domingo, abril 22, 2007

Tres años de Zapatero

23-IV-2007
Tres años de Zapatero
EDITORIAL

Que hayamos tenido que esperar tres años para que el presidente del Gobierno hable de nuestro país sin que sea para ponerlo en duda es el mejor símbolo de lo que ha supuesto Zapatero para la Nación.

Zapatero tuvo que irse a un mitin de Ségolène Royal para verse acompañado de la bandera española en un acto político. Algo se le debe de haber contagiado, sin embargo, cuando al regresar a nuestro país ha hablado del orgullo que siente por su país y ha llamado a los suyos a "comprometerse por España". Tal cual. Es el mismo que decía sentirse "patriota de la democracia". Que hayamos tenido que esperar tres años para que el presidente del Gobierno hable de nuestro país sin que sea para ponerlo en duda es el mejor símbolo de lo que ha supuesto Zapatero para la Nación. El que en Vistalegre, conmemoración del tercer aniversario de un Gobierno de España, no hayamos visto más que banderas socialistas es otro.
Por lo demás, el discurso de Zapatero no ha mostrado mayores cambios. Que afirme, sin sonrojarse, que "a cada insulto que recibamos, les responderemos con una propuesta; a cada descalificación, una idea; a cada exageración, una sonrisa", cuando los manuales de campaña de su partido ordenar tratar al PP como un partido de extrema derecha no es sino un resumen de su forma de hablar, actuar y gobernar. Padecemos un presidente del Gobierno cuya palabrería no tiene una relación ni siquiera tangencial con el mundo real. Ese alejamiento, que en otros gobernantes ha sido el síntoma de haber pasado demasiado tiempo en La Moncloa, es en Zapatero la marca de fábrica que caracteriza todo su mandato.
Estos tres años han estado marcados por el proceso de rendición ante la ETA, el acoso a las víctimas del terror, la obstaculización a la investigación del 11-M, el desmantelamiento de España por vía estatutaria, la negativa a llevar agua a la España seca, la risible "alianza de civilizaciones" como excusa para doblegarse al islamismo, la pleitesía a los nuevos y viejos tiranos de Hispanoamérica, el uso partidista de instituciones clave para la vida económica como la CNE y la CNMV, la profundización en el desastre de la LOGSE y la oposición a la oposición, también conocida como "cordón sanitario", entre muchas otras cosas. Son motivos más que suficientes para no desearle a Zapatero un cuarto aniversario con su mandato refrendado en las urnas.

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