viernes 20 de abril de 2007
Cosas que se dicen por ahí
Miguel Ángel García Brera
N O hay más que leer la prensa diaria para conocer el género de “maestros” que pueblan la política y las restantes artes en esto que fue España y así sigue, aunque los síntomas de que pueda acabar siendo otra cosa parecen muy notorios. De momento, ya hay un varón –no Barón-, Ramón Bagó, que preside el Salón del Turismo de Barcelona, al que alguien ha preguntado por qué ha colocado a España entre los participantes extranjeros en esa Feria, y, a pesar de que ha dicho que se trata de un error, ha añadido, muy solemne, que si por él fuera “España si debería encontrarse en esa lista”. Hablando también de España, el presidente del Gobierno se ha ido a la Bolsa, no para botar un nuevo valor, como a veces se hace, sobre todo en los Estados Unidos, sino para explicar “que vivimos el mejor año económico de la democracia”, sin excluir a Cataluña, claro, como una parte del Estado español. Pero, hablando también de economía, un catalán, precisamente ministro de España, Clos, en la Cámara de Comercio Americana, ha pedido que Estadios Unidos “detecte el esfuerzo que está realizando España – supongo que Cataluña incluida – para pasar a ser un país de la alpargata a pintar un poco”. El señor Clos es, como se ve, muy gráfico, y debe estar ojeando ahora algunas revistas de antes de la guerra, porque, al menos desde el año 50, la alpargata decayó bastante y, hace ya muchos años, que superó su adscripción a la pobreza para pasar a usarse como distinguido calzado, incorporado por grandes modistos y elegantes personajes. En cuanto a pintar un poco, supongo que no se referirá al arte, donde el español siempre ha pintado mucho y bien; pero también en lo industrial, hubo un tiempo en que habíamos llegado a ser el décimo país del mundo, y, antes de pegarle una patada a Bush en el culo de Irak, en otro aspecto se había llegado a pintar algo en los cenáculos internacionales. Ahora, pese al triunfalismo de Rodríguez Zapatero, el Financial Times nos recuerda que la política del que califica como arrogante presidente “no es sostenible”, especialmente cuando estamos en un bajón de la productividad del 4% en cinco años. El propio Clos ha dejado dicho que nuestra economía tiene un cierto recalentamiento con una inflación que está bastante por encima de la vigente en la Unión Europea. Veamos más frases definitorias de los personajes que las pronuncian. El Fiscal General del Estado, Conde Pumpido, ha comunicado que “ETA está en proceso de extinción”. Se lo habrá dicho Otegui y, seguramente para contárselo, preguntó si él Fiscal sabía que estaba allí –en la Audiencia Nacional- una de las veces que fue detenido. Quizás para celebrar esa extinción, los que van a extinguirse –supongo que voluntariamente, pues no vamos a pensar que una cosa así sea posible porque el Fiscal General lo decida- lo hagan en sus Herriko tabernas, gracias a un “olvido” del juez Garzón, cuando se fue de “estudios” a USA. También, según la versión dada en el juicio del 11 M, hubo algún Guardia Civil que cayó en olvido, al menos de lo que es prudente hacer, y hasta creo que obligatorio, cuando se encuentra uno a un automovilista que insulta a la Fuerza, y encima lleva a bordo ropa robada y armas blancas prohibidas; me refiero a lo sucedido con el Chino. Y no se cómo Eugenio Paz, una víctima del ataque terrorista en el que aseguran que el Chino participó, en lugar de culpar del atentado al expresidente Aznar, como lo ha hecho, no ha caído en la cuenta de que tal vez quienes “olvidan” sus deberes son más directamente censurables que quien, por una política exterior, tal vez discutible, ya fue castigado por el pueblo, en los comicios, con la pérdida del poder. Los grupos políticos tienen a veces una fuerza de persuasión sobre algunos de sus simpatizantes, que lleva a la confusión y al odio, aun siendo gentes de paz quienes sufren la inoculación. Paradójicamente, como si quisiera evitarlo, Izquierda Unida, el comunismo para entendernos, propone a los musulmanes un enfrentamiento religioso a la hora de votar y los adoctrina sobre qué partidos defienden el humanismo cristiano para que no les voten, pues, según los de Llamazares, eso puede perjudicarles mucho. Claro, es mejor votar al comunismo y olvidarse de su paso torturador y destructor por la Unión Soviética y el Este de Europa, por la China de Mao y por la España de Paracuellos. Por si faltara quien echara leña al fuego en esta época crispada, Almudena Grandes, en lugar de divertirse con su Lulú, manifiesta, sin pudor lógicamente, que siente todas las mañanas ganas de fusilar algunas voces, y parece que sus ganas no le faltan a otros, según cuenta en un artículo el escritor Juan Manuel de Prada quien dice haber sentido, durante una conferencia, que algunos, de haber podido, efectivamente le habrían fusilado. Con cosas así, no me extraña que Maria San Gil deje la política una temporada, aunque el motivo sea un cáncer de mama que es, según el médico, “de curación segura”. Eso es lo que deseo para ella, aunque me ha sorprendido que un galeno hable de curación segura, pues, como los abogados, casi siempre los “doctores” dan sólo porcentajes inferiores al cien por cien pues, de acuerdo con la profesión que ejercen, suelen curarse en salud. Hablando de mujeres políticas, está animando mucho el cotarro la presencia de una concejal de Lepe en Interviú. Dice la chica: “No me cuesta nada desnudarme” y es que se la ve fuerte; luego con la edad, ya le costará algo más, digo yo. Y añade ella: “Me encanta hacer nudismo. Esto no va en contra de mis principios ni debería ir en contra de nadie” Con la fama de Lepe, hay muchos que han creído que la frase era un chiste, pero no. Pues eso, María Dolores, si al fin y al cabo está de moda, y no hay cuerpo de bomberos, grupo de amas de casa indignadas, o parados que no exijan sus derechos o soliciten subvenciones sin exhibirse en bolas en un calendario, ¿por qué ustedes vosotros vais a perder los diez millones que parece habéis cobrado por enseñar las domingas? Quizás la chica haya mostrado algo más, pero yo solo certifico lo que he visto en algún digital, que reproduce únicamente la portada correspondiente. Otra mujer, Eva Longoria, ha dicho: “No hay nada más sexy que un hombre que se haga cargo”. Ya ves tú, tanto envidiar a Gere, a Banderas, a Mr. España, a García Márquez o a Raúl del Pozo y, al final, lo que te hace sexy es la pasta. Ahora me explico el éxito de tanto hombre, sin demasiado éxito durante una juventud de penuria, que al llegar la ancianidad consigue una mujer espléndida –físicamente hablando– cuando ha conseguido amasar una fortuna. Así resulta que lo que es sexy son las pelas y no la belleza, la juventud, la inteligencia o la bondad. Pero pensar como la Longoria no es tan moderno como pueda creerse: Las tradicionales “mantenidas” –casi, en el pasado, un signo de distinción de la burguesía en algunas regiones españolas- y tantas otras mujeres, cuyo único objetivo ha sido vivir del varón, ya vienen identificando lo sexy con la moneda desde los comienzos de la historia. Lo que pasa es que esas mujeres, en tiempos de discriminación y sometimiento, no tenían otra opción. Actualmente, es doloroso pensar que una fémina sitúe lo sexy del hombre en que “se haga cargo”. Debe ser que no he entendido bien a esa Eva
jueves, abril 19, 2007
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