que han asignado ¡380 millones de euros! a cierto "Plan director" destinado al "desarrollo de infraestructuras" en Brasil, Chechenia, Cuba, Etiopía y Afganistán.
José García Domínguez
Ojeo con vivo interés el apasionante "Resumen del Presupuesto para 2007" que la Generalidad nos regaló a todos sus administrados justo 48 horas antes del Gran Apagón. Al llegar al capítulo de la política internacional del Tripartito, descubro perplejo que han asignado ¡380 millones de euros! a cierto "Plan director" destinado al "desarrollo de infraestructuras" en Brasil, Chechenia, Cuba, Etiopía y Afganistán, entre otros. Algo inquieto por adivinar dónde acabarán recursos tan estratosféricos, hurgo en Google hasta dar con ese Plan Marxa que se les acaba de ocurrir a los padres intelectuales de Filesa, Malesa y Time Sport. Y lo primero que leo en él es esto: "Desde el convencimiento de que la generación de sinergias, la complementariedad y la concentración de actividades devienen en condiciones de primer orden para una cooperación eficaz, el Plan director apuesta por reforzar la pluralidad mediante la creación de redes, plataformas y espacios de coordinación y concertación entre los agentes (...)". Ya algo más sosegado tras la confirmación definitiva de mis sospechas, sigo instruyéndome con el Resumen, que termina con media paginita dedicada a la energía. Una que empieza así: "El programa de infraestructuras energéticas de Cataluña, dotado con siete millones de euros, tiene el objetivo de garantizar el suministro de energía al menor coste compatible con la calidad adecuada y el respeto por el medio natural".
Por lo demás, que en Cataluña también se imponía librar otra generosa partida presupuestaria con destino a la puesta en marcha de un "Consejo Asesor para el Desarrollo Sostenible", es cuestión sobre la que no cabe disputa. Pues bien estuvo que antaño se reclutasen varias legiones de funcionarios al objeto de armar una muy necesaria "Dirección General de Sostenibilidad", el organismo que se dice encargado de "definir las políticas de sostenibilidad aplicables a los planes y programas de la Generalidad", cualquier cosa que ello signifique. Sin embargo, tal parche administrativo de ningún modo podría acallar la demanda social de un nuevo ente público que asumiera "el asesoramiento al Gobierno de la Generalidad sobre las directrices generales de las políticas con repercusión sobre el desarrollo sostenible". Perentorio asunto que, según los estatutos de la cosa, ocupará de modo exclusivo a todos sus miembros. Se comprende, pues, que el flamante Consejo Asesor ya haya requerido, a su vez, la contratación urgente de varias mesnadas de expertos cuya única misión ha de consistir en asesorarlo a él mismo. Así las cosas, ayer, La Vanguardia difundía los requisitos que deberán cumplir quienes aspiren a gozar de una de esas sinecuras vitalicias de inminente provisión. Tras la rutinaria exigencia de acreditar titulación en algún peritaje, además del nivel "C" de catalán, la convocatoria oficial de la Consejería de la Vicepresidencia (Carod-Rovira) concluía tal que así su llamamiento: "Se valorará la presentación de una carta de recomendación". Clar i català, que decimos en Casa Nostra.
Continuará.
José García Domínguez es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.
Juan Carlos Girauta, Fuegos y juegos de los Rodriguez
miercoles 1 de agosto de 2007
Doñana
Fuegos y juegos de los Rodríguez
Se comportan como nuevos ricos. Pero no merecen la clemencia de estos, justificados por gastar sus propios recursos. Por el contrario, los Rodríguez dilapidan nuestros dineros y efectivos para darse una vida principesca.
Juan Carlos Girauta
que se comen España cíclicamente, y la forma en que las autoridades los gestionan, tienen consecuencias inesperadas. De entrada, demuestran hasta qué punto puede llegar la descoordinación entre nuestras administraciones públicas, y prueban que la descentralización no sólo tiene ventajas. Además, suelen venir acompañados de aleccionadores esperpentos, como el requisito del idioma gallego para apagar fuegos en Galicia. También extienden el campo de la demagogia progre-nacionalista hasta lo inimaginable: los escritores del presidente echaron la culpa de los incendios gallegos al PP, partido pirómano. Por fin, los fuegos sirven de baremo para medir la competencia del gobierno. Es decir, la incompetencia.
A su conocida ineficacia, denunciada por Mariano Rajoy con un tono ya cansino, se une un aspecto no menos preocupante: la absoluta falta de sensibilidad de Rodríguez. El fuego, cierto es, llega a España todos los veranos; los abusos de poder del líder socialista también.
Años atrás nos avergonzamos con la corte de cocineros de la que los Rodríguez se hacían acompañar en vacaciones, más propia de sátrapas orientales que de gobernantes europeos y constitucionales. O nos indignamos con las caprichosas reformas de un palacete con un grave defecto: sólo tenía una piscina. Había que poner otra y remozarlo todo con urgencia, pues los Rodríguez no veranean en cualquier sitio. A doña Sonsoles no le parecía suficiente lo que había complacido a los Reyes de España. Casi trescientos mil euros nos costó la broma. Por cierto, ya se han cansado del palacete remozado.
Lo de este año es peor porque lleva al extremo aquella falta de sensibilidad con la cosa del fuego: los cinco miembros del Seprona que en Doñana trabajan en la prevención de incendios han recibido órdenes de abandonar sus ocupaciones para hacer de guías turísticos de la cara pareja presidencial. ¿Por qué optará este matrimonio por convertirse en noticia todos los veranos?
Es fácil: porque se comportan como nuevos ricos. Pero no merecen la clemencia de estos, justificados por gastar sus propios recursos. Por el contrario, los Rodríguez dilapidan nuestros dineros y efectivos para darse una vida principesca. Después de ellos, el diluvio. O el incendio.
Juan Carlos Girauta es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.
Doñana
Fuegos y juegos de los Rodríguez
Se comportan como nuevos ricos. Pero no merecen la clemencia de estos, justificados por gastar sus propios recursos. Por el contrario, los Rodríguez dilapidan nuestros dineros y efectivos para darse una vida principesca.
Juan Carlos Girauta
que se comen España cíclicamente, y la forma en que las autoridades los gestionan, tienen consecuencias inesperadas. De entrada, demuestran hasta qué punto puede llegar la descoordinación entre nuestras administraciones públicas, y prueban que la descentralización no sólo tiene ventajas. Además, suelen venir acompañados de aleccionadores esperpentos, como el requisito del idioma gallego para apagar fuegos en Galicia. También extienden el campo de la demagogia progre-nacionalista hasta lo inimaginable: los escritores del presidente echaron la culpa de los incendios gallegos al PP, partido pirómano. Por fin, los fuegos sirven de baremo para medir la competencia del gobierno. Es decir, la incompetencia.
A su conocida ineficacia, denunciada por Mariano Rajoy con un tono ya cansino, se une un aspecto no menos preocupante: la absoluta falta de sensibilidad de Rodríguez. El fuego, cierto es, llega a España todos los veranos; los abusos de poder del líder socialista también.
Años atrás nos avergonzamos con la corte de cocineros de la que los Rodríguez se hacían acompañar en vacaciones, más propia de sátrapas orientales que de gobernantes europeos y constitucionales. O nos indignamos con las caprichosas reformas de un palacete con un grave defecto: sólo tenía una piscina. Había que poner otra y remozarlo todo con urgencia, pues los Rodríguez no veranean en cualquier sitio. A doña Sonsoles no le parecía suficiente lo que había complacido a los Reyes de España. Casi trescientos mil euros nos costó la broma. Por cierto, ya se han cansado del palacete remozado.
Lo de este año es peor porque lleva al extremo aquella falta de sensibilidad con la cosa del fuego: los cinco miembros del Seprona que en Doñana trabajan en la prevención de incendios han recibido órdenes de abandonar sus ocupaciones para hacer de guías turísticos de la cara pareja presidencial. ¿Por qué optará este matrimonio por convertirse en noticia todos los veranos?
Es fácil: porque se comportan como nuevos ricos. Pero no merecen la clemencia de estos, justificados por gastar sus propios recursos. Por el contrario, los Rodríguez dilapidan nuestros dineros y efectivos para darse una vida principesca. Después de ellos, el diluvio. O el incendio.
Juan Carlos Girauta es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.
Moratinos debe una explicacion a los españoles
1-VIII-2007
Moratinos debe una explicación a los españoles
El comportamiento de Moratinos es, simplemente, surrealista. ¿O acaso hay que entenderlo como un rasgo de frivolidad más de esa pomposa y contradictoria "Alianza de Civilizaciones"?
La capacidad de Miguel Ángel Moratinos para deslizar nuestra política exterior por una pendiente tercermundista y liberticida parecería no tener límites. Tras su bochornosa entrevista con Naim Qassem –uno de los fundadores y líderes históricos de la organización terrorista Hezbolá–, se ha abierto una nueva polémica al aparecer publicado en L´Orient Le Jour de Beirut que nuestro ministro de Exteriores habría implicado al régimen sirio en el atentado del pasado 24 de junio en el que murieron seis "cascos azules" españoles.
Si la entrevista con Qassem confiere a Moratinos el dudoso honor de ser el primer ministro de la UE o líder occidental que se reúne con un dirigente de Hezbolá de tan alto rango como aquel genocida, lo publicado por L´Orient Le Jour exige a nuestro ministro unas explicaciones que, antes que a un diario extranjero, debería haber dado al parlamento y a la opinión pública española.
Si no es cierto que el ministro cuenta con "elementos" que implican "directa o indirectamente" a Siria, tal y como ha informado el diario libanés citando fuentes ministeriales, Moratinos lo debería haber desmentido de inmediato. Sin embargo, nuestro inefable ministro de Exteriores no ha hecho el menor comentario, ni siquiera después de su posterior reunión con el presidente sirio, tras la cual ha puesto un silente rumbo a España.
No seremos nosotros lo que pongamos en duda las posibles implicaciones en ese atentado de un régimen tan abyecto como el sirio, caracterizado por su apoyo al terror, de manera muy significativa, por cierto, al que perpetra esa milicia chií que lidera Qasse. Sin embargo, no es de recibo que una acusación tan grave como la lanzada contra Damasco no tenga el menor efecto o sanción, ni vaya acompañada de la menor explicación por parte de nuestro Gobierno. Más aun, tratándose como se trata de los entresijos de un atentado en el que han muerto seis compatriotas y por el que hasta el juez Marlaska ha abierto diligencias en la Audiencia Nacional.
El comportamiento de Moratinos es, simplemente, surrealista. ¿O acaso hay que entenderlo como un rasgo de frivolidad más de esa pomposa y contradictoria "Alianza de Civilizaciones"?
Moratinos debe una explicación a los españoles
El comportamiento de Moratinos es, simplemente, surrealista. ¿O acaso hay que entenderlo como un rasgo de frivolidad más de esa pomposa y contradictoria "Alianza de Civilizaciones"?
La capacidad de Miguel Ángel Moratinos para deslizar nuestra política exterior por una pendiente tercermundista y liberticida parecería no tener límites. Tras su bochornosa entrevista con Naim Qassem –uno de los fundadores y líderes históricos de la organización terrorista Hezbolá–, se ha abierto una nueva polémica al aparecer publicado en L´Orient Le Jour de Beirut que nuestro ministro de Exteriores habría implicado al régimen sirio en el atentado del pasado 24 de junio en el que murieron seis "cascos azules" españoles.
Si la entrevista con Qassem confiere a Moratinos el dudoso honor de ser el primer ministro de la UE o líder occidental que se reúne con un dirigente de Hezbolá de tan alto rango como aquel genocida, lo publicado por L´Orient Le Jour exige a nuestro ministro unas explicaciones que, antes que a un diario extranjero, debería haber dado al parlamento y a la opinión pública española.
Si no es cierto que el ministro cuenta con "elementos" que implican "directa o indirectamente" a Siria, tal y como ha informado el diario libanés citando fuentes ministeriales, Moratinos lo debería haber desmentido de inmediato. Sin embargo, nuestro inefable ministro de Exteriores no ha hecho el menor comentario, ni siquiera después de su posterior reunión con el presidente sirio, tras la cual ha puesto un silente rumbo a España.
No seremos nosotros lo que pongamos en duda las posibles implicaciones en ese atentado de un régimen tan abyecto como el sirio, caracterizado por su apoyo al terror, de manera muy significativa, por cierto, al que perpetra esa milicia chií que lidera Qasse. Sin embargo, no es de recibo que una acusación tan grave como la lanzada contra Damasco no tenga el menor efecto o sanción, ni vaya acompañada de la menor explicación por parte de nuestro Gobierno. Más aun, tratándose como se trata de los entresijos de un atentado en el que han muerto seis compatriotas y por el que hasta el juez Marlaska ha abierto diligencias en la Audiencia Nacional.
El comportamiento de Moratinos es, simplemente, surrealista. ¿O acaso hay que entenderlo como un rasgo de frivolidad más de esa pomposa y contradictoria "Alianza de Civilizaciones"?
Moratinos acusa a Siria de instigar el asesinato de los españoles en el Libano
miercoles 1 de agosto de 2007
SEGÚN INFORMA L'ORIENT LE JOUR
Moratinos acusa a Siria de instigar el asesinato de los seis españoles en el Líbano
Miguel Ángel Moratinos abre una nueva polémica tras aparecer publicado en L'Orient Le Jour que el ministro de Asuntos Exteriores hizo saber en su visita del domingo y el lunes al Líbano que cuenta con "elementos" que implican "directa o indirectamente" a Siria en el asesinato de los seis soldados muertos en el país de los cedros el pasado 24 de junio. Un atentado que a diferencia de otros similares no ha sido atribuido a ninguna organización terrorista. Con todo, el ministro español se reunió con el presidente sirio y puso rumbo a España sin aclarar la sensible y pertinente cuestión.
Moratinos, primer ministro de la UE que se entrevista con el "ideólogo" de Hezbolá
Hezbolá se reúne tres veces con una delegación española tras el ataque terrorista
(Libertad Digital) Según el diario L'Orient Le Jour de Beirut que cita fuentes ministerales, el ministro español de Exteriores transmitió esta información a las Fuerzas del 14 de Marzo (coalición anti-siria) con la que se entrevistó durante la visita de 36 horas que hizo el domingo y el lunes al Líbano.
Las mismas fuentes recogidas en el artículo firmado por Lélia Mezher, añaden que el ministro aseguró que su gobierno posee información sobre el atentado de las Finul en el que murieron seis soldados españoles. Moratinos, aseguran, hizo saber que España tenía "elementos" que avalan que el régimen de Damasco estaría implicado, "directa o indirectamente", en la explosión en la que murieron los Casos Azules nacionales.
Aún así, continúa el diario, el ministro español aseguraba (frase entrecomillada) que iba a trasladar al presidente sirio, Bachar el Asad, en la reunión que mantuvieron esta tarde que "todas las puertas se pueden abrir con Siria, con la condición de que (ésta) abandone el Líbano". Sin embargo, en la rueda de prensa que ofreció Moratinos con el ministro de Exteriores sirio, Walid al Muallem, no se hizo ninguna alusión a la más que sensible y pertinente cuestión. Todo se redujo a expresiones grandioculentes.
Bien subrayaba el periódico libanés que "la firmeza" del ministro español en el Líbano parecía "ir detrás" de la del titular de Exteriores francés, Bernard Kouchner, quien desde un primer momento ha subrayado que Francia es plenamente consciente de la influencia negativa que ejercer Irán y Siria en la desestabilización del Líbano.
Moratinos a juzgar por la rueda de prensa posterior a sus reuniones con las autoridades sirias, el presidente Bachar al Asad y el vicepresidente, Faruk al Shara, apenas debió presionar a Damasco para abandonar su injerencia en el país de los cedros, aunque, consiguiese arrancar una declaración generalista de su homólogo sirio en la que aseguraba que la solución del Líbano "debe ser libanesa". No hubo anuncios concretos.
Respecto al atentado sufrido por las tropas españolas integradas en la Fuerza Multinacional de Naciones Unidas para el Líbano, no hubo ninguna palabra, a pesar de fuentes solventes habían asegurado que el asunto estaría sobre la mesa, máxime después de las informaciones de las que se había hecho eco la prensa libanesa.
Es cierto que el embajador de España en el Líbano, Miguel Benzo Perea, desmintió rotundamente la noticia de L'Orient Le Jour y dijo que "en absoluto" el ministro había facilitado esa información. "No tenemos elementos para implicar a nadie. Todavía pensamos que los yihadistas (radicales islámicos) cometieron el atentado", agregó.
El embajador también señaló que, en su entrevista con el primer ministro libanés, Fuad Siniora, Moratinos "le dijo que todavía esperamos informaciones sobre este asunto".
Con todo, los desmentidos del embajador español en Beirut no son suficientes en un asunto que está siendo investigado por la Audiencia Nacional y que arrancó de cuajo la vida de seis militares españoles. El ministro debería actuar en consecuencia.
SEGÚN INFORMA L'ORIENT LE JOUR
Moratinos acusa a Siria de instigar el asesinato de los seis españoles en el Líbano
Miguel Ángel Moratinos abre una nueva polémica tras aparecer publicado en L'Orient Le Jour que el ministro de Asuntos Exteriores hizo saber en su visita del domingo y el lunes al Líbano que cuenta con "elementos" que implican "directa o indirectamente" a Siria en el asesinato de los seis soldados muertos en el país de los cedros el pasado 24 de junio. Un atentado que a diferencia de otros similares no ha sido atribuido a ninguna organización terrorista. Con todo, el ministro español se reunió con el presidente sirio y puso rumbo a España sin aclarar la sensible y pertinente cuestión.
Moratinos, primer ministro de la UE que se entrevista con el "ideólogo" de Hezbolá
Hezbolá se reúne tres veces con una delegación española tras el ataque terrorista
(Libertad Digital) Según el diario L'Orient Le Jour de Beirut que cita fuentes ministerales, el ministro español de Exteriores transmitió esta información a las Fuerzas del 14 de Marzo (coalición anti-siria) con la que se entrevistó durante la visita de 36 horas que hizo el domingo y el lunes al Líbano.
Las mismas fuentes recogidas en el artículo firmado por Lélia Mezher, añaden que el ministro aseguró que su gobierno posee información sobre el atentado de las Finul en el que murieron seis soldados españoles. Moratinos, aseguran, hizo saber que España tenía "elementos" que avalan que el régimen de Damasco estaría implicado, "directa o indirectamente", en la explosión en la que murieron los Casos Azules nacionales.
Aún así, continúa el diario, el ministro español aseguraba (frase entrecomillada) que iba a trasladar al presidente sirio, Bachar el Asad, en la reunión que mantuvieron esta tarde que "todas las puertas se pueden abrir con Siria, con la condición de que (ésta) abandone el Líbano". Sin embargo, en la rueda de prensa que ofreció Moratinos con el ministro de Exteriores sirio, Walid al Muallem, no se hizo ninguna alusión a la más que sensible y pertinente cuestión. Todo se redujo a expresiones grandioculentes.
Bien subrayaba el periódico libanés que "la firmeza" del ministro español en el Líbano parecía "ir detrás" de la del titular de Exteriores francés, Bernard Kouchner, quien desde un primer momento ha subrayado que Francia es plenamente consciente de la influencia negativa que ejercer Irán y Siria en la desestabilización del Líbano.
Moratinos a juzgar por la rueda de prensa posterior a sus reuniones con las autoridades sirias, el presidente Bachar al Asad y el vicepresidente, Faruk al Shara, apenas debió presionar a Damasco para abandonar su injerencia en el país de los cedros, aunque, consiguiese arrancar una declaración generalista de su homólogo sirio en la que aseguraba que la solución del Líbano "debe ser libanesa". No hubo anuncios concretos.
Respecto al atentado sufrido por las tropas españolas integradas en la Fuerza Multinacional de Naciones Unidas para el Líbano, no hubo ninguna palabra, a pesar de fuentes solventes habían asegurado que el asunto estaría sobre la mesa, máxime después de las informaciones de las que se había hecho eco la prensa libanesa.
Es cierto que el embajador de España en el Líbano, Miguel Benzo Perea, desmintió rotundamente la noticia de L'Orient Le Jour y dijo que "en absoluto" el ministro había facilitado esa información. "No tenemos elementos para implicar a nadie. Todavía pensamos que los yihadistas (radicales islámicos) cometieron el atentado", agregó.
El embajador también señaló que, en su entrevista con el primer ministro libanés, Fuad Siniora, Moratinos "le dijo que todavía esperamos informaciones sobre este asunto".
Con todo, los desmentidos del embajador español en Beirut no son suficientes en un asunto que está siendo investigado por la Audiencia Nacional y que arrancó de cuajo la vida de seis militares españoles. El ministro debería actuar en consecuencia.
Caius Apicius, Fuera de concurso
martes 31 de julio de 2007
COMER BIEN
Fuera de concurso
Por Caius Apicius
No es, a estas alturas, ninguna novedad que no hay fiesta que se precie que no tenga su vertiente gastronómica, generalmente dedicada a la exaltación de alguna especialidad local y, por supuesto, concurridísima por multitudes que no pueden dejar pasar la oportunidad de darse un festín gratis o, al menos, a precios poco más que simbólicos.
Nada que objetar: por fin se han dado cuenta la mayoría de las autoridades de que la gastronomía es un atractivo turístico de primer orden, y obran en consecuencia. Otra cosa es que quien acuda a esas comidas o degustaciones multitudinarias acabe con una idea cabal de cómo está, cuando se hace más en petit comité, el producto o la receta exaltados. Se suele quedar con una aproximación, pero, en general, se va contento.El grado de satisfacción gastronómica suele ser inversamente proporcional a la dificultad o complicación de la receta de que se trate; es mucho más fácil disfrutar de unas sardinas asadas en la playa, aunque sean miles los comensales, que conseguir que para un número semejante de personas se puedan preparar unas almejas a la marinera correctas, por poner otro ejemplo marino. O una paella "decente" para una multitud, que también entra en estos jolgorios la absurda variante de los récords para el Guinness.Pero el hecho es que proliferan las fiestas de exaltación gastronómica, entre las que no son las menos importantes las dedicadas al vino, y que esas fiestas llevan al lugar en el que se celebran a muchísima gente que, producto concreto aparte, se dejan un buen dinero en el pueblo, lo que es bueno para todos... menos para quienes somos más bien poco partidarios de las aglomeraciones, sobre todo las veraniegas.Últimamente se ha introducido una variación: el concurso. Se trata de premiar a quien haga la mejor tortilla de patatas o la mejor empanada o el mejor morteruelo o... la lista puede ser casi infinita. Concursos abiertos al pueblo; quiero decir, concursos en los que los participantes suelen ser cocineros aficionados, domésticos, que hacen lo que saben y lo que pueden. Otra cosa son los concursos cuyos protagonistas son cocineros profesionales; pero éstos son menos "populares" y suelen quedarse para congresos o certámenes dirigidos precisamente a ellos.Ay, los concursos "populares"... Qué cosas se ven y, qué remedio, se prueban. La labor del jurado –para el que los organizadores sí que suelen buscar profesionales, sean cocineros o críticos– es mucho más dura de lo que se puede imaginar desde fuera. Les puedo jurar que, de todas las actividades a las que me ha llevado mi dedicación a la gastronomía, la menos envidiable es la de miembro del jurado de alguno de estos concursos... aunque nunca falta quien diga eso de "¡cómo vives!".Para empezar, hay que probarlo todo. Literalmente. Uno ve una tortilla cuyo aspecto es cualquier cosa menos apetitoso y su reacción inmediata es pasar de ella: no hace falta probarla para darse cuenta de que esa tortilla es una aberración culinaria. Ah... pero el jurado "actúa" delante del público, y entre el público están, aparte de los que esperan banquetearse después con lo que provea la organización –estas cosas suelen acabar en cuchipanda colectiva–, los propios autores de los platos, sus familiares, sus amigos... Cualquiera se arriesga a que le vean pasar olímpicamente de la obra de uno de los candidatos: hay que probarla. Y los comentarios, muy bajito y sin descomponer el gesto.Porque hay candidaturas que... No sé, a lo mejor a la familia del autor o autora le encanta esa tortilla, pero se trata simplemente de un caso más de amor filial. "¡Cómo no va a estar buena la tortilla de mi madre!", piensan, y cualquiera les desengaña. Así que cuando uno, en uno de estos jurados, se encuentra con una tortilla hecha simplemente con huevos y patatas, si acaso con un aire de cebolleta, se pone muy contento y la adopta como candidata propia al triunfo. Y es que no se pueden ustedes ni imaginar lo que mucha gente entiende por "tortilla de patatas": increíble, de verdad.Quede claro que estos concursos festivaleros, se hagan en San Sebastián, La Coruña o Sebastopol, no tienen nada que ver con el muy profesional Campeonato de España de tortillas de patatas que se celebra cada noviembre en el Kursaal donostiarra en el marco del congreso "Lo mejor de la gastronomía": ahí los miembros del jurado lo solemos tener difícil... pero por razones diametralmente opuestas a las que concurren en los concursos para aficionados.En estos últimos, créanme, lo mejor es que, a la hora de nombrar jurados, lo dejen a uno "fuera de concurso"... y se vayan al bar de la esquina a tomar un pincho de tortilla "profesional".
COMER BIEN
Fuera de concurso
Por Caius Apicius
No es, a estas alturas, ninguna novedad que no hay fiesta que se precie que no tenga su vertiente gastronómica, generalmente dedicada a la exaltación de alguna especialidad local y, por supuesto, concurridísima por multitudes que no pueden dejar pasar la oportunidad de darse un festín gratis o, al menos, a precios poco más que simbólicos.
Nada que objetar: por fin se han dado cuenta la mayoría de las autoridades de que la gastronomía es un atractivo turístico de primer orden, y obran en consecuencia. Otra cosa es que quien acuda a esas comidas o degustaciones multitudinarias acabe con una idea cabal de cómo está, cuando se hace más en petit comité, el producto o la receta exaltados. Se suele quedar con una aproximación, pero, en general, se va contento.El grado de satisfacción gastronómica suele ser inversamente proporcional a la dificultad o complicación de la receta de que se trate; es mucho más fácil disfrutar de unas sardinas asadas en la playa, aunque sean miles los comensales, que conseguir que para un número semejante de personas se puedan preparar unas almejas a la marinera correctas, por poner otro ejemplo marino. O una paella "decente" para una multitud, que también entra en estos jolgorios la absurda variante de los récords para el Guinness.Pero el hecho es que proliferan las fiestas de exaltación gastronómica, entre las que no son las menos importantes las dedicadas al vino, y que esas fiestas llevan al lugar en el que se celebran a muchísima gente que, producto concreto aparte, se dejan un buen dinero en el pueblo, lo que es bueno para todos... menos para quienes somos más bien poco partidarios de las aglomeraciones, sobre todo las veraniegas.Últimamente se ha introducido una variación: el concurso. Se trata de premiar a quien haga la mejor tortilla de patatas o la mejor empanada o el mejor morteruelo o... la lista puede ser casi infinita. Concursos abiertos al pueblo; quiero decir, concursos en los que los participantes suelen ser cocineros aficionados, domésticos, que hacen lo que saben y lo que pueden. Otra cosa son los concursos cuyos protagonistas son cocineros profesionales; pero éstos son menos "populares" y suelen quedarse para congresos o certámenes dirigidos precisamente a ellos.Ay, los concursos "populares"... Qué cosas se ven y, qué remedio, se prueban. La labor del jurado –para el que los organizadores sí que suelen buscar profesionales, sean cocineros o críticos– es mucho más dura de lo que se puede imaginar desde fuera. Les puedo jurar que, de todas las actividades a las que me ha llevado mi dedicación a la gastronomía, la menos envidiable es la de miembro del jurado de alguno de estos concursos... aunque nunca falta quien diga eso de "¡cómo vives!".Para empezar, hay que probarlo todo. Literalmente. Uno ve una tortilla cuyo aspecto es cualquier cosa menos apetitoso y su reacción inmediata es pasar de ella: no hace falta probarla para darse cuenta de que esa tortilla es una aberración culinaria. Ah... pero el jurado "actúa" delante del público, y entre el público están, aparte de los que esperan banquetearse después con lo que provea la organización –estas cosas suelen acabar en cuchipanda colectiva–, los propios autores de los platos, sus familiares, sus amigos... Cualquiera se arriesga a que le vean pasar olímpicamente de la obra de uno de los candidatos: hay que probarla. Y los comentarios, muy bajito y sin descomponer el gesto.Porque hay candidaturas que... No sé, a lo mejor a la familia del autor o autora le encanta esa tortilla, pero se trata simplemente de un caso más de amor filial. "¡Cómo no va a estar buena la tortilla de mi madre!", piensan, y cualquiera les desengaña. Así que cuando uno, en uno de estos jurados, se encuentra con una tortilla hecha simplemente con huevos y patatas, si acaso con un aire de cebolleta, se pone muy contento y la adopta como candidata propia al triunfo. Y es que no se pueden ustedes ni imaginar lo que mucha gente entiende por "tortilla de patatas": increíble, de verdad.Quede claro que estos concursos festivaleros, se hagan en San Sebastián, La Coruña o Sebastopol, no tienen nada que ver con el muy profesional Campeonato de España de tortillas de patatas que se celebra cada noviembre en el Kursaal donostiarra en el marco del congreso "Lo mejor de la gastronomía": ahí los miembros del jurado lo solemos tener difícil... pero por razones diametralmente opuestas a las que concurren en los concursos para aficionados.En estos últimos, créanme, lo mejor es que, a la hora de nombrar jurados, lo dejen a uno "fuera de concurso"... y se vayan al bar de la esquina a tomar un pincho de tortilla "profesional".
Mario Noya, R. L. Stevenson: Tusitala
martes 31 de julio de 2007
GENTES DEL LIBRO
R. L. Stevenson: Tusitala
Por Mario Noya
"Vale más vivir y morir de una vez, que no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de preservarnos". Palabra de Robert Louis Balfour Stevenson, el célebre escribidor escocés.
Hablar es gratis, ya se sabe, por eso mentimos más que Pinocho en sus momentos de esplendor trolero; lo que cuesta es decir digo y no hacer Diego. Y a fe que Stevenson se puso el listón alto: anduvo enfermo gran parte de su corta vida, pero no hizo otra cosa en la ídem que patearse el mundo. Así que rindámosle tributo por partida doble: por coherente y por voluntarioso.
Vino a nacer el 13 de noviembre del año 1850, en Edimburgo. El niño estaba malo cada dos por tres, y un día sí y otro también le tocaba guardar cama; de modo que –"No languidecer"– dio en conchabarse con la imaginación. Desde entonces no se abandonaron: ellos nunca lo harían.
En un principio RLS se matriculó en Ingeniería en la universidad de su ciudad natal, pero a los cuatro años (1871), y luego de mantener su primer encontronazo con la de la guadaña a cuenta de una grave afección respiratoria, cambió los libros técnicos por el Derecho. Se recibió de abogado en 1875, y aunque se inscribió como tal en el foro de Edimburgo ya lo tenía bastante claro: lo suyo era la literatura.
Por ver de meter en cintura a la tuberculosis llevó, como hemos dicho, una vida bastante trajinera, y puso negro sobre blanco sus peripecias vagamundas. Así, en Viaje tierra adentro (1878) relata sus recorridos en canoa por tierras belgas y gabachas, y en Viajes en burro por las Cévennes (1879) da cuenta de sus andanzas por esa serranía del sur de Francia. Parece obvio que, a la hora de elegir medios de transporte para sus excursiones, no era lo que se dice un tiquismiquis.
Veintiséis años tenía nuestro personaje cuando conoció a la cuasi cuarentañera Fanny Osbourne, yanqui, divorciada y madre de dos hijos. Contrajeron matrimonio el 19 de marzo de 1880, en California. Y al poco pusieron rumbo a Davos, Suiza, patria de los tuberculosos.
Cambia RLS la literatura de viajes por el ensayo en 1881, con la publicación de Virginibus puerisque, al que siguió Estudios familiares de hombres y libros (1882) y, más tarde, Memorias y retratos (1887). También en este género rayó a gran altura el escocés errante.
Va siendo hora de que hablemos de la novela que se ha enseñoreado de las almas de tantas generaciones de niños y no tan niños, La isla del tesoro, claro. RLS comenzó a componerla en septiembre del 81 en Braemar, cerca del castillo de Balmoral, residencia veraniega de los reyes de la Gran Bretaña. En 1882 ya estaba a disposición, por entregas, del público lector del Young Folks Magazine. Iba firmada por un tal Capitán George North, y es que al amigo Robert Louis le dio por valerse en aquella hora de un pseudónimo. La versión libresca vio la luz en 1883.
Pasen y lean, esto que hemos pescado en la Red. Al habla Stevenson:
"En la Cabaña de Fuego Miss MacGregor había un joven que reclamaba a los gritos cualquier cosa 'un poco dura para excitar el espíritu'. No pensaba por cierto en literatura: el arte de Rafael parecía el único que aplacaba sus exigencias, y con la ayuda de una pluma, tinta y una caja de acuarelas de un chelín había transformado una de las piezas en una galería. Mi primer deber ante esta galería era la de ser un visitante atento. Pero a veces, cuando sentía deseos de detenerme, me juntaba con el artista (si así puede llamárselo) ante su caballete y pasaba la tarde en una alegre emulación, haciendo en su compañía coloridos dibujos. En ocasión de una de estas sesiones dibujé el mapa de una isla. Estaba cuidadosa y (al menos yo lo pensaba así) hermosamente colorida. En particular fue su forma lo que acaparó mi imaginación más allá de toda expresión. Había allí caletas y puertos que me encantaban tanto como un soneto, y con la inconsciencia de los predestinados bauticé mi obra como La isla del tesoro".
Del cerdo se aprovecha todo, decimos en las Batuecas. RLS hacía lo propio con las enfermedades. Lo cual que decidió valerse de unas tremebundas pesadillas pergeñadas por una de aquéllas para alumbrar El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hide (1886), en la que nuestro enfermo nada imaginario "se dirige –ha escrito Eduardo Mendicutti– de un modo muy directo al interior de nosotros mismos".
Durante sus primeros días en los escaparates londinenses –comenzó a habitarlos el 9 de enero–, Jekyll y Hide pasó prácticamente inadvertida; todo cambió dos semanas más tarde, cuando el Times publicó una crítica elogiosa de la obra. Al cabo de medio año se habían vendido ya 40.000 ejemplares en la tierra de John Bull, y para cuando el siglo XIX entregó el testigo al XX los norteamericanos se habían hecho ya con otros 250.000.
Mil Ochocientos Ochenta y Siete trajo la muerte de Thomas Stevenson, padre de RLS. Decide entonces éste abandonar Escocia para siempre. Nueva York, Saranac Lake, San Francisco, Papeete, Honolulú son algunos de los lugares que visitará antes de asentarse, en octubre del 90 y para el resto de sus días, en Apia, capital de las islas oceaníacas de Samoa.
Siguió escribiendo y publicando como un descosido en su etapa samoana. Hasta que, el 3 de noviembre de 1894, una hemorragia cerebral acabó, ahora sí, por ponerlo a los pies de la Dama de Negro. Fue enterrado en el Monte Vaea, en cumplimiento de sus últimas voluntades. Allá en su tumba puede leerse este poema-epitafio:
Bajo el inmenso y estrellado cielo,Cavad mi fosa y dejadme yacer.Alegre he vivido y alegre muero,Pero al caer quiero haceros un ruego:
Que pongáis sobre mi tumba este verso:
"Aquí yace donde quiso yacer;De vuelta del mar está el marinero,De vuelta del monte está el cazador".
Descansa en paz, al menos no se le oye toser en el Vaea, Robert Louis Balfour Stevenson, a quien los samoanos renombraron Tusitala:el contador de historias.GENTES DEL LIBRO: George Orwell – Fiódor Dostoievski – Miguel Mihura – Dashiell Hammett – Juan Rulfo.
GENTES DEL LIBRO
R. L. Stevenson: Tusitala
Por Mario Noya
"Vale más vivir y morir de una vez, que no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de preservarnos". Palabra de Robert Louis Balfour Stevenson, el célebre escribidor escocés.
Hablar es gratis, ya se sabe, por eso mentimos más que Pinocho en sus momentos de esplendor trolero; lo que cuesta es decir digo y no hacer Diego. Y a fe que Stevenson se puso el listón alto: anduvo enfermo gran parte de su corta vida, pero no hizo otra cosa en la ídem que patearse el mundo. Así que rindámosle tributo por partida doble: por coherente y por voluntarioso.
Vino a nacer el 13 de noviembre del año 1850, en Edimburgo. El niño estaba malo cada dos por tres, y un día sí y otro también le tocaba guardar cama; de modo que –"No languidecer"– dio en conchabarse con la imaginación. Desde entonces no se abandonaron: ellos nunca lo harían.
En un principio RLS se matriculó en Ingeniería en la universidad de su ciudad natal, pero a los cuatro años (1871), y luego de mantener su primer encontronazo con la de la guadaña a cuenta de una grave afección respiratoria, cambió los libros técnicos por el Derecho. Se recibió de abogado en 1875, y aunque se inscribió como tal en el foro de Edimburgo ya lo tenía bastante claro: lo suyo era la literatura.
Por ver de meter en cintura a la tuberculosis llevó, como hemos dicho, una vida bastante trajinera, y puso negro sobre blanco sus peripecias vagamundas. Así, en Viaje tierra adentro (1878) relata sus recorridos en canoa por tierras belgas y gabachas, y en Viajes en burro por las Cévennes (1879) da cuenta de sus andanzas por esa serranía del sur de Francia. Parece obvio que, a la hora de elegir medios de transporte para sus excursiones, no era lo que se dice un tiquismiquis.
Veintiséis años tenía nuestro personaje cuando conoció a la cuasi cuarentañera Fanny Osbourne, yanqui, divorciada y madre de dos hijos. Contrajeron matrimonio el 19 de marzo de 1880, en California. Y al poco pusieron rumbo a Davos, Suiza, patria de los tuberculosos.
Cambia RLS la literatura de viajes por el ensayo en 1881, con la publicación de Virginibus puerisque, al que siguió Estudios familiares de hombres y libros (1882) y, más tarde, Memorias y retratos (1887). También en este género rayó a gran altura el escocés errante.
Va siendo hora de que hablemos de la novela que se ha enseñoreado de las almas de tantas generaciones de niños y no tan niños, La isla del tesoro, claro. RLS comenzó a componerla en septiembre del 81 en Braemar, cerca del castillo de Balmoral, residencia veraniega de los reyes de la Gran Bretaña. En 1882 ya estaba a disposición, por entregas, del público lector del Young Folks Magazine. Iba firmada por un tal Capitán George North, y es que al amigo Robert Louis le dio por valerse en aquella hora de un pseudónimo. La versión libresca vio la luz en 1883.
Pasen y lean, esto que hemos pescado en la Red. Al habla Stevenson:
"En la Cabaña de Fuego Miss MacGregor había un joven que reclamaba a los gritos cualquier cosa 'un poco dura para excitar el espíritu'. No pensaba por cierto en literatura: el arte de Rafael parecía el único que aplacaba sus exigencias, y con la ayuda de una pluma, tinta y una caja de acuarelas de un chelín había transformado una de las piezas en una galería. Mi primer deber ante esta galería era la de ser un visitante atento. Pero a veces, cuando sentía deseos de detenerme, me juntaba con el artista (si así puede llamárselo) ante su caballete y pasaba la tarde en una alegre emulación, haciendo en su compañía coloridos dibujos. En ocasión de una de estas sesiones dibujé el mapa de una isla. Estaba cuidadosa y (al menos yo lo pensaba así) hermosamente colorida. En particular fue su forma lo que acaparó mi imaginación más allá de toda expresión. Había allí caletas y puertos que me encantaban tanto como un soneto, y con la inconsciencia de los predestinados bauticé mi obra como La isla del tesoro".
Del cerdo se aprovecha todo, decimos en las Batuecas. RLS hacía lo propio con las enfermedades. Lo cual que decidió valerse de unas tremebundas pesadillas pergeñadas por una de aquéllas para alumbrar El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hide (1886), en la que nuestro enfermo nada imaginario "se dirige –ha escrito Eduardo Mendicutti– de un modo muy directo al interior de nosotros mismos".
Durante sus primeros días en los escaparates londinenses –comenzó a habitarlos el 9 de enero–, Jekyll y Hide pasó prácticamente inadvertida; todo cambió dos semanas más tarde, cuando el Times publicó una crítica elogiosa de la obra. Al cabo de medio año se habían vendido ya 40.000 ejemplares en la tierra de John Bull, y para cuando el siglo XIX entregó el testigo al XX los norteamericanos se habían hecho ya con otros 250.000.
Mil Ochocientos Ochenta y Siete trajo la muerte de Thomas Stevenson, padre de RLS. Decide entonces éste abandonar Escocia para siempre. Nueva York, Saranac Lake, San Francisco, Papeete, Honolulú son algunos de los lugares que visitará antes de asentarse, en octubre del 90 y para el resto de sus días, en Apia, capital de las islas oceaníacas de Samoa.
Siguió escribiendo y publicando como un descosido en su etapa samoana. Hasta que, el 3 de noviembre de 1894, una hemorragia cerebral acabó, ahora sí, por ponerlo a los pies de la Dama de Negro. Fue enterrado en el Monte Vaea, en cumplimiento de sus últimas voluntades. Allá en su tumba puede leerse este poema-epitafio:
Bajo el inmenso y estrellado cielo,Cavad mi fosa y dejadme yacer.Alegre he vivido y alegre muero,Pero al caer quiero haceros un ruego:
Que pongáis sobre mi tumba este verso:
"Aquí yace donde quiso yacer;De vuelta del mar está el marinero,De vuelta del monte está el cazador".
Descansa en paz, al menos no se le oye toser en el Vaea, Robert Louis Balfour Stevenson, a quien los samoanos renombraron Tusitala:el contador de historias.GENTES DEL LIBRO: George Orwell – Fiódor Dostoievski – Miguel Mihura – Dashiell Hammett – Juan Rulfo.
Carlos Semprun Maura, La izquierda de la derecha, o al reves
martes 31 de julio de 2007
CRÓNICAS COSMOPOLITAS
La izquierda de la derecha, o al revés
Por Carlos Semprún Maura
El País" src="http://www.libertaddigital.com/fotos/noticias/sujesuspolanco.jpg">
– Carlos, ¿sigues escribiendo tus columnas en El País?– ¡¡¡Queeé???
Habían venido a tomar té en casa. Mi mujer es así de rara y a veces invita amigos al Five o’clock. Estaban discutiendo de compraventa de cuadros. A Nina le sigue entusiasmando la pintura, yo no bebo té y tenía trabajo, pero pasé a saludar, cuando Anita me hizo esa extraña pregunta. Bueno, no tan extraña, ya que El País es el único periódico español que los franceses conocen y no es la primera vez que me hacen esa pregunta; puesto que digo que escribo artículos en español (más o menos) para la prensa española, sólo puede ser en El País, puesto que es el único. Los franchutes tienen una visión muy realista de España.
Además, y a esto iba, a la mayoría de mis amigos no les entra en la cabeza que yo no siga siendo "de izquierdas". Como no me censuro en mis artículos, no voy a censurarme en mis conversaciones privadas. Y pese a haberme declarado en ellas partidario de la intervención militar en Irak, satisfecho de la victoria electoral de Bush, muy crítico con la política cobarde y oportunista de Rodríguez Zeta (hasta tienen miedo a enviar tropas al Líbano, por lo visto) y partidario incondicional de Israel; pese a todo, para muchos, sigo siendo "de izquierdas". ¿Por qué? Por ser ateo, haber sido antifranquista, ser antirracista y odiar el antisemitismo.
No todos mis amigos –y amigas– son tan apolíticos como Anita, la cual se cree exactamente lo contrario, claro. Yo la definiría como de izquierda sentimental, rebosante de buenismo y, tratándose de Israel y de la guerra actual, su preocupación esencial es que Israel no sufra, que sus amigos y familia israelíes no resulten heridos o muertos. Se pregunta –me pregunta– si Israel no "ha caído en una trampa" y sueña con que Israel pueda vivir en paz. Entiende, pero sin comprenderlo realmente, que Israel tiene que defenderse porque su existencia está en peligro pero, ¿no se podría encontrar una solución para obtener la paz? Muchos judíos franceses opinan, más o menos, lo mismo. Como yo, para explicarla a ella y a sus amigos mi desprecio por El País, le citaba Le Monde, me recordó que lo leía todas las tardes y que no se había portado tan mal como yo decía porque habían publicado un largo artículo de Bernard-Henri Levy sobre esta guerra. Como no lo tenía, me lo envió y lo leí: es una mierda.
Bueno, en ese periódico despreciable, un reportaje que no sea anti israelí, desde luego, llama la atención, pero es el típico artículo del intelectual "bailarín" que aprovecha cualquier ocasión para lucirse él, citar a Malraux sin que venga a cuento, sólo para demostrar su admiración por su modelo de "escritor aventurero", y presumir de que conoce a todos los dirigentes israelíes desde el año de la nana. Cuidando, como siempre, su imagen de intelectual de izquierdas, intenta defender Israel con argumentos "de izquierdas", insistiendo en que hay que lograr la paz. ¿La paz, o el cuento de nunca acabar? Porque desde 1948 la guerra nunca termina y actualmente se agrava, con la presencia de Hezbolá en el norte y Hamás en el sur y, sobre todo, Irán y Siria, cada vez más agresivos.
¡No me habléis más de paz! Todo el mundo quiere la paz, empezando por los israelíes, pero resulta que estamos en guerra y que hay que ganarla. Desde luego, Israel está en primera fila, es el país más amenazado, la democracia más expuesta y más necesitada de solidaridad internacional, y no puede decirse que ésta abunde. Pero la guerra de defensa de las democracias, contra el terrorismo islámico y los estados asimismo terroristas, es una guerra mundial que va para largo y que durará decenios; cosa que nadie quiere meterse en la cabeza.
En este sentido, yo lamento que la aviación israelí no haya destruido las bases nucleares iraníes donde se han construido y se siguen construyendo armas nucleares. No estoy loco del todo; sé perfectamente que sería una acción políticamente muy delicada y hasta peligrosa, pero también sé que mañana o dentro de un año o dos, los cohetes de Hezbolá podrán tener "cabezas" nucleares y arrasar Haifa y Tel Aviv, cuando menos. Esa es la realidad, y el resto son voeux pieux.
Yo no soy experto militar, ni puedo presumir, como Levy, de tutearme con la plana mayor del ejército y del gobierno israelíes, pero he seguido atentamente las informaciones (no de El País, claro, hablo de informaciones) y creo poder afirmar que algo no ha funcionado del todo bien en esta operación militar contra Hezbolá. En una de mis pasadas crónicas me felicitaba de la unidad demostrada por el gobierno de coalición israelí durante el conflicto. Bien, pero unidad no es siempre sinónimo de inteligencia, y cabe preguntarse si el ejército israelí estaba lo suficientemente preparado para este tipo de guerra. Una guerra contra "civiles" armados, y muy bien armados, que se rodean y se protegen en medio de civiles de verdad, en medio de niños, mujeres y ancianos, para que sean víctimas de los bombardeos y aprovechar sus muertes programadas en su propaganda, lo cual hacen con rotundo éxito. Pero hacen lo mismo en Gaza y en Cisjordania, es una antigua y cínica astucia de los terroristas palestinos y musulmanes en general: sacrifican su población civil en aras de su "guerra psicológica" y funciona. Claro que con la complicidad de tantos "pacifistas" y antisionistas occidentales que han mentido obscenamente sobre las "atrocidades israelíes".
Lo cual no impide que dar prioridad a la aviación no fue el método más inteligente y más eficaz para este tipo de guerra y que cuando al fin los israelíes se decidieron a intervenir por tierra ya era demasiado tarde. Sus enemigos se apresuraron a imponer un alto el fuego interrumpiendo así la ofensiva terrestre israelí que tuvo un éxito relativo pero insuficiente porque, si ha asestado duros golpes al Hezbolá, no ha tenido tiempo para destruirlo. La guerra de Hezbolá, las cosas como son, y con Irán detrás, es una guerra cínica y cruel para con su propia población civil. Para una guerra inteligente se necesita, pues, ser más inteligentes que ellos, pero siendo siempre menos crueles. Testimonios de militares israelíes lo dicen: "Empezábamos a obtener resultados contra Hezbolá, que son más escurridizos y mucho mejor armados de lo que creíamos, y tenemos que interrumpir nuestra ofensiva". Yo, claro, no sé si los fallos han sido del estado mayor, del ministro de Defensa, del conjunto del Gobierno o de quién, pero espero que esta experiencia sirva a Israel para no repetir mañana, porque será mañana, los mismos errores.
– ¿Qué piensa usted de la confesión de Günter Grass? Me interrumpe uno de los amigos de Anita, probablemente harto –y molesto– de mi discurso pro israelí.
– Es una de esas operaciones comerciales que sólo los famosos de izquierdas saben montar con tanto éxito. Prueba de ello es que su "cebolla" se está vendiendo muy bien.
– Pero ¡Waffen-SS! Y ¿por qué lo ha ocultado durante tantos años?
– Para que esas operaciones publicitarias tengan éxito es necesario algún elemento de sorpresa. Si confiesa que lleva bigote sería un chasco. ¿Qué no ha dicho aún, que podría servir para vender libros? Pues eso. Si mañana confiesa que se ha acostado con su hija, ¡no hablemos! Todo el mundo sabe que los nazis, en los últimos momentos de la guerra que estaban perdiendo, movilizaron a los que podían movilizar, de los 14 a los 60 años, aceptando, incluso, niños de doce o adultos de 65. Recuerdo haber leído en ABC un artículo de Helmut Kohl sobre su última batalla como niño-soldado. Se sabe que el Papa actual también fue movilizado y algunos, muy de izquierdas, lo han aprovechado para tratarle de nazi. La diferencia con Günter Grass es, tal vez, que haya elegido los Waffen-SS, un cuerpo de élite particularmente sanguinario. Pero seamos sinceros, en la óptica de un muchacho el puesto más peligroso tiene su atractivo. Pero no se preocupen, Herren und Damen, como Grass es de izquierdas, algo de escándalo le será rentable.A lo que iba, ¿cuándo se enterarán mis amigos de que si Grass es de izquierdas y también lo son el antisionismo, la "alianza de civilizaciones", la destrucción sistemática de España, ese antifranquismo que nace veinticinco años después de la muerte del dictador y del fin de la dictadura, yo, desde luego, no lo soy? Pero como no me gusta la derecha, timorata, fofa, centrista, ¿qué soy? La suite au prochain numero.
CRÓNICAS COSMOPOLITAS
La izquierda de la derecha, o al revés
Por Carlos Semprún Maura
El País" src="http://www.libertaddigital.com/fotos/noticias/sujesuspolanco.jpg">
– Carlos, ¿sigues escribiendo tus columnas en El País?– ¡¡¡Queeé???
Habían venido a tomar té en casa. Mi mujer es así de rara y a veces invita amigos al Five o’clock. Estaban discutiendo de compraventa de cuadros. A Nina le sigue entusiasmando la pintura, yo no bebo té y tenía trabajo, pero pasé a saludar, cuando Anita me hizo esa extraña pregunta. Bueno, no tan extraña, ya que El País es el único periódico español que los franceses conocen y no es la primera vez que me hacen esa pregunta; puesto que digo que escribo artículos en español (más o menos) para la prensa española, sólo puede ser en El País, puesto que es el único. Los franchutes tienen una visión muy realista de España.
Además, y a esto iba, a la mayoría de mis amigos no les entra en la cabeza que yo no siga siendo "de izquierdas". Como no me censuro en mis artículos, no voy a censurarme en mis conversaciones privadas. Y pese a haberme declarado en ellas partidario de la intervención militar en Irak, satisfecho de la victoria electoral de Bush, muy crítico con la política cobarde y oportunista de Rodríguez Zeta (hasta tienen miedo a enviar tropas al Líbano, por lo visto) y partidario incondicional de Israel; pese a todo, para muchos, sigo siendo "de izquierdas". ¿Por qué? Por ser ateo, haber sido antifranquista, ser antirracista y odiar el antisemitismo.
No todos mis amigos –y amigas– son tan apolíticos como Anita, la cual se cree exactamente lo contrario, claro. Yo la definiría como de izquierda sentimental, rebosante de buenismo y, tratándose de Israel y de la guerra actual, su preocupación esencial es que Israel no sufra, que sus amigos y familia israelíes no resulten heridos o muertos. Se pregunta –me pregunta– si Israel no "ha caído en una trampa" y sueña con que Israel pueda vivir en paz. Entiende, pero sin comprenderlo realmente, que Israel tiene que defenderse porque su existencia está en peligro pero, ¿no se podría encontrar una solución para obtener la paz? Muchos judíos franceses opinan, más o menos, lo mismo. Como yo, para explicarla a ella y a sus amigos mi desprecio por El País, le citaba Le Monde, me recordó que lo leía todas las tardes y que no se había portado tan mal como yo decía porque habían publicado un largo artículo de Bernard-Henri Levy sobre esta guerra. Como no lo tenía, me lo envió y lo leí: es una mierda.
Bueno, en ese periódico despreciable, un reportaje que no sea anti israelí, desde luego, llama la atención, pero es el típico artículo del intelectual "bailarín" que aprovecha cualquier ocasión para lucirse él, citar a Malraux sin que venga a cuento, sólo para demostrar su admiración por su modelo de "escritor aventurero", y presumir de que conoce a todos los dirigentes israelíes desde el año de la nana. Cuidando, como siempre, su imagen de intelectual de izquierdas, intenta defender Israel con argumentos "de izquierdas", insistiendo en que hay que lograr la paz. ¿La paz, o el cuento de nunca acabar? Porque desde 1948 la guerra nunca termina y actualmente se agrava, con la presencia de Hezbolá en el norte y Hamás en el sur y, sobre todo, Irán y Siria, cada vez más agresivos.
¡No me habléis más de paz! Todo el mundo quiere la paz, empezando por los israelíes, pero resulta que estamos en guerra y que hay que ganarla. Desde luego, Israel está en primera fila, es el país más amenazado, la democracia más expuesta y más necesitada de solidaridad internacional, y no puede decirse que ésta abunde. Pero la guerra de defensa de las democracias, contra el terrorismo islámico y los estados asimismo terroristas, es una guerra mundial que va para largo y que durará decenios; cosa que nadie quiere meterse en la cabeza.
En este sentido, yo lamento que la aviación israelí no haya destruido las bases nucleares iraníes donde se han construido y se siguen construyendo armas nucleares. No estoy loco del todo; sé perfectamente que sería una acción políticamente muy delicada y hasta peligrosa, pero también sé que mañana o dentro de un año o dos, los cohetes de Hezbolá podrán tener "cabezas" nucleares y arrasar Haifa y Tel Aviv, cuando menos. Esa es la realidad, y el resto son voeux pieux.
Yo no soy experto militar, ni puedo presumir, como Levy, de tutearme con la plana mayor del ejército y del gobierno israelíes, pero he seguido atentamente las informaciones (no de El País, claro, hablo de informaciones) y creo poder afirmar que algo no ha funcionado del todo bien en esta operación militar contra Hezbolá. En una de mis pasadas crónicas me felicitaba de la unidad demostrada por el gobierno de coalición israelí durante el conflicto. Bien, pero unidad no es siempre sinónimo de inteligencia, y cabe preguntarse si el ejército israelí estaba lo suficientemente preparado para este tipo de guerra. Una guerra contra "civiles" armados, y muy bien armados, que se rodean y se protegen en medio de civiles de verdad, en medio de niños, mujeres y ancianos, para que sean víctimas de los bombardeos y aprovechar sus muertes programadas en su propaganda, lo cual hacen con rotundo éxito. Pero hacen lo mismo en Gaza y en Cisjordania, es una antigua y cínica astucia de los terroristas palestinos y musulmanes en general: sacrifican su población civil en aras de su "guerra psicológica" y funciona. Claro que con la complicidad de tantos "pacifistas" y antisionistas occidentales que han mentido obscenamente sobre las "atrocidades israelíes".
Lo cual no impide que dar prioridad a la aviación no fue el método más inteligente y más eficaz para este tipo de guerra y que cuando al fin los israelíes se decidieron a intervenir por tierra ya era demasiado tarde. Sus enemigos se apresuraron a imponer un alto el fuego interrumpiendo así la ofensiva terrestre israelí que tuvo un éxito relativo pero insuficiente porque, si ha asestado duros golpes al Hezbolá, no ha tenido tiempo para destruirlo. La guerra de Hezbolá, las cosas como son, y con Irán detrás, es una guerra cínica y cruel para con su propia población civil. Para una guerra inteligente se necesita, pues, ser más inteligentes que ellos, pero siendo siempre menos crueles. Testimonios de militares israelíes lo dicen: "Empezábamos a obtener resultados contra Hezbolá, que son más escurridizos y mucho mejor armados de lo que creíamos, y tenemos que interrumpir nuestra ofensiva". Yo, claro, no sé si los fallos han sido del estado mayor, del ministro de Defensa, del conjunto del Gobierno o de quién, pero espero que esta experiencia sirva a Israel para no repetir mañana, porque será mañana, los mismos errores.
– ¿Qué piensa usted de la confesión de Günter Grass? Me interrumpe uno de los amigos de Anita, probablemente harto –y molesto– de mi discurso pro israelí.
– Es una de esas operaciones comerciales que sólo los famosos de izquierdas saben montar con tanto éxito. Prueba de ello es que su "cebolla" se está vendiendo muy bien.
– Pero ¡Waffen-SS! Y ¿por qué lo ha ocultado durante tantos años?
– Para que esas operaciones publicitarias tengan éxito es necesario algún elemento de sorpresa. Si confiesa que lleva bigote sería un chasco. ¿Qué no ha dicho aún, que podría servir para vender libros? Pues eso. Si mañana confiesa que se ha acostado con su hija, ¡no hablemos! Todo el mundo sabe que los nazis, en los últimos momentos de la guerra que estaban perdiendo, movilizaron a los que podían movilizar, de los 14 a los 60 años, aceptando, incluso, niños de doce o adultos de 65. Recuerdo haber leído en ABC un artículo de Helmut Kohl sobre su última batalla como niño-soldado. Se sabe que el Papa actual también fue movilizado y algunos, muy de izquierdas, lo han aprovechado para tratarle de nazi. La diferencia con Günter Grass es, tal vez, que haya elegido los Waffen-SS, un cuerpo de élite particularmente sanguinario. Pero seamos sinceros, en la óptica de un muchacho el puesto más peligroso tiene su atractivo. Pero no se preocupen, Herren und Damen, como Grass es de izquierdas, algo de escándalo le será rentable.A lo que iba, ¿cuándo se enterarán mis amigos de que si Grass es de izquierdas y también lo son el antisionismo, la "alianza de civilizaciones", la destrucción sistemática de España, ese antifranquismo que nace veinticinco años después de la muerte del dictador y del fin de la dictadura, yo, desde luego, no lo soy? Pero como no me gusta la derecha, timorata, fofa, centrista, ¿qué soy? La suite au prochain numero.
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