jueves, abril 12, 2007

Juan Urrutia, Relinchos en el bosque

viernes 13 de abril de 2007
Relinchos en el bosque
Juan Urrutia
L A EUROPOL, organismo policial europeo de amplio espectro, declara que la tregua de ETA fue una excusa -sorprendido me hallo- para recuperar fuerzas y preparar futuros atentados. Dice el citado organismo que ETA atentará contra objetivos de “perfil alto” o dicho de otro modo, que podemos esperar masacres como las de antaño. A todo esto se suma una nueva rama de la banda, Irrintzi (relincho en euskera) se hace llamar, que ha perpetrado cuatro atentados en Francia, pues se propone que el gobierno galo se involucre en la negociación con la banda. Bien, queda patente que esto del terrorismo es contagioso cual ladilla de burdel. ¿Serán las nuevas peticiones de ETA, la independencia, Navarra y Toulouse...? La cuestión es seguir con el negocio en que llevan tanto tiempo que ya ni se acuerdan, ni desean hacerlo, de palabras como jefe, madrugón, fin de mes... etcétera. Muchas personas avisaron, se mostraron justificadamente incrédulas ante los “buenos propósitos de la banda”; verdaderos conocedores del ámbito terrorista lo advirtieron, desde el Foro Ermua, Mikel Buesa emitió varios informes de verificación de actividad terrorista plagados de actos violentos e indicios contrarios a los presuntos deseos de paz de la banda, desde la AVT igualmente se previno de la falsedad de esta tregua que no era ni mucho menos la primera, corrieron ríos de tinta, -luego de sangre- millones de personas salieron a la calle... pero nadie les escuchó. Pudo más la lealtad a un partido que el sentido común. Y así nos va en España, un país donde las personas ignoran lo que ven sus propios ojos para creer lo que les diga su amado partido, aunque sea todo lo contrario a esto. La oposición a la política antiterrorista del ejecutivo no se debe, como señala éste, a la intolerancia, el facherío, al partidismo, a intereses creados o tal vez a un extraño sentimiento antiprogre, no. Simplemente a dos cosas: Indignación y deseos de poder expresarse sin riesgo a morir asesinados. A la vista de los hechos creo que ambos motivos están justificados, ¿no creen? Al tiempo, en los bosques franceses florecen, como es habitual en esta época, bombas lapa por doquier. Qué mejor lugar para dedicarse a la bombicultura que las fértiles tierras boscosas y húmicas de nuestro país vecino. Lo malo es que una vez estén maduras vendrán a colocarlas en los bajos de los coches de policías, políticos, periodistas y demócratas en general. Todo gracias a la sordera del Gobierno cuyas orejillas aduladas por las trompetas y coros celestiales prometedores de gloria intemporal se negaban a escuchar las palabras sensatas de aquellos que, cual oráculo de Delfos, ya advertían lo que nos esperaba de hacer caso a los cantos de las sirenas. Ser devorados por ellas.

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