jueves 19 de abril de 2007
XAVIER NAVAZA
corresponsal en galicia
Mucho ruido y pocas nueces
Al premier galaico le molesta en grado sumo que -a punto de atravesar la línea del ecuador de la séptima legislatura- el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, y su secretario general, Alfonso Rueda, se hayan convertido en las moscas cojoneras del Gobierno bipartito: "Feijóo es un líder sin proyecto", dice Emilio Pérez Touriño: "Su único afán es conseguir cuota de pantalla, pero yo no caeré en las trampas de la descalificación y de la bronca". Pues, ¿qué esperaba de la leal y sin embargo aguerrida oposición popular?
Veinte meses después de su toma de posesión, algo ha comenzado a cambiar sobre la escena política de Galicia; incluso en ámbitos que, hasta hace poco, tenían como algo propio la llegada de socialistas y nacionalistas a los rutilantes despachos de San Caetano.
Y si, como dice al secretario general de la CIG, Suso Seixo, a la Xunta bipartita "se le ha acabado el período de gracia", también a los antiguos portadores del poder en tiempos de Manuel Fraga les ha llegado la hora en que ya no todas las malicias del país han de serles atribuidas a ellos en exclusiva, como expiación y condena por los días en que disfrutaron de la miel y de la leche que manaban de las fuentes del Olimpo compostelano.
Algo ha comenzado a mudar en la fronda. En parte, con toda seguridad, porque comienzan a sentirse los vientos y las borrascas que, inevitablemente, trae consigo una cita electoral tan compleja, enrevesada y mordiente como la del 27-M. Ya ven: los médicos se van a la huelga y los profesores se movilizan, los mineros reviven historias viejas a su pesar y tras las protestas de los funcionarios vendrán las de los ganaderos: "Después de dos años de Gobierno, es la hora de pasar de las palabras a los hechos", exclama Xan María Castro, secretario general de Comisións Obreiras.
El resultado es una sensación generalizada de ruido que no se traduce en la presentación de logros concretos y espectaculares, acordes con las teorías programáticas que encerraba aquel prometedor documento que selló, a finales de julio de 2005, la alianza entre don Emilio y Anxo Quintana en medio de los clarines que anunciaban el poder.
Y esa sensación cunde de día en día sobre la arena política de la nación. Hay iniciativas, muchas, puestas en marcha por parte de los ministros del Gabinete Touriño -sean socialistas o nacionalistas- de modo que sería injusto aplicarle al inquilino de Monte Pío aquella frase del bardo inglés: "Mucho ruido y pocas nueces", que comienza a ser conjugada en los mentideros de Compostela.
Pero de momento no es posible establecer una línea directriz y coherente que traslade a la opinión pública una idea de fuerza que ponga ante los ojos de la gente la imagen de un Gobierno armónico y cohesionado. Tal vez porque don Emilio y sus asesores -no descuidemos las responsabilidades del alaricano en este sentido- no han sido capaces de establecer una política de comunicación eficaz, brillante, que al fin separe el polvo de la paja. Y el resultado es un magma incomprensible para la mayoría.
PUESTA EN ESCENA
El complejo de la reina madre
En ámbitos profesionales y universitarios de Compostela, amables hacia la gestión de Emilio Pérez Touriño, se considera que el premier galaico debería poner en escena una representación similar a la que José Luis Rodríguez Zapatero llevó a la cartelera política de Madrid, el lunes, usando como proscenio el parqué de la Bolsa. Quienes así opinan creen que, al margen del interés que en sí mismo ha tenido el I Informe Económico del presidente del Gobierno, su principal intención ha sido poner de manifiesto que ZP gobierna -ordena y manda- con todas las consecuencias y no sólo se limita a ejercer de reina madre y a coordinar a sus ministros con una sonrisa en los labios .
miércoles, abril 18, 2007
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