domingo, febrero 25, 2007

Manuel de Prada, Lunes en Puerto Real

lunes 26 de febrero de 2007
Lunes en Puerto Real

IGNACIO CAMACHO
ATAREADO como está con la realidad nacional y los recursos que al flamante Estatuto le quieren poner sus colegas de Extremadura y La Mancha -ya se sabe, hay enemigos, rivales... y compañeros de partido-, se comprende que Manuel Chaves se haya enterado por la prensa de que le levantaban en Puerto Real una fábrica con 1.600 empleados que pronto dejarán de serlo. Es curioso: en Andalucía, el profundo Sur, no se mueve una hoja sin que el virrey dé su visto bueno, pero las empresas se largan por la cara y la Junta nunca se huele nada hasta que sale en la tele. La Junta tiene subvencionados y controlados por el mango de la sartén a los sindicatos, a la Confederación de Empresarios, a las Universidades, a los medios de comunicación, a las asociaciones de vecinos, a los ateneos culturales, a las cofradías de Semana Santa y hasta a las agrupaciones de carnaval, y sin embargo, cada vez que una multinacional hace las maletas y levanta el campamento, llámese Gillette, Suzuki, Boliden o Delphi, a los responsables de esta autonomía hipertrofiada les pilla de sorpresa y mirando al tendido. Raro, ¿no?
Eso sí, una vez enterados, se ponen muy serios y juran que los deslocalizadores «no se van a reír de Andalucía». Temblando de miedo, se quedan los susodichos. La última vez que sonó una amenaza parecida, cuando el vertido tóxico de Aznalcóllar, los suecos de Boliden se hicieron los ídem y se largaron con viento fresco y cinco mil kilos de subvenciones en las alforjas. Hasta hoy. Sin noticias de Gurb. Y media década antes se dieron el piro los japoneses de Suzuki. Se najaron de Santana, en Linares. ¿Y recuerdan qué pasó? Pues que la Junta tuvo que quedarse con la empresa en ruinas y ponerse a fabricar coches en pérdidas. Al poco de la peculiar nacionalización, los sindicatos se vinieron arriba y pidieron un aumento de sueldo como el de los funcionarios de la autonomía. Con un par.
O sea, que los de Delphi están que no duermen de pensar en la que pueden liarles Chaves y sus despiertos chicos, blandiendo el pedazo de Estatuto que se acaban de procurar en las rebajas territoriales de Zapatero. ¡¡Que viene la Junta!! Qué miedo... El temblequeo de dientes de los directivos de la multinacional se oye por toda la Bahía de Cádiz, donde por cierto se cuentan ya cien mil parados para quienes todos los lunes son festivos.
Y la Junta irá. Vaya si irá. Con la chequera de los subsidios para socorrer a posteriori lo que no puede ni sabe impedir por adelantado. Tiene competencias de un miniestado, se ha quedado con el Guadalquivir para ella solita, se ha arrogado una Hacienda y una justicia propias, poderes medioambientales, de transportes, de infraestructuras... y hasta ha nacionalizado el flamenco. Pero se entera por la prensa de que unos guiris bajan la persiana de la antigua General Motors, aquel premio de consolación de cuando la Ford se fue a Valencia.
¿Adivinan cuál fue la provincia con más abstención en el referéndum estatutario? Bingo: Cádiz. La de los sordos de Astilleros. La de las cien mil personas para las que los lunes no se diferencian de los domingos.

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