miercoles 7 de febrero de 2007
El Estatut no peligra, pero...
Wifredo espina
D EMASIADO griterío. Excesivas especulaciones. Alarmismo prematuro y desmesurado. Además, se está tratando a los magistrados del Tribunal Constitucional como si fueran unos irresponsables. Y esto no es admisible. Por la autoridad jurídica y moral que han demostrado tantas veces, por el respeto debido y por acatamiento razonable al Estado de Derecho. Adelantarse a afirmar, por el hecho de haber sido recusado uno de sus magistrados (Pérez Tremps), a causa de su vinculación en la redacción del texto estatutario catalán (lo que le impedirá participar en las deliberaciones sobre el mismo), que el Estatut corre peligro de ser globalmente rechazado, parece una temeridad. No entra en la lógica más elemental, ni en la normal de la jurisprudencia del más alto Tribunal, que suele matizar mucho sus decisiones, pensar que se va a cargar todo un estatuto de autonomía, estudiado por notables jurístas, aprobado en dos parlamentos y en un referéndum popular. Sería una aberración, que no ocurrirá. Lo que puede pasar es que, dadas las distintas tendencias ideológicas y de interpretación jurídica en el seno del Constitucional, las valoraciones puntuales y matizaciones que haga sobre el texto, sean diferentes en el caso de que predomine una tendencia ideológica o que sea otra. El Estatut no peligra, pero sí que puede salir retocado, de forma más o menos significativa. Y que esto puede ocurrir (con o sin Pérez Tremps) lo confirman precisamente los temores que se vienen expresando, desde distintos sectores y desde el mismo momento en que se aprobó el texto y se presentaron varios recursos al Constitucional. Cargarse el Estatut sería un despropósito, jurídicamente impensable y con consecuencias políticas graves, No es imaginable que ocurra. Que, como decía Alfonso Guerra, sufra los efectos de un “cepillado” ya no es descartable.
martes, febrero 06, 2007
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